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domingo, 20 de diciembre de 2015

¡BIENVENIDOS AL NUEVO PORTAL GUILLERMOBARBA.COM!

Estimados lectores de Inteligencia Financiera Global:

Este blog se ha mudado definitivamente al nuevo portal de GuillermoBarba.com.

Agradezco todos estos años de apoyo gracias al cual se ha concretado este nuevo proyecto.

Los espero con mucho gusto en el nuevo sitio...

Atte.

Guillermo Barba

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La Fed sube las tasas de interés, ¿qué sigue ahora?

Hoy la Reserva Federal (Fed) –banco central de Estados Unidos-, cumplió con la expectativa mayoritaria de subir sus tasas de interés en 0.25 por ciento. Se trata de la primera alza desde junio de 2006. Así, su objetivo para la tasa de fondos federales quedó en el rango de 0.25 a 0.50 por ciento. Con esta decisión, se da por terminada –por el momento- la era de los tipos de interés en cero por ciento.

De acuerdo con las declaraciones vertidas por su presidenta, Janet Yellen, la Fed en apariencia está bastante decidida a mantener un ciclo de alzas en las tasas por los próximos años. Dijo que si las condiciones económicas avanzan conforme a lo esperado, para finales de 2016 el nivel de su tasa de interés estaría en niveles de 1.5 por ciento, y para 2017, en 2.5 por ciento. En cambio, si la economía decepciona los incrementos podrían ser menores.

Esta es quizá la parte más relevante del discurso de Yellen, pero también la que debemos ver con mayor escepticismo. La razón es que la Fed es por completo susceptible a lo que suceda con los mercados financieros. Su presidenta reconoció que estarán vigilantes del precio del petróleo y del comportamiento del dólar entre otros factores, mismos que “tomarán en cuenta” en caso de que no respondan conforme a lo esperado.

Lo que en teoría nos quiere decir el Comité de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) de la Fed es que “normalizará” su política monetaria pase lo que pase: más rápido si la economía estadounidense crece, y más lento si sucede lo contrario.

Esto último es lo que resulta difícil de creer.

De ser cierto, sería una aparente buena noticia, pues como aquí hemos sostenido hace meses, el FOMC debió comenzar el alza hace mucho, incluso si eso significaba comenzar a reventar las burbujas que antes infló su política expansionista. Dicho de otro modo, hay que pasar el trago amargo de una nueva recesión, subir las tasas, asumir los costos de haberlas deprimido de forma artificial y de haber expandido su hoja de balance, reducir el consumo y aumentar el ahorro. Es imposible saltarse la resaca de una borrachera de impresión monetaria.

Sin embargo, la realidad es que la institución que preside Janet Yellen difícilmente soportará sin deprimir de nuevo los tipos y sin lanzar otra ronda de inyección de liquidez (QE), en el caso de que se presentara un desplome bursátil como el de 2008-2009, por ejemplo.

En suma, nunca confíe en la palabra de los banqueros centrales.

Hasta el momento la reacción de los mercados no ha sido abrupta, lo que confirma que la mayor parte del movimiento de tasas en efecto ya había sido descontada. Pese a ello, no pueden descartarse sobresaltos en las próximas horas.

Esta vez a diferencia de septiembre, la Fed no mencionó las circunstancias económicas y financieras globales para fundamentar su decisión. Llama la atención porque el mundo en términos de dólares está sufriendo ya la peor recesión desde los años 60 del siglo pasado.

En el gráfico de abajo –cortesía del Deutsche Bank- puede verse del lado izquierdo la tendencia de largo plazo del PIB nominal del G7, y del lado derecho el crecimiento global medido en dólares.

Con una Fed retirando liquidez mientras otros bancos centrales quieren seguir estimulando (o sea, debilitando sus monedas), no es difícil imaginar el curso futuro del dólar ni el del PIB mundial en dicha divisa. Tampoco el de la economía de Estados Unidos.

Reiteramos lo dicho en otros artículos: lo que es bueno para el billete verde no es buena noticia para todo lo demás, incluido por supuesto el petróleo, el peso, el oro, etc. En el oro, hemos sostenido que la oportunidad de compra será histórica. ¿Mantendrá de verdad la Fed el curso que ahora promete? Y de ser así, ¿hasta cuándo? Hagan sus apuestas.


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BANXICO Y TIPO DE CAMBIO, ¿QUÉ HACE? (3/3)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

Del 23 de noviembre pasado al 29 de enero entrante, estas son las reglas de política cambiaria decididas por la Comisión de Cambios y aplicadas por el Banco de México. 1) Durante dicho periodo se ofrecerán diariamente 200 millones de dólares a un tipo de cambio mínimo equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil inmediato anterior, multiplicado por 1.0 por ciento. 2)  “Además, el Banco de México convocaría a una o varias subastas de dólares suplementarias con precio mínimo, por un monto total adicional de 200 millones de dólares. El precio mínimo de asignación para estas subastas será equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil inmediato anterior incrementado en 1.5 por ciento. La convocatoria a estas subastas suplementarias estará condicionada a la asignación total de las subastas ordinarias a precio mínimo”.

Lo anterior quiere decir que todos los días el Banco de México subasta, por lo menos, 200 millones de dólares y, por lo más, 400 millones, siempre a un precio mínimo, es decir, a un tipo de cambio por debajo del cual no está dispuesto a vender. En algunas ocasiones vende todo, en otras vende algo, y en otras más no vende nada. Por ejemplo, el viernes 11 vendió los 400 millones de dólares correspondientes a las dos subastas posibles y los vendió en su totalidad: los primeros 200 a un tipo de cambio mínimo igual a 17.2458 pesos por dólar, los segundos 200 a un tipo de cambio mínimo igual a 17.3311 pesos por dólar. El lunes 14 ofreció (a las 9:00, 12:00 y 15:00 horas) 200 millones de dólares a un tipo de cambio mínimo de 17.5328 (correspondientes a la primera subasta), y no hubo compradores, lo cual quiere decir que quien necesitaba dólares los consiguió más baratos de algún otro oferente. Ello dio como resultado, adicional, que no se llevará a cabo la segunda subasta. Así es como interviene el Banco de México en el mercado cambiario, con la intención de proporcionar liquidez.


Twitter: @ArturoDammArnal

martes, 15 de diciembre de 2015

BANXICO Y TIPO DE CAMBIO, ¿QUÉ HACE? (2/3)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

El jueves 10 el tipo de cambio FIX (determinado por el Banco de México los días hábiles bancarios con base en un promedio de las cotizaciones del mercado cambiario al mayoreo para operaciones liquidables el segundo día hábil bancario siguiente) fue de 17.0750 pesos por dólar. Un día después, el viernes 11, el FIX se ubicó en los 17.3592 pesos por dólar, lo cual dio como resultado una depreciación de 1.66 por ciento, mayor a la acordada por los integrantes de la Comisión de Cambios, quienes decidieron, el pasado 23 de noviembre, que cada vez que el tipo de cambio FIX se deprecie más de 1 por ciento de un día para otro el banco central subastará hasta 200 millones de dólares a un precio mínimo igual al tipo de cambio FIX del día hábil anterior multiplicado por 1 por ciento, que en este caso resultó de 17.2458 pesos por dólar (17.0750 x 1.01). En esa primera subasta el tipo de cambio ponderado fue de 17.4117 pesos por dólar, con un máximo de 17.4175 y un mínimo de 17.4085, por arriba del tipo de cambio mínimo al cual el banco central estaba dispuesto a vender, 17.2458 pesos por dólar.

Dado que la primera subasta se agotó (se vendieron los 200 millones de dólares ofrecidos), entró en juego la segunda disposición acordada por la Comisión de Cambios: agotada la primera subasta, el Banco de México convocará a una segunda, de hasta 200 millones de dólares, a un precio mínimo igual al tipo de cambio FIX del día hábil anterior multiplicado por 1.5 por ciento, que en este caso resultó de 17.3311 pesos por dólar (17.0750 x 1.015). En esa segunda subasta el tipo de cambio ponderado fue de 17.3602 pesos por dólar, con un máximo de 17.3715 y un mínimo de 17.3552, por arriba del tipo de cambio mínimo al cual el banco central estaba dispuesto a vender, 17.3311 pesos por dólar. La demanda fue por 530 millones de dólares. La oferta de 200.

Continuará.

Twitter: @ArturoDammArnal

lunes, 14 de diciembre de 2015

BANXICO Y TIPO DE CAMBIO, ¿QUÉ HACE? (1/3)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

Por decisión de la Comisión de Cambios, ante la depreciación del peso frente al dólar, “como medida preventiva para proveer de liquidez al mercado cambiario”, del 23 de noviembre pasado al 23 de enero entrante, el Banco de México “ofrecerá diariamente 200 millones de dólares a un tipo de cambio mínimo equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil inmediato anterior, conforme a las disposiciones del Banco de México, incrementado en 1.0 por ciento. Además, el Banco de México convocaría a partir del próximo lunes (23 de noviembre) a una o varias subastas de dólares suplementarias con precio mínimo, por un monto total adicional de 200 millones de dólares. El precio mínimo de asignación para estas subastas será equivalente al tipo de cambio FIX determinado el día hábil inmediato anterior incrementado en 1.5 por ciento. La convocatoria a estas subastas suplementarias estará condicionada a la asignación total de las subastas ordinarias a precio mínimo”.

Estas son las reglas de política cambiaria que, de no suceder nada extraordinario en el ínterin, estarán vigentes hasta el próximo 23 de enero. En palabras sencillas, ¿qué suponen esas reglas? En primer lugar, que cada vez que el tipo de cambio FIX (determinado por el Banco de México los días hábiles bancarios con base en un promedio de las cotizaciones del mercado de cambios al mayoreo para operaciones liquidables el segundo día hábil bancario siguiente) se deprecie más de 1 por ciento de un día para otro el Banco de México subastará hasta 200 millones de dólares a un precio mínimo (no los ofrecerá a un precio menor) igual al tipo de cambio FIX del día hábil anterior multiplicado por 1 por ciento. En segundo término que, agotada la anterior subasta, el Banco de México convocará a una segunda subasta, de hasta 200 millones de dólares, pero en esta ocasión ofrecidos a un precio mínimo igual al tipo de cambio FIX del día hábil anterior multiplicado por 1.5 por ciento. Todo esto sucedió el pasado viernes.
Continuará.

Twitter: @ArturoDammArnal

viernes, 11 de diciembre de 2015

FMI, “brazo armado” financiero de la OTAN

En este espacio hemos comentado los claros riesgos de una escalada bélica que podría derivar en la temida Tercera Guerra Mundial. Los dos bandos en disputa –la OTAN, alianza encabezada por Estados Unidos- y Rusia del otro, continúan rozándose en Medio Oriente. Ya hubo incluso un artero y premeditado derribo de un bombardero ruso por parte de Turquía, lo que se suma a la larga lista de provocaciones contra Moscú.

Sin embargo, esta semana el enfrentamiento alcanzó un nuevo nivel con la decisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de modificar su política de no financiar países con moratorias de pago de deuda soberana.

En cuestiones de poder las casualidades no existen. No podría entenderse ese giro sin el contexto del pago que Ucrania tendría que hacer el 20 de diciembre a Rusia por 3 mil millones de dólares.

Kiev no ha tenido empacho en anunciar que no va a cumplir, lo que por supuesto, ha provocado el enojo de Moscú, que ha calificado la medida adoptada por el Fondo como “apresurada y tendenciosa”. No hay duda de ello.

Consultamos al respecto la opinión del ex funcionario del FMI y columnista de El Financiero, Sergio Negrete Cárdenas, quien nos dijo que “es muy difícil que ahí se mueva una hoja con la oposición de Estados Unidos”. Dicho de otro modo, una medida de este tipo sólo puede entenderse con la venia y auspicio de Washington. El también académico del ITESO, agregó que le llamó la atención que los cambios apliquen “con efecto inmediato”, sobre todo, si en los próximos días se concreta un préstamo a Ucrania. Esto confirmaría la dedicatoria con miras a apoyar a Kiev a sabiendas de la oposición rusa.

De ocurrir, dos cosas habrán quedado claras: primero que Estados Unidos estuvo detrás de la decisión, y segundo, que en los hechos para el FMI sólo son importantes las deudas contraídas en dólares o divisas de países amigos de Washington. Las demás, son prescindibles.

En este contexto, Michael Hudson publicó el miércoles en el blog de The Saker, un interesante artículo titulado “The IMF forgives Ukraine’s debt to Russia” (El FMI perdona la deuda de Ucrania a Rusia). El autor señaló que el Fondo ha sido atraído, con toda intención, a la órbita de la “Nueva Guerra Fría”. Acusa que le ha estado prestando dinero a Ucrania a pesar de ser un país que no tiene posibilidades visibles de pagarle.

Hudson recordó cómo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, cuando autorizaron el “paquete de ayuda” a Kiev en marzo de este año, expresó su esperanza de que hubiera paz. No obstante, “el presidente Poroshenko inmediatamente anunció que usaría los recursos para intensificar la guerra civil contra la población de habla rusa en el Este, en Donbass”, escibió Hudson.

Dado que Kiev se niega a pagar a Rusia, antes del ajuste de política anunciado esta semana por el FMI, hubiese sido imposible que recibiera más financiamiento del organismo. Estamos a días de ver si, en efecto, lo recibe.

Como quiera, el punto –sostiene Hudson- es que en los hechos el Fondo “anunció su nueva política: `sólo respaldamos deudas debidas en dólares a aliados de Estados Unidos”. Tiene razón.

El FMI pues, ha dado un nuevo golpe como “brazo armado” financiero de la OTAN.

Todo lo anterior confirma que para fines prácticos, Rusia ya está en guerra. Pese a todo, ni ese país ni China abandonarán el FMI, pero sí deberían tener claro estas potencias que, en el sistema monetario global del futuro, tendrá que constituirse una institución central distinta. Las reformas obstaculizadas por Estados Unidos no parece que puedan ser suficientes, y menos, cuando sin ellas el FMI puede seguir siendo usado como arma por los aliados.


Esta nueva provocación –de la que nada se habla en los medios predominantes- debe preocuparnos mucho. Como es evidente, del lado de Occidente alguien parece muy interesado e insistente en que el conflicto escale a niveles insospechados. Debemos evitarlo exhibiendo sus intenciones.

El Comunismo Progresivo Del QE

Peter Schiff*

La mayoría de economistas e inversores reconocen con facilidad que el periodo actual de activismo del banco central –caracterizado por episodios prolongados de flexibilización cuantitativa y tasas de interés de cero por ciento–, es un sendero recién abierto en la historia de la economía. Y mientras que algunos chocan con estas políticas por parecerles contrarias a la razón, de final abierto e inimaginablemente costosas, la mayoría expresa confianza en que nuestros banqueros centrales – extremadamente educados y basados en datos –tienen gran idea de hacia dónde se dirige este nuevo sendero y de cómo mantener los vagones unidos durante el recorrido del mismo.  

Pero resulta que en realidad no hay mucha necesidad de conjeturas. A medida que los Estados Unidos entran en su octavo año de tasas de interés de cero por ciento, nosotros deberíamos estar buscando un guía disponible a lo largo del camino de la flexibilización perpetua. Japón ha estado haciendo lo mismo por, al menos, 15 años más que nosotros. Por desgracia, a nadie parece importarle o sorprenderle, que ellos sean tan incapaces como lo somos nosotros de encontrar una salida viable. Cuando Virgilio guio a Dante a través del infierno, al menos sabía cómo salir de ahí. Pero Japón no tiene ni idea.
   
A pesar de su mucho más larga experiencia en estímulos monetarios, la economía de Japón sigue siendo lánguida y continuamente ha coqueteado con la recesión. A pesar de su fracaso, los líderes japoneses, especialmente el Primer Ministro Shinzo Abe (y su aliado en el Banco de Japón (BoJ), Haruhiko Kuroda), han reducido doblemente todas las apuestas anteriores. Esto ha significado que el estímulo japonés ahora está tomando ominosas dimensiones que aún están por verse aquí en los Estados Unidos. En particular, el Banco de Japón está considerando usar su presupuesto de Flexibilización Cuantitativa para comprar grandes cantidades de acciones de empresas japonesas que cotizan en la bolsa.
  
Así que para aquellos que aún tienen dudas, Japón nos está indicando hacia dónde lleva este gigante experimento monetario: hacia la deuda, el estancamiento y la nacionalización de la industria. Este es un destino con el que ninguno de nosotros, con la posible excepción de Bernie Sanders, debería estar feliz.   

El evangelio que une a los banqueros centrales alrededor del mundo es que la cura para la contracción económica es la creación de demanda. Tradicionalmente, ellos creían que esto podía lograrse simplemente bajando las tasas de interés, lo cual estimularía la adquisición de préstamos, el gasto y la inversión. Pero cuando eso resultó insuficiente para sacar a Japón de la recesión a principios de los 90’s, nació el concepto de Flexibilización Cuantitativa (QE). Al entrar activamente al mercado de bonos a través de la compra de valores a más largo plazo, la QE fue capaz de bajar las tasas de interés a lo largo de la duración entera del espectro, un resultado que la política monetaria convencional no podía lograr.  

 Pero desde aquel tiempo, la QE en Japón ha sido virtualmente permanente. Por desgracia, la economía de Japón no ha sido capaz de recuperar nada de su antigua salud económica. El experimento ha continuado por tanto tiempo que el Banco de Japón, ya posee más de 30% de los títulos de deuda pública en circulación. También ha aumentado sus gastos mensuales de QE al punto en que ahora excede la nueva emisión de deuda del gobierno (al igual que la mayoría de estímulos artificiales, los programas de QE necesitan agrandarse continuamente para producir algún efecto deseable). Esto ha dejado al Banco de Japón en extrema necesidad de algo más que comprar. Y ha puesto inevitablemente, la mirada en el mercado de valores japonés.

En el 2010, el Banco de Japón, empezó a comprar posiciones en la equidad japonesa de Fondos de Comercio de Intercambio (Exchange Traded Funds ETFs). Estos valores, que siguen el desempeño subyacente de la bolsa de valores japonesa en general, están a un paso de la propiedad de las propias empresas. Después de cinco años de la política, el Banco de Japón ahora posee más de la mitad del mercado de ETFs de la nación entera. Pero eso no le ha impedido que expanda el programa. En el 2014, triplicó su compra de ETFs a $3 mil billones de yenes por año ($25 mil millones), y el programa podría triplicarse de nuevo en el corto plazo. En tan sólo otro ejemplo de cómo la QE es una ventaja para la industria de servicios financieros, las empresas de inversión japonesas actualmente están emitiendo nuevos ETFs tan sólo para darle algo que comprar al Banco de Japón.

Sin embargo, estas compras no han demostrado ser especialmente eficaces en hacer mucho, con la excepción de posiblemente elevar los precios de las acciones de ETFs. Pero aún eso ha sido un arma de doble filo. Se supone que los ETFs sean el carro impulsado por los mercados (que funcionan como caballos). Pero tratar de mover al mercado a través de la compra de ETFs crea un nivel completamente distinto de distorsiones potenciales de los precios. También tiende a limitar el impacto de los poseedores de activos financieros, antes que a la economía en general. Por esta razón el Banco de Japón ahora está contemplando la acción más directa de la compra de acciones en empresas japonesas individuales.  

Estas compras permitirían al gobierno japonés acumular considerables intereses electorales en algunas de las compañías más grandes de Japón. La participación en el capital permitiría entonces, de acuerdo con un economista citado en Bloomberg, que la Administración de Abe demande que las corporaciones japonesas se adhieran a las prioridades del gobierno para los aumentos salariales y el aumento del gasto corporativo. El mismo economista sugirió que este “micro” estímulo proporcionado por las empresas controladas por el gobierno puede resultar más eficaz para estimular la economía que las “macro” adquisiciones de bonos del gobierno.

Estas posibilidades deberían aterrar a cualquiera que aún conserve alguna fe en el libre mercado. Los más de cuatro billones de dólares de bonos del gobierno comprados a través del programa de QE de la Reserva Federal desde el 2008 ahora se sientan en la cuenta de la Fed. Aunque estas compras pueden haber distorsionado el mercado de bonos, creado falsas señales a la economía y pueden vislumbrarse como un peligro para el futuro (cuando los bonos tengan que ser vendidos), son principalmente un medio de la monetización de la deuda, por lo que el gobierno se vende la deuda a sí mismo. Pero las compras de acciones implicarían una sigilosa nacionalización de la industria, y representarían un fuerte giro hacia el comunismo.

Muchos observadores estadounidenses se reconfortarán en la creencia de que los Estados Unidos ya han concluido su experimento de QE y en que ahora estamos yendo en la dirección opuesta, hacia una era de ajuste monetario. Pero esto es en gran medida, una mala interpretación la situación actual.

La economía estadounidense se está desacelerando notablemente, y a pesar de las afirmaciones continuas de la Fed de que el alza en las tasas es probable en un futuro muy cercano, yo considero que estamos atorados tan firmemente en la trampa de los estímulos como lo está Japón. La principal diferencia entre los E.U. y Japón, es que Japón empezó este “experimento” desde una posición económica mucho más fuerte. Japón era un país acreedor, con amplio ahorro interno y grandes superávits comerciales. En contraste, Estados Unidos empezó como el mayor país deudor del mundo, con un ahorro mínimo y enormes déficits comerciales. Así que si Japón, con su posición económica superior, no pudo librarse a sí mismo de esta trampa, ¿qué esperanza tiene Estados Unidos?

 Si la Reserva Federal no es capaz de elevar las tasas de cero, tampoco tendrá la capacidad de cortarlas para luchar la próxima recesión. Así que la próxima vez que se produzca una recesión económica (y una ya podría estar en camino), la Reserva Federal tendrá que lanzar de inmediato la siguiente ronda de QE. Cuando la QE4 resulte tan ineficaz como las tres últimas rondas, para crear un crecimiento económico real, la Fed puede tener que considerar las ideas radicales que contempla actualmente el Banco de Japón. 

Así que este es el final de la QE: la explosión de la deuda, distorsión financiera, estancamiento prolongado, recesión recurrente y la toma eventual del gobierno de la industria y la economía. Esta parece ser la alternativa preferida de los políticos y banqueros que simplemente se niegan a dejar que los mercados libres funcionen de la manera en que se supone que lo hagan.

Si las tasas de interés jamás hubieran sido manipuladas por los bancos centrales y la QE nunca hubiera sido inventada, los mercados podrían haberse purgado a sí mismos de las burbujas especulativas y las malas inversiones desde hace años. Claro que podríamos haber tenido una recesión más profunda, pero también podría haber sido mucho más corta, y podría haber sido seguida de una recuperación mucho más robusta y sostenible. 

En lugar de eso, Washington se ha unido a Tokio en el camino a Leningrado.


*Peter Schiff es un economista experto en los mercados de renta variable, divisas y metales preciosos reconocido a nivel internacional, que se ganó una gran reputación como director general y director de estrategia global de Euro Pacific Capital y que con frecuencia imparte conferencias sobre economía e inversiones alrededor del mundo. No solo ha recibido la atención de los medios de comunicación impresos, siendo a menudo citado en prestigiosas publicaciones como el Wall Street Journal, New York Times, Los Angeles Times, Barron's, BusinessWeek, TIME y Fortune, sino que también ha tenido apariciones regulares en medios audiovisuales como la CNBC, Fox Business, CNN, MSNBC y Fox News Channel. Además, cuenta con su propio programa de radio semanal, Wall Street Unspun y es autor de exitosos libros hoy convertidos en best sellers.SchiffOro.com constituye su primera incursión en el mercado hispano y publica con regularidad todo el contenido de Peter Schiff en español. Síguelo en Twitter y en Facebook. 

BANXICO, ¿DOBLE MANDATO? (5/5)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

Hay quienes consideran que los bancos centrales deben tener dos mandatos: primero, preservar el poder adquisitivo del dinero; segundo, incentivar la producción y el empleo, sin darse cuenta, uno, que son objetivos incompatibles y, dos, que la preservación del poder adquisitivo del dinero de los consumidores y los ahorradores es la mejor contribución que un banco central puede hacer a favor del bienestar de la gente.

Sin embargo, una y otra vez surgen voces que demandan que, tal y como sucede con la Reserva Federal de los Estados Unidos (¡como si fuera ejemplo a seguir!), que sí tiene ese doble mandato (lo cual la hace un banco central esquizofrénico), se le imponga al Banco de México la doble tarea: preservar el poder adquisitivo del peso e incentivar la producción y el empleo, todo ello consecuencia del keynesianismo, de la creencia de que la demanda crea oferta, y de que una mayor demanda crea una mayor oferta y, por lo tanto, más producción y más empleo, lo cual es la excepción, pero no la regla, siendo la regla, tal y como lo expliqué en la entrega anterior, la inflación, la pérdida del poder adquisitivo del dinero.

Quienes pretenden que al Banco de México se le imponga el doble mandato bien pueden argumentar que éste es el momento, ya que la inflación se encuentra en mínimos históricos (2.21 por ciento anual en noviembre). Mi postura es la contraria: precisamente porque se ha alcanzado una inflación en mínimos históricos, precisamente porque el Banco de México, ¡por fin!, va en la dirección correcta, es que no se debe comprometer lo logrado, y lo logrado se comprometería si se le impusiera al banco central el doble mandato.

Lo que se debe exigir es lo contrario, que se modifique el artículo 28 constitucional, en el cual se señala que la tarea prioritaria del Banco de México es preservar el poder adquisitivo de la moneda nacional, para que se diga que esa tarea debe ser la única, no la prioritaria.


Twitter: @ArturoDammArnal

jueves, 10 de diciembre de 2015

BANXICO, ¿DOBLE MANDATO? (4/5)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

El Banco de México tiene como tarea prioritaria preservar el poder adquisitivo del dinero, tarea que hoy es la única, pero que, dado que “prioritaria” quiere decir que tiene prioridad, y tenerla implica la anterioridad de algo respecto de algo más, puede llegar a no serlo, como lo pretenden quienes proponen imponerle una segunda tarea, que podrá no ser la prioritaria, pero que, de imponérsele, terminaría siendo una tarea más.

¿Cuál es esa segunda tarea? Promover la producción y el empleo. Entre quienes lo pretenden está Carlos Slim, a quien cito: "Aquí  en México la función principal del Banxico (…) es cuidar la inflación (…), pero la Fed tiene el objetivo de cuidar la inflación y cuidar el empleo entonces sería importante que en el país (…)  pudiéramos buscar que el Banxico tuviera una función adicional a la de sólo cuidar la inflación…"[1], función adicional que sería la de impulsar la producción y el empleo. ¿Cómo? Lo explico brevemente (en la variante más socorrida; hay otras).

El banco central produce dinero, se lo da al gobierno, éste lo gasta, aumenta la demanda por bienes y servicios, lo cual incentiva la producción y el empleo. Resultado: más producción y más empleos. ¿Así de fácil? No, claro que no. El proceso se cumple hasta el aumento en la demanda por bienes y servicios, lo cual no necesariamente se traduce, mucho menos a corto plazo, en más producción y más empleos, pudiéndose traducir en alza de precios. Todo dependerá de que los productores tengan capacidad ociosa para aumentar la producción al paso que aumenta la demanda y de que, teniéndola, decidan hacerlo, nada de lo cual es seguro.

La propuesta de Slim se basa en la creencia keynesiana de que la demanda crea oferta, lo cual no es cierto. Si así fuera acabar con el desempleo y la pobreza sería cosa de producir dinero, regalárselo a la gente para generar demanda, lo cual se traduciría en más producción y más empleos. ¿Así de fácil?
Continuará.

Twitter: @ArturoDammArnal



[1] http://capitalmexico.com.mx/index.php/el-dinero-detalle/95420-recomienda-slim-dotar-de-nuevo-mandato-al-banxico

Subir o no subir las tasas, esa es la cuestión para la Fed

Articulista Invitado 
Dickson Buchanan Jr.*

De hecho, esa ha sido la cuestión por lo que ya parece una eternidad. Pero la cuestión de si la Reserva Federal va a elevar o no las tasas de interés en diciembre es insignificante. La verdad es que la Reserva Federal está condenada si sube las tasas y está condenada si no lo hace.
La intensa propaganda del aumento en las tasas inició hace casi tres años. Hemos experimentado casi 36 meses de intentos pseudo-científicos, insípidos, y de ida y vuelta, para descifrar minutas de la Fed que son cada vez más vagas y poco concluyentes en cuanto a cuándo, cuánto y qué tipo de aumentos podemos esperar. No se necesita ser un economista profesional para reconocer que la política de la Fed es una táctica dilatoria.

Peter Schiff ha hecho un llamado sobre este punto en repetidas ocasiones, demostrando que si realmente quisieran elevar las tasas ya lo hubieran hecho para este momento.
Incluso algunos importantes medios de comunicación financieros han empezado a mofarse de lo que ha llegado a parecer un mal drama de suspenso de telenovela. La conclusión es que los constantes aplazamientos de la Reserva Federal han puesto su credibilidad en tela de juicio. Es como la historia del niño que gritaba “lobo”. Cada vez que la Reserva Federal sale frente al público y dice “No será este mes, pero el siguiente mes…” significa un golpe más a su credibilidad.    

Esta debe ser una situación incómoda para los miembros de la Reserva Federal, en especial si realmente no quieren elevar las tasas – y probablemente así sea. Sin duda tienen bastantes razones para no hacerlo. Como explicamos a principios de este año, la Fed debe continuar con la pretensión de ser solvente para mantener su credibilidad como institución financiera. Apenas la semana pasada, Peter argumentó que no es probable que la Fed eleve las tasas en diciembre porque está enfocada en mantener una burbuja de mercado inflada antes que permitir que los Estados Unidos experimenten una dolorosa, aunque necesaria, recuperación económica. De hecho, las mediocres ventas del Viernes Negro pueden proporcionar la excusa perfecta para posponer el “anticipado” aumento de las tasas en diciembre.   

La realidad detrás de toda la propaganda del aumento en las tasas, es que la Fed está en una situación realmente difícil que ella misma ha creado. No puede ganar sin importar lo que haga.
Si la Fed eleva las tasas, restaurará su credibilidad en el corto plazo. Pero entonces corre el riesgo de ahorcarse financieramente junto con el resto del mundo debido al aumento del costo en los préstamos. Tal decisión eventualmente traería consecuencias desastrosas en lo que a la gestión de la deuda de Los Estados Unidos se refiere – quizás mucho antes de lo que incluso la Fed podría anticipar. 

Sin embargo, si la Reserva Federal opta por renunciar al alza y continuar con el patrón de siete años de tasas de interés de cero, esto destruirá su credibilidad ante los ojos del mundo. Una política de interés de cero es el equivalente a un voto de desconfianza en la economía, sin importar los intentos del gobierno de convencernos de que está mejorando. Más aun, la gente se está dando cuenta de que vivir en un mundo de intereses ligados a cero es una pesadilla financiera, con ahorros y acumulación de capital tan difícil como lo ha sido siempre.
Al final del día, la Fed no tiene una “buena” opción. Es por eso que la propaganda del alza en las tasas es sólo eso – propaganda. La Reserva Federal está condenada si eleva las tasas y está condenada si no lo hace. No importa qué decisión tome el Banco Central, no se beneficiará a sí mismo ni beneficiará a la economía.

*Máster en Economía de la Escuela Austriaca de la Universidad de Rey Juan Carlos en Madrid, Dickson Buchanan Jr. es Director de Desarrollo Internacional para SchiffOro.com la expansión a Latinoamérica de Schiffgold, LLC la empresa de Peter Schiff dedicada a la compraventa de los metales preciosos. En esta capacidad trabaja en asuntos de investigación y análisis de los mercados financieros sobre todo los mercados de oro y plata. Escribe y publica con regularidad en temas relacionados con la importancia del oro. Sus áreas de interés son la teoría monetaria, teoría de capital, empresarialidad e historía del pensamiento económico.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

BANXICO, ¿DOBLE MANDATO? (3/5)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

El gobierno puede quitarle al ciudadano de dos maneras: quitándole dinero (cobrándole impuestos) y/o quitándole poder adquisitivo a su dinero (generando inflación), siendo que está última manera de quitar afecta más a quienes menos ingresos generan (la inflación, independientemente de su nivel, le pega más a quien gana mil pesos que a quien gana cien mil), lo cual en un país como México, en el cual la mayoría genera ingresos insuficientes, resulta inaceptable. Es por ello que, por ningún motivo, debe perderse la dirección que ha tomado la inflación: a la baja y en mínimos históricos, 2.48 por ciento en octubre pasado. ¿Cómo se logró este resultado?

En primer lugar porque, como se apunta en el artículo 28 constitucional, el Banco de México tiene como tarea prioritaria (palabra “prioritaria” que, como explicaré más adelante, debe cambiarse por “única”), preservar el poder adquisitivo del dinero, sin ninguna otra tarea asignada (al menos por ahora), momento de recordar lo que escribí en la entrega anterior: La única tarea admisible (aceptable, válida, razonable, tolerable, etc.) para cualquier banco central es preservar el poder adquisitivo del dinero. La única.

En segundo lugar, y condición necesaria para que el Banco de México cumpla con su tarea prioritaria, su autonomía, que se concreta en el hecho, también señalado en el 28 constitucional, de que ningún poder podrá obligar al banco central “conceder financiamiento”, es decir, el Banco de México no debe producir dinero y dárselo al gobierno para que lo gaste, consistiendo en ello, precisamente, la inflación.

La autonomía del Banco de México, y el que tenga como tarea prioritaria preservar el poder adquisitivo del dinero, son las causas que explican los mínimos históricos en materia de inflación, algo que beneficia más a quienes menos tienen, razón por la cual, como mínimo, la inflación debe mantenerse a ese nivel, algo que no se logrará si se le hace caso a quienes, como es el caso de Carlos Slim, proponen imponerle al Banco de México otra tarea. ¿Cuál? Ya veremos.

Continuará.


Twitter: @ArturoDammArnal

martes, 8 de diciembre de 2015

La Reserva Federal Está Asustando A Los Mercados, No China

Por:  Peter Schiff*

Abróchense los cinturones porque este paseo se está poniendo cada vez más interesante. La semana pasada el Índice Promedio Industrial Dow Jones cayó más de 1,000 puntos, consiguiendo su peor desempeño semanal en cuatro años. La venta masiva llevó al Dow Jones a más de 10% por debajo de sus valuaciones más altas, constituyendo así la primera corrección oficial en cuatro años. Un tercio de las compañías S&P 500, ya está en territorio del mercado bajista, habiendo declinado más del 20% de sus máximos. Más aterrador aun, es que la venta se intensificó hacia el cierre de la semana, con el Dow perdiendo 530 puntos el viernes, después de caer 350 puntos el jueves. La semana que inicia es aún peor, con el Dow cayendo casi 1,100 puntos cerca de la apertura de hoy, antes de cortar sus pérdidas significativamente. Sin embargo, nadie debería esperar que esta venta termine. La corrección pronto podría transformarse en un mercado bajista completamente desarrollado si la Reserva Federal tiene éxito en sus supuestas intenciones de elevar las tasas de interés este año. Pero no nos hagamos ilusiones, mientras la mayoría de los observadores de mercado están prestos para culpar a China de la venta, la realidad es que este mercado fue traído a la vida por la Reserva Federal, y la Reserva Federal es la única fuerza que lo mantendrá vivo. 

El Dow ha superado los mínimos de octubre del 2014, cuando los temores de la vida sin flexibilización cuantitativa y las tasas de interés de cero por ciento habían ocasionado que los mercados retrocedieran alrededor del 5%. En aquel entonces, cuando el temor del mercado comenzó a propagarse, James Bullard, Presidente de la Fed de St. Louis, emitió unas cuantas palabras asegurando a los mercados que la Reserva Federal estaba lista para reactivar los motores de la QE en caso de que la economía realmente necesitara una fresca dosis de estímulos. Para finales de año el Dow había subido 10%. 
  
En medio de la carnicería de la semana pasada, el señor Bullard estaba ahí una vez más. Pero en lugar de lanzar al mercado un muy necesario salvavidas, le lanzó un ancla no deseada. Puntualizó que la economía era aun suficientemente fuerte para garantizar un aumento a las tasas en septiembre. Sin embargo, fue cuidadoso al señalar que la Reserva Federal todavía “depende de los datos” y, por lo tanto, basaría su decisión en información que será publicada durante las próximas tres semanas. Así que después de casi siete años de tasas de interés de cero por ciento, la decisión más trascendental que la Fed haya tomado desde la Gran Recesión será dictada por unos cuantos puntos de datos semanales que aún están por emerger. ¿Siete años de datos no les han proporcionado ya información suficiente? ¿Qué sigue? ¿Tendrán que revisar el pronóstico del tiempo de cinco días para asegurar que no habrá lluvia antes de que se decidan a jalar el gatillo?

Como he estado diciendo por años, la Reserva Federal siempre ha sabido que la frágil economía creada a través de estímulos podría resultar incapaz de sobrevivir incluso al más marginal aumento en las tasas. Pero a fin de infundir confianza en los mercados, ha fingido que podría hacerlo. Wall Street ha jugado en gran medida a lo largo de la farsa, insistiendo en que los aumentos en las tasas estaban justificados por una economía aparentemente en fortalecimiento y que necesitaba restablecer la normalidad para los mercados financieros.  

Pero la recuperación que Wall Street había anticipado jamás llegó, y los comerciantes que anteriormente habían exigido que la Reserva Federal siguiera con el espectáculo, ahora han entrado en pánico al ver que el alza en las tasas está por ocurrir de frente a una economía en debilitamiento. Como resultado, estamos viendo la repetición de la llamada “rabieta cónica” del 2013, cuando las acciones liquidaron al anunciar la Reserva Federal que estaba por reducir sus compras de bonos de QE.  

La pregunta ahora es ¿qué tanto tendrán que caer todavía los mercados antes de que la Reserva Federal salga al rescate cancelando cualquier amenaza de incremento en las tasas? ¿Qué otra cosa podría rescatar a los mercados de la actual picada?

Piensen en el lugar en el que nos encontramos. Las valoraciones de las acciones son extremadamente altas, los ingresos están cayendo y la economía claramente se está desacelerando. La continua marcha al alza en los precios de las acciones ha sido posible gracias a una ola de financiamiento y recompra de acciones baratas. Hay muy pocas razones para sospechar actualmente que los ingresos, ganancias, y precios de las acciones repentinamente mejorarán orgánicamente. Este mercado se trata únicamente de la Reserva Federal. Después de una de las más largas e ininterrumpidas carreras alcistas en la historia, los inversionistas bajistas han aprendido por la mala que no pueden luchar contra la Reserva Federal. Así que ¿Por qué deberían esperar ganar ahora que la Fed está tomando la postura de que está a punto de embarcarse en un ciclo de ajustes?

Si la Reserva Federal estuviera por hacer lo que pretende hacer (embarcarse en una campaña de ajustes que lleva a las tasas a alrededor del 2.0% en 18 meses), y en el proceso ignora la carnicería en Wall Street, creo que veríamos una consistente liquidación en la que se renunciaría a la mayoría de los logros alcanzados desde el 2009. Después de todo, ¿qué tantos de esos logros provinieron de mejoras de buena fe en la economía? Todo fue sobre los pilares gemelos de la Flexibilización Cuantitativa y las tasas de cero por ciento. La Fed ya ha removido uno de los pilares, y no es ningún accidente que los mercados no hayan ganado ningún terreno en absoluto en los ocho meses desde que el programa de QE fue oficialmente reducido.

Dado que el Mercado considera un mundo sin el Segundo pilar, se podría asegurar una caída libre. Ahora que hemos superado los mínimos de octubre del 2014, hay muy poco apoyo técnico que debería entrar en juego. Una caída libre en los mercados podría ser una amenaza existencial a la ya de por sí, débil economía. Debería quedar claro que la Fed, controlada por Janet Yellen, no querría arriesgarse a tal escenario. Es por esto que creo que, si la fuerte venta masiva en los mercados continúa, obtendremos una clara señal de que el alza en las tasas está fuera de lugar.

Desde luego, aun si se nos arroja esa carnada, la Fed fingirá que la debilidad era inesperada y que no viene desde dentro (sino que es causada por fuerzas externas procedentes de China y Europa). Usando esa excusa, intentará prolongar la farsa de que su retraso es sólo temporal. Por ahora al menos Wall Street está feliz de seguir el juego de echarle la culpa a China. Esto ignora el hecho de que China ha tenido liquidaciones mucho más grandes en semanas recientes que no llevaron a consecuentes pérdidas en Wall Street. Creo que los problemas en China son los mismos que están enfrentando otras economías emergentes, a saber, el temor a un ciclo de ajustes que debilitaría la demanda estadounidense, bajaría los precios de las materias primas mientras que simultáneamente succionaría el capital de inversión dentro de los Estados Unidos y lejos de los mercados emergentes, como resultado de tasas de interés internas más altas y el fortalecimiento del dólar.

Pero si una interrupción temporal en la retórica del alza en las tasas no es suficiente para detener la marea, puede ser necesario un repudio más definitivo. Tal aceptación finalmente debería abrir algunos ojos en Wall Street sobre la verdadera naturaleza de la economía y el fortalecimiento injustificado del dólar. Esto podría estar sucediendo ya. El índice del dólar cerró en 95 el viernes… debajo de un máximo de 98 de dos semanas previas. El lunes, el índice superó el nivel de soporte de 93.50 y cayó más de 3% en sólo un día, hasta un mínimo intradiario de 92.6 ¿Quién sabe dónde se detendrá ahora? 

El oro se está recuperando de cara a la crisis y ha regresado rápidamente a $1,160, arriba de alrededor de $80 en sólo dos semanas. El rebote en el oro debe estar causando extrema angustia en Wall Street. Hace sólo dos semanas, en medio de la convicción ampliada de que el oro caería por debajo de $1,000, fue revelado que los fondos de cobertura, por primera vez, mantuvieron posiciones cortas netas en oro. Esas operaciones no están funcionando. Con las principales divisas y el oro ahora fortaleciéndose contra el dólar, el dólar ha tenido algún éxito contra rivales mucho menores, como el baht tailandés y el tenge kazako. Pero estas victorias contra monedas mayormente ligadas a productos pueden ser las últimas batallas que el dólar gane por un tiempo, especialmente si Janet Yellen finalmente se sincera sobre la avenencia inherente de la Fed. Esas monedas ahora cayendo más lejos pueden ser las mayores ganadoras si las tasas de la Fed aumentan.

 Algunos todavía se aferran a la creencia de que la Fed entregará un incremento en las tasas de uno o dos token 25 basis point antes de fin de año. Pero esto podría exponer a la Fed a una catástrofe mayor que si no hiciera absolutamente nada. Si realmente eleva las tasas, y la crisis en Wall Street se intensifica, debilitando aún más una economía ya en desaceleración, la Reserva Federal tendría que revertir el curso rápidamente y reducir de nuevo a cero. Esto pondría el desacierto y la impotencia de la Fed en un foco muy agudo. Desde su perspectiva cualquier cosa es mejor que eso. Si no hace nada, y la economía continúa desacelerándose, “requiriendo” en última instancia estímulos adicionales, al menos parecerá que su cautela estaba justificada.
  
Desafortunadamente para la Fed, no será capaz de salirse con la suya si sigue sin hacer nada por mucho más tiempo. Las circunstancias podrían forzarla pronto a mostrar las manos. Entonces, tal vez algunos puedan darse cuenta de que la Reserva Federal no tiene absolutamente nada y que ha estado fanfarroneando todo el tiempo.


Peter Schiff es un economista experto en los mercados de renta variable, divisas y metales preciosos reconocido a nivel internacional, que se ganó una gran reputación como director general y director de estrategia global de Euro Pacific Capital y que con frecuencia imparte conferencias sobre economía e inversiones alrededor del mundo. No solo ha recibido la atención de los medios de comunicación impresos, siendo a menudo citado en prestigiosas publicaciones como el Wall Street Journal, New York Times, Los Angeles Times, Barron's, BusinessWeek, TIME y Fortune, sino que también ha tenido apariciones regulares en medios audiovisuales como la CNBC, Fox Business, CNN, MSNBC y Fox News Channel. Además, cuenta con su propio programa de radio semanal, Wall Street Unspun y es autor de exitosos libros hoy convertidos en best sellers.SchiffOro.com constituye su primera incursión en el mercado hispano y publica con regularidad todo el contenido de Peter Schiff en español. Síguelo en Twitter y en Facebook. 

El petróleo determinará el futuro de México

El título de este artículo corresponde a una de las frases más destacadas que el gurú de la inversión en materias primas, Jim Rogers, nos dijo en la más reciente entrevista que sostuvimos con él. Afirmó también que contrario al consenso del mercado energético, la crisis de precios en este sector está tocando fondo.

El argumento central es muy claro: en el corto y mediano plazos, la energía proveniente del gas y el petróleo no dejará de usarse. Anticipa por eso que vendrá un alza que se prolongará por varios meses o incluso años. Estamos de acuerdo.

La caída de precios en las materias primas tiene causas fundamentales, entre las cuales, destacan una desaceleración de la economía china y la política de tasas de interés en cero por ciento, acompañada de la “flexibilización cuantitativa” (QE) por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed). Sobre esto último abundamos en el artículo del lunes.

En el caso del petróleo, súmele una gran abundancia cortesía de la producción de Estados Unidos y un ritmo de extracción que –incluso por razones geopolíticas-, ha echado por la borda cualquier posible acuerdo de recorte al suministro por parte miembros y no miembros de la OPEP.

Ahora bien, todos los mercados se mueven en ciclos alcistas y bajistas pero que nunca van en línea recta. Esto es, uno bajista (bear market) tendrá episodios de alzas que harán parecer que la tendencia cambió. Lo mismo sucede a la inversa: un mercado alcista (bull market) tendrá correcciones (bajas) que a algunos hará pensar que la fiesta terminó.

En ese contexto, desde 2011 ha tenido lugar una nueva corrección mayor en el mercado de commodities (materias primas) que ha catapultado el pesimismo sobre su futuro.

A ese pesimismo abonan las expectativas del inicio de alzas de tasas de interés por parte de la Fed este mes, que la fortaleza del dólar da por descontado. De confirmarse la subida de tipos es posible que el billete verde siga ganando fuerza: lo que es bueno para el dólar no lo es para el oro, la plata, el petróleo y todo lo demás.

Pese a ello, no debemos perder de vista el bosque por contemplar un árbol. La economía global y en particular la estadounidense no está mejor hoy que antes del inicio de la crisis de 2008. De hecho, está mucho peor. La peor recuperación post recesión de que se tenga registro tiene cimientos de papel. El raquítico crecimiento alcanzado requirió una expansión enorme de la deuda a escala global.

Así que es sólo cuestión de tiempo para que una nueva recesión en Estados Unidos se haga presente, y cuando llegue, el dólar y los bonos del Tesoro podrían alcanzar niveles insospechados de burbuja. Pese a no serlo en realidad, el público todavía los percibe como refugios “seguros”.

El desastre que han creado la Fed y otros bancos centrales deprimiendo tasas e imprimiendo dinero al por mayor, terminará con una crisis peor que la que buscaban evitar. Será entonces cuando lo que será malo para el dólar y el resto de divisas de papel, sea bueno para los precios de las materias primas. Como todos los ciclos alcistas, concluirá cuando algún día también se hayan inflado en burbuja. Estamos lejos todavía.

Los inversores que hayan tomado previsiones a tiempo sacarán los mayores beneficios. Petróleo, oro, plata, etc., retomarán el camino alcista que por ahora toma un descanso.


El futuro de México puede ser positivo. Aunque tarde, la reforma energética llegó y ya es ganancia. 

De nuevo, es válida aquella vieja recomendación del inversor contrario: sea codicioso cuando otros tengan miedo, y tenga miedo cuando otros sean codiciosos. La inversión en el sector energético y en general en el de materias primas, no tiene más riesgos ahora que los precios son bajos, sino precisamente por eso, el riesgo es menor y las perspectivas, mejores. Habrá que aprovechar.

BANXICO, ¿DOBLE MANDATO? (2/5)

PESOS Y CONTRAPESOS
ARTURO DAMM ARNAL

La única tarea admisible para cualquier banco central es preservar el poder adquisitivo del dinero, que no es suyo sino de los trabajadores, consumidores y ahorradores, lo cual supone que, al paso del tiempo, con la misma cantidad de dinero se pueda comprar la misma canasta (misma cantidad y misma calidad) de bienes y servicios. ¿Cómo saber si un banco central cumple con su tarea? Analizando el comportamiento del Índice de Precios al Consumidor, a partir del cual se calcula la inflación. Entre más baje la inflación, y entre más baja sea la inflación, más se acercará el banco central al cumplimento de su tarea, tal y como ha sucedido, a lo largo de este 2015, con el Banco de México: la inflación anual (comparando el Índice de Precios al Consumidor de un mes con el del mismo mes del año anterior) para octubre (último mes para el que tenemos la información) de 2011 a 2015 fue, respectivamente, 3.20, 4.60, 3.36, 4.30 y 2.48 por ciento. Esta última fue un mínimo histórico.

Estrictamente hablando el Banco de México no cumple con la única tarea aceptable para un banco central, misma que supone que no haya inflación, pero la inflación ha bajado sostenidamente y alcanzado niveles correspondientes a mínimos históricos, todo lo cual apunta en la dirección correcta, misma que por ningún motivo debe variar, debiendo subrayarlo: ¡por ningún motivo!, mucho menos por el que tiene que ver con la intención de impulsar, usando para ello la política monetaria, que para tal fin casi siempre resulta ineficaz, el crecimiento de la producción y la creación de empleos.

Lo pongo en perspectiva, calculando la inflación anual, para el mes de octubre, de cada uno de los años señalados: 1985, 58.02; 1990, 28.62; 1995 (el año del Efecto Tequila, consecuencia del tristemente célebre Error de Diciembre del 94), 45.66; 2000, 8.91; 2005, 3.05; 2010, 4.02; 2015, 2.48 por ciento. La inflación va a la baja y ha alcanzado niveles que corresponden a mínimos históricos. ¿Por qué?

Continuará.


Twitter: @ArturoDammArnal