Dickson Buchanan Jr.*
De hecho, esa ha sido la cuestión por lo que ya parece una
eternidad. Pero la cuestión de si la Reserva Federal va a elevar o no las tasas
de interés en diciembre es insignificante. La verdad es que la Reserva Federal
está condenada si sube las tasas y está condenada si no lo hace.
La intensa propaganda del aumento en las tasas inició hace casi
tres años. Hemos experimentado casi 36 meses de intentos pseudo-científicos, insípidos,
y de ida y vuelta, para descifrar minutas de la Fed que son cada vez más vagas y
poco concluyentes en cuanto a cuándo, cuánto y qué tipo de aumentos podemos
esperar. No se necesita ser un economista profesional para reconocer que la
política de la Fed es una táctica dilatoria.
Peter Schiff ha hecho un llamado sobre este punto en repetidas
ocasiones, demostrando que si realmente quisieran elevar las tasas ya lo
hubieran hecho para este momento.
Incluso algunos importantes medios de comunicación financieros
han empezado a mofarse de lo que ha llegado a parecer un mal drama de suspenso de
telenovela. La conclusión es que los constantes aplazamientos de la Reserva
Federal han puesto su credibilidad en tela de juicio. Es como la historia del
niño que gritaba “lobo”. Cada vez que la Reserva Federal sale frente al público
y dice “No será este mes, pero el siguiente mes…” significa un golpe más a su
credibilidad.
Esta debe ser una situación incómoda para los miembros de la
Reserva Federal, en especial si realmente no quieren elevar las tasas – y
probablemente así sea. Sin duda tienen bastantes razones para no hacerlo. Como
explicamos a principios de este año, la Fed debe continuar
con la pretensión de ser solvente para mantener su credibilidad como
institución financiera. Apenas la semana pasada, Peter argumentó
que no es probable que la Fed eleve las tasas en diciembre porque está enfocada
en mantener una burbuja de mercado inflada antes que permitir que los Estados
Unidos experimenten una dolorosa, aunque necesaria, recuperación económica. De
hecho, las mediocres ventas del Viernes Negro pueden proporcionar la excusa
perfecta para posponer el “anticipado” aumento de las tasas en diciembre.
La realidad detrás de toda la propaganda del aumento en las
tasas, es que la Fed está en una situación realmente difícil que ella misma ha
creado. No puede ganar sin importar lo que haga.
Si la Fed eleva las tasas, restaurará su credibilidad en el
corto plazo. Pero entonces corre el riesgo de ahorcarse financieramente junto
con el resto del mundo debido al aumento del costo en los préstamos. Tal
decisión eventualmente traería consecuencias desastrosas en lo que a la gestión
de la deuda de Los Estados Unidos se refiere – quizás mucho antes de lo que
incluso la Fed podría anticipar.
Sin embargo, si la Reserva Federal opta por renunciar al alza y
continuar con el patrón de siete años de tasas de interés de cero, esto
destruirá su credibilidad ante los ojos del mundo. Una política de interés de
cero es el equivalente a un voto de desconfianza en la economía, sin importar
los intentos del gobierno de convencernos de que está mejorando. Más aun, la
gente se está dando cuenta de que vivir en un mundo de intereses ligados a cero
es una pesadilla financiera, con ahorros y acumulación de capital tan difícil
como lo ha sido siempre.
Al final del día, la Fed no tiene una “buena” opción. Es por eso
que la propaganda del alza en las tasas es sólo eso – propaganda. La Reserva Federal
está condenada si eleva las tasas y está condenada si no lo hace. No importa
qué decisión tome el Banco Central, no se beneficiará a sí mismo ni beneficiará
a la economía.
*Máster en Economía de
la Escuela Austriaca de la Universidad de Rey Juan Carlos en Madrid, Dickson
Buchanan Jr. es Director de Desarrollo Internacional para SchiffOro.com la expansión a Latinoamérica de Schiffgold, LLC
la empresa de Peter Schiff dedicada a la compraventa de los metales preciosos.
En esta capacidad trabaja en asuntos de investigación y análisis de los
mercados financieros sobre todo los mercados de oro y plata. Escribe y publica
con regularidad en temas relacionados con la importancia del oro. Sus áreas de
interés son la teoría monetaria, teoría de capital, empresarialidad e historía
del pensamiento económico.
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