En este espacio le damos seguimiento puntual a los
indicadores de “escasez” de oro y plata, exclusivos de la Nueva Escuela
Austríaca de Economía (NASOE por sus siglas e inglés) fundada por el Prof. Antal Fékete. Estos son la base y la
cobase, que analizan de manera inversa la relación entre el precio de la
onza al contado (spot) y el de contratos de futuros.
Lo normal es que el precio de los futuros sea más alto que
el spot, y cuando sucede lo contrario, es un síntoma inequívoco de escasez. En
materias primas agrícolas esto suele ser normal y cíclico debido a los períodos
de siembra y cosecha, pero en el caso particular del oro, la falta de oferta física no debería existir nunca.
La razón es que el oro es la “materia prima” más abundante
de todas. La plata ocupa el segundo lugar. Para fines prácticos, todo el oro extraído de la Tierra se
acumula ya sea como barras, monedas, lingotes o joyas. La plata en cambio
sí tiene además un enorme uso industrial, gracias al cual a diferencia del oro,
sus existencias sí son consumidas.
Cuando no hay suficiente oferta física de uno u otro metal precioso,
el precio spot se encarece más con respecto a los futuros. Como la curva
entonces en vez de ir hacia delante parece hacerlo hacia atrás, se le llama
“backwardation”. Ocurre porque los tenedores de oro y plata se muestran
reticentes a desprenderse de ellos. No sorprende
entonces que esto se presenta cuando el precio es especialmente bajo.
Los compradores exhiben su urgencia en hacerse de oro y
plata al tener que pagar más hoy, al contado. Una opción más barata sería
comprar un futuro y esperar a su vencimiento para recibirlos. ¿Cuál es la prisa
por tenerlos ya? Aquí es donde la NASOE entra a explicar la vinculación que
existe entre una estructura descendente
de la tasa de interés en los bonos y la “backwardation”.
El Prof. Fékete nos dice que los especuladores abandonaran
el riesgoso mercado de materias primas para irse adonde la ganancia es “segura”,
como en el mercado de bonos. Sobra decir que esto propicia el desplome de precios en dichas commodities.
¿Por qué es una ganancia “segura” en los bonos? Porque
gracias a la conocida intervención que se sabe harán los bancos centrales
siempre que haya problemas en el sistema financiero –en particular comprando
bonos como en el programa QE de la Fed-, cada vez que las tasas suben (o sea
que los precios de los bonos bajan) los especuladores salen a comprar bonos
baratos. Saben que una vez que la “bomba” estalle, y el banco central anuncie
nuevas compras de bonos con dinero fresco creado del aire, podrán realizar una ganancia segura al venderle más caro al anunciado
comprador: la Fed.
Lo malo es que las operaciones de mercado abierto destinadas
a deprimir los tipos de interés, abunda Fékete, consumen capital. Al aplastar a
los ahorradores y empujar incrementos en la demanda, no hay suficiente reposición del capital consumido.
El progreso de la humanidad se basa en la piedra angular de
la acumulación de ahorro que se transforma en capital generador de riqueza.
Quite la base de ahorro y lo que tendrá es la antesala de una catástrofe
económica provocada por la desacumulación de capital.
Desde luego, hay en el mundo inversores que anticipan esa
crisis producto del sistema de dinero fíat que lo hace posible, y comienzan a acumular dinero real –oro y
plata-, en grandes cantidades.
Es eso pues lo que refleja la “escasez” de oro y plata observada en la “backwardation” del mercado: inversores preparándose para el eventual colapso del sistema.
Hasta ahora la backwardation desaparece cuando el precio
sube. Eso quiere decir que todavía hay inversionistas de “manos débiles” que
regresan a vender oro y plata físicos y que los usaron para especular. La NASOE
considera que la tendencia de los metales preciosos a salir de la circulación
forzará que se alcance el punto tras el cual, ni siquiera alzas de precio
atraigan inventarios. El oro ya estará en su mayoría en “manos fuertes” que no
lo venderán. Para que eso pasara las
alzas de precio tendrían que ser espectaculares, o quizá, ni siquiera sea
posible cambiar dinero de papel por oro y plata, sino que se recurrirá al
trueque de estos por mercancía.
Los datos disponibles parecen confirmar esta teoría. La
backwardation en el oro ya alcanza al contrato de futuros de diciembre (en
vencimiento), febrero y abril. Este nivel de “profundidad” en la escasez no
tiene precedentes, pues por lo general alcanza sólo el contrato más activo (en
este caso, febrero) como se observa en los
gráficos de abajo (cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com).
En el de la izquierda aparecen la base (azul) y cobase
(rojo) para contratos de futuros de diciembre y febrero (línea discontinua),
y en el de la derecha los de febrero y abril (línea discontinua). Cuando la
base es negativa y la cobase positiva, es porque hay backwardation. El gráfico
de abajo corresponde a la plata en backwardation en contratos de diciembre y febrero, también en “escasez”.
El oro tiene casi dos meses consecutivos de bajas que lo
tienen en mínimos de seis años. La oportunidad
inigualable de compra se acerca y, por las razones expuestas, no deberíamos
ignorarla.
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