México, D. F., 2 Marzo 2012 (Guillermo Barba) – Esta semana fuimos testigos, una vez más, de la montaña rusa en que se han convertido los mercados de oro y plata. No es para sorprenderse, pues la volatilidad es un mal que ha llegado para quedarse, cortesía de los enormes desbalances financieros que existen a escala global, y de las medidas de flexibilización cuantitativa (impresión monetaria) con la que nos han inundado los principales bancos centrales.
Más allá de esta nueva “normalidad” especulativa, parece que hay un mensaje subliminal y es el que los interesados en ver los precios de ambos metales, lo más deprimidos posible, envían a sus apologistas: “no podemos cambiar la tendencia de largo plazo, pero no toleraremos movimientos abruptos al alza”.
Si en el último mes el oro llegó a alcanzar una ganancia general hasta de 4%, la plata se disparó en el mismo porcentaje en solo un día (28 de febrero). Desde sus mínimos de febrero, la plata llegó a subir hasta 12 %, que tal vez pareció “demasiado” a sus detractores, que atacaron el 29 de febrero con liquidaciones masivas.
Las declaraciones de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y enemigo público número uno del oro, fueron el ‘disparo de salida’ para un ataque que era inminente, tal y como adelantó este columnista en su cuenta de twitter (@memobarba) un día antes.
Así mientras en esa fecha el oro-papel se desplomó alrededor de 100 dólares, para cerrar el mes en 1696.70 (cierre de Nueva York), la plata caía más de tres dólares y terminó en 34.64 dólares la onza.
A pesar de ello, en lo que va de 2012 y hasta el cierre de este artículo, el oro y la plata acumulan una ganancia de casi el 10% y 7%, respectivamente.
La respuesta de los inversores que conocen la realidad de las condiciones en que se encuentra la economía mundial, es igual de contundente: “cada ataque será correspondido con una insaciable demanda de metales preciosos físicos” (http://bit.ly/yVEAuE). Si bien nadie puede negar el enorme poder de la Fed y de todas aquellas entidades financieras con interés en el mercado del oro, como los “Bullion Banks”, resulta evidente que ese mismo mercado termina invariablemente siendo más fuerte que ellos.
De ahí que la tendencia alcista del oro y la plata, como lo ha sido a lo largo de este siglo, se mantenga firme pese a las vicisitudes, en su ‘camino al cielo’.
Es un hecho que los evidentes riesgos a los que nos tienen expuestos los mercados financieros globales, empezando por Europa, más las supuestas buenas noticias económicas en América, aseguran que las crestas y valles de esta montaña rusa seguirán por un buen rato. Pero una vez pasado el proceso electoral en el que Obama pretende reelegirse, esas buenas nuevas comenzarán a desvanecerse.
Para entonces, la tercera ronda de flexibilización cuantitativa (QE3) que en la actualidad da por acabada Bernanke, revivirá en su intento por contener el desastroso desenlace deflacionario con el que concluirá el experimento que, Richard Nixon, inició el 15 de agosto de 1971. ¿Lo recuerdan?
Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
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