México, D. F., 30 Diciembre 2011 (Guillermo Barba) – El 2012 será un año emblemático. Las razones son variadas y van desde las más esotéricas y fantásticas. Desde los que recurrentemente hablan del “fin del mundo”, hasta las razones económico-políticas. Enfrentamos la posibilidad de profundos cambios en los liderazgos de gobiernos de países como Estados Unidos, Francia, China o México, por ejemplo, en medio de una crisis que va creciendo como una bola de nieve.
El año entrante mantendrá la atención sobre Europa y sus problemas de deuda soberana en Grecia, Portugal e Italia, pero también sobre España y Francia. La endeble situación económica de la eurozona, se verá empeorada por las necesarias y dolorosas medidas de ajuste fiscal (recorte masivo de gastos) que enfrentarán sus miembros.
Pese a ser un paso en el sentido correcto, fallarán en sentar las bases para una salida definitiva de la crisis mientras se quiera hacer pagar a los contribuyentes (vía rescates financieros) por los errores y perdidas que deberían asumir los grandes tenedores de bonos.
Tarde o temprano, el mercado tendrá que forzar un ajuste mayúsculo en esa dirección y las consecuencias serán mayores.
No hay peor falacia que la de pensar que se puede tener una larga borrachera de deuda y crédito excesivos como la vivida, sin pagar las consecuencias. Dicho de otro modo, la confirmación de una recesión europea en 2012, sellará el inicio de una profunda y larga depresión.
Las otras dos grandes potencias, China y Estados Unidos, vivirán caminos divergentes. Mientras los asiáticos lucharán por no frenar demasiado su economía, los americanos de forma paradójica verán pasar los meses en aparente mejor posición, pese a que sus fundamentales son aún peores que los de los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España). Su monopolio de creación de dólares ha sido hasta ahora su principal fortaleza, pero al mismo tiempo no oculta su adicción a la deuda y a los déficits públicos. La reiterada elevación de su tope de endeudamiento, es el mejor indicador.
Así pues, en 2012 es de prever un escenario complicado para los mercados bursátiles sobre todo los mercados emergentes, y para las materias primas, que contrastaría con la revaluación de la divisa estadounidense y sus treasuries como “refugio”.
Aquí es inevitable comparar al billete verde, dinero fíat a final de cuentas, con un antiguo antecesor francés de la época revolucionaria: los Assignats. En un extraordinario análisis, Andrew Dickson White (“La inflación del dinero fíat en Francia” publicado por primera vez en 1896 y disponible aquí http://bit.ly/ojPJDU ) narra cómo la “caída en el valor del papel moneda estuvo oculto hasta cierto punto, debido a las fluctuaciones, ya que durante diversos periodos el valor del dinero se elevó”, sin embargo “a pesar de estas fluctuaciones, la tendencia a la baja pronto se aceleró más que nunca”, para terminar llegando a su valor real: cero.
Así las cosas, el 2012 podría ser la última gran oportunidad de subirse al “toro” (mercado alcista) de las materias primas, entre las que destacan por supuesto el oro y la plata.
La evidencia muestra que en una lógica que crea las auténticas burbujas, los inversores corren por los activos cuando suben de precio y no cuando bajan. No obstante, el razonamiento correcto, el del ‘inversor a la contra’, es el que rinde los mejores resultados. Por eso, sobre todo para el que no tiene, las caídas en los precios del oro y plata físicos son una oportunidad que brilla como pocas, para poder protegerse muy a tiempo de lo que será un día, el fin del mundo financiero como lo conocemos.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
guillermobarba@outlook.com
AVISO IMPORTANTE
¡BIENVENIDOS AL NUEVO PORTAL GUILLERMOBARBA.COM!
Estimados lectores de Inteligencia Financiera Global: Este blog se ha mudado definitivamente al nuevo portal de GuillermoBarba.com . Agr...
viernes, 30 de diciembre de 2011
viernes, 23 de diciembre de 2011
LA FIEBRE DEL ORO DEL SIGLO XXI
México, D. F., 23 Diciembre 2011 (Guillermo Barba) – En este espacio hemos explicado cómo y por qué el oro y la plata “se esconden” (http://bit.ly/sJumfv ) de la circulación por la llamada Ley de Gresham. Es por eso que en la actualidad los principales bancos centrales del mundo están inmersos en rondas periódicas de “flexibilización cuantitativa”, (que no es otra cosa que la creación e inyección de dinero a la economía, a través de la compra de bonos al público), ambos metales son guardados celosamente por personas y países en los lugares más seguros que pueden encontrar.
La elección es sencilla: o se prefiere el dinero de papel que mientras pasa por nuestras manos va perdiendo poder de compra por el aumento de precios (causado por la reproducción desenfrenada de billetes), o bien el metal precioso que por ser un activo útil, finito y tangible, su valor jamás caerá hasta cero. Se entenderá bien entonces por qué mientras que el primero es una “patata caliente” que fomenta el consumismo, el segundo alienta el ahorro. En otras palabras, se gasta el que vale menos para la gente.
