Esta semana ha sido sin duda la
más emocionante de los últimos meses para los metales preciosos, pues tanto el precio
del oro como el de la plata se han disparado. En el caso del primero, conviene contextualizar
esta subida con el último reporte trimestral del Consejo Mundial del Oro (WGC por sus siglas en inglés), sobre sus
tendencias de demanda global.
Vale la pena profundizar, pues la
nota en la mayoría de los casos la nota fue que la demanda, se desplomó 7%
respecto al mismo periodo de 2011, y 10% frente al primero de 2012.
Sin embargo, la realidad es que
estos datos pueden conducir a una tergiversación del verdadero mensaje que nos
está transmitiendo el rey de los metales.
No es ocioso recordar que en una
década, la demanda de oro ha crecido en promedio a una tasa de 4.92% anual, y
que a esta tendencia no le estorbó el haber pasado de una cotización media de
309.73 dólares en 2002, a 1571.52 en 2011 (London PM Fix).
Con todo y cifras “negativas”, las proyecciones para 2012 apuntan a que
el segundo semestre será mucho mejor que el primero. Más si contemplamos
que el WGC, considera como una de las
principales causas de esta caída, la “falta
de dirección clara en el precio del oro”, sobre todo en el caso de los
consumidores chinos, algo que a juzgar por las señales al alza observadas en el
mercado durante las últimas semanas, ya ha cambiado.
Cabe destacar que India y China
continúan acaparando el mercado del metal por amplio margen, pues ambos abarcan
el 45% de la demanda total de joyería, monedas y lingotes. Como es obvio, cualquier
variación en estos países se verá reflejada en las estadísticas.
En este sentido, el menor apetito
global por el oro habría sido coyuntural, pues en el primer caso se vio
afectado principalmente por la devaluación de la rupia india frente al dólar,
que condujo a nuevos máximos históricos locales en la cotización del metal. En
el segundo, como ya se dijo, por la ausencia de una tendencia ascendente a los
ojos de los inversores chinos.
En los dos casos, la avidez por
el oro podría regresar con fuerza si las condiciones cambiarias mejoran, algo muy
probable ante la inminencia de nuevas medidas de “estímulo” por parte de la
Reserva Federal (Fed) estadounidense, que incluirían más flexibilización
cuantitativa (QE3) u otros mecanismos
menos “convencionales”.
Las minutas de su Comité de
Mercado Abierto (FOMC) reveladas el
miércoles, además de haber sido el detonante de las alzas en oro y plata, dieron
un aviso de que esos apoyos adicionales están a la vuelta de la esquina.
Por otra parte, no podemos perder
de vista que excluyendo a India y China, la contracción en la demanda de
joyería fue solo de 4%, mientras que la de inversión se disparó 16%. En este
rubro, los inversores europeos jugaron el papel central por las turbulencias
sufridas en la Unión Monetaria. Todos quieren un refugio seguro.
Esto es válido incluso para los
demandantes del sector oficial, pues su apetito por oro continúa insaciable, al
haber crecido a más del doble (157.5 toneladas) en el segundo trimestre de 2012
respecto al año previo. Un récord desde que los bancos centrales se
convirtieron en compradores netos en 2009.
Un aspecto muy importante a
considerar es que desde el reporte anterior, como debe ser, el WGC considera las compras de este sector
como parte de la demanda, y ya no las deduce de la oferta como hacía antes. La
justificación es sencilla: los bancos centrales ya no son vendedores.
Este cambio contable es
significativo, pues como explicamos en este espacio con el artículo “El falso mito del excedente mundial de plata”
(http://bit.ly/StGPe1), la demanda total real de oro, al ser la materia prima dinero y
que como tal no se consume ni se tira, es la suma de todo el metal que ha
producido la humanidad a lo largo de la historia, más la de su producción anual.
De
alguna forma o de otra, ese metal está en posesión de alguien, y solo se
convertirá en oferta cuando sus tenedores estén dispuestos a desprenderse de
él, algo que claramente no estará sucediendo mientras el oro y la plata
se encuentren infravalorados al extremo (manipulados), en medio de esta
Depresión.
Hay otras evidencias en el propio
reporte del WGC, que indica una caída
de la oferta de oro del 6%, pero de 12% en la proveniente del reciclaje. Parece
que pese a la proliferación de los “Compro
Oro”, cada día menos personas quieren deshacerse de él. La lección es una: la
demanda de oro, es más fuerte que nunca.
Guillermo Barba
guillermobarba@outlook.com
Twitter: @memobarba
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