PESOS
Y CONTRAPESOS
Hay quienes consideran que los bancos
centrales deben tener dos mandatos: primero, preservar el poder adquisitivo del
dinero; segundo, incentivar la producción y el empleo, sin darse cuenta, uno,
que son objetivos incompatibles y, dos, que la preservación del poder
adquisitivo del dinero de los consumidores y los ahorradores es la mejor
contribución que un banco central puede hacer a favor del bienestar de la
gente.
Sin embargo, una y otra vez surgen
voces que demandan que, tal y como sucede con la Reserva Federal de los Estados
Unidos (¡como si fuera ejemplo a seguir!), que sí tiene ese doble mandato (lo
cual la hace un banco central esquizofrénico), se le imponga al Banco de México
la doble tarea: preservar el poder adquisitivo del peso e incentivar la
producción y el empleo, todo ello consecuencia del keynesianismo, de la
creencia de que la demanda crea oferta, y de que una mayor demanda crea una
mayor oferta y, por lo tanto, más producción y más empleo, lo cual es la
excepción, pero no la regla, siendo la regla, tal y como lo expliqué en la
entrega anterior, la inflación, la pérdida del poder adquisitivo del dinero.
Quienes pretenden que al Banco de
México se le imponga el doble mandato bien pueden argumentar que éste es el
momento, ya que la inflación se encuentra en mínimos históricos (2.21 por
ciento anual en noviembre). Mi postura es la contraria: precisamente porque se
ha alcanzado una inflación en mínimos históricos, precisamente porque el Banco
de México, ¡por fin!, va en la dirección correcta, es que no se debe
comprometer lo logrado, y lo logrado se comprometería si se le impusiera al
banco central el doble mandato.
Lo que se debe exigir es lo contrario,
que se modifique el artículo 28 constitucional, en el cual se señala que la
tarea prioritaria del Banco de México es preservar el poder adquisitivo de la
moneda nacional, para que se diga que esa tarea debe ser la única, no la
prioritaria.
Twitter: @ArturoDammArnal
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