Por eso, es crucial que comprendamos que si bien el precio es importante, lo es más el valor. En este sentido, hemos explicado también (http://bit.ly/txWHoq ), que en base a diversos métodos, el valor justo del oro está muy por encima del máximo histórico nominal, que cruzó este año la barrera de los 1.900 dólares la onza.
Esto no se debe perder de vista, en un escenario que en el corto y mediano plazo parece algo sombrío para los metales preciosos y en general para las materias primas. Los fundamentales del mercado alcista en que se encuentran estos activos son sumamente fuertes.
En un mundo financiero como el de hoy, infestado de derivados, apalancamiento y poderosos intereses que pueden manipular mercados y medios de comunicación, se llega a veces al extremo de tener precios ridículamente bajos en el papel, mientras que resulta imposible conseguir oro y plata físicos. De nuevo, se ocultan para decirnos en secreto: “valgo mucho más”.
Este fenómeno ya se vivió en 2008 y parte de 2009. En ese entonces, la baja en el precio del oro llegó a ser del 30% desde máximos, pero los lingotes y monedas de inversión nunca cayeron tanto. Si se querían conseguir, en el mejor de los casos tenía que pagarse una “prima” (diferencial) de hasta el 40% sobre el precio del oro-papel. Así pues, la verdadera directriz del mercado no la marcan los manipuladores de los contratos de futuros, sino la gente en la calle, la voz del pueblo; lo demás, es una fantasía que habrá de terminar como si fuese por “justicia divina”.
Por ello, el inversor en metales preciosos nunca debe olvidar la que quizás sea la regla suprema: “el dueño, es aquel que puede tocarlos con sus propias manos”. Cualquier promesa de entrega, certificado de resguardo, etc. no es más que una oferta con riesgo de incumplimiento, ni oro ni plata auténticos.
De ahí que el final de esa trágica historia podamos conocerlo de antemano: El punto de inflexión será cuando el desacoplamiento definitivo del mercado ficticio y real, dé inicio definitivamente a lo que en los libros de historia reflejaran como el día en que comenzó la “Fiebre del oro del siglo XXI”.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
La elección es sencilla: o se prefiere el dinero de papel que mientras pasa por nuestras manos va perdiendo poder de compra por el aumento de precios (causado por la reproducción desenfrenada de billetes), o bien el metal precioso que por ser un activo útil, finito y tangible, su valor jamás caerá hasta cero. Se entenderá bien entonces por qué mientras que el primero es una “patata caliente” que fomenta el consumismo, el segundo alienta el ahorro. En otras palabras, se gasta el que vale menos para la gente.
Por eso, es crucial que comprendamos que si bien el precio es importante, lo es más el valor. En este sentido, hemos explicado también (http://bit.ly/txWHoq ), que en base a diversos métodos, el valor justo del oro está muy por encima del máximo histórico nominal, que cruzó este año la barrera de los 1.900 dólares la onza.
Esto no se debe perder de vista, en un escenario que en el corto y mediano plazo parece algo sombrío para los metales preciosos y en general para las materias primas. Los fundamentales del mercado alcista en que se encuentran estos activos son sumamente fuertes.
En un mundo financiero como el de hoy, infestado de derivados, apalancamiento y poderosos intereses que pueden manipular mercados y medios de comunicación, se llega a veces al extremo de tener precios ridículamente bajos en el papel, mientras que resulta imposible conseguir oro y plata físicos. De nuevo, se ocultan para decirnos en secreto: “valgo mucho más”.
Este fenómeno ya se vivió en 2008 y parte de 2009. En ese entonces, la baja en el precio del oro llegó a ser del 30% desde máximos, pero los lingotes y monedas de inversión nunca cayeron tanto. Si se querían conseguir, en el mejor de los casos tenía que pagarse una “prima” (diferencial) de hasta el 40% sobre el precio del oro-papel. Así pues, la verdadera directriz del mercado no la marcan los manipuladores de los contratos de futuros, sino la gente en la calle, la voz del pueblo; lo demás, es una fantasía que habrá de terminar como si fuese por “justicia divina”.
Por ello, el inversor en metales preciosos nunca debe olvidar la que quizás sea la regla suprema: “el dueño, es aquel que puede tocarlos con sus propias manos”. Cualquier promesa de entrega, certificado de resguardo, etc. no es más que una oferta con riesgo de incumplimiento, ni oro ni plata auténticos.
De ahí que el final de esa trágica historia podamos conocerlo de antemano: El punto de inflexión será cuando el desacoplamiento definitivo del mercado ficticio y real, dé inicio definitivamente a lo que en los libros de historia reflejaran como el día en que comenzó la “Fiebre del oro del siglo XXI”.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
viernes, 16 de diciembre de 2011
EL "TORO" DE ORO, NO HA MUERTO
México, D. F., 16 Diciembre 2011 (Guillermo Barba) – Esta semana se han vuelto a escuchar con fuerza los coros de los detractores del oro, que han vuelto con la vieja cantinela ‘the gold bull market is over & the death of the gold bull market’ (el mercado alcista del oro ha terminado, la muerte del mercado alcista del oro).
Estas palabras las utilizó esta semana Dennis Gartman (editor de The Gartman Letter), quien hace unos meses también hablaba de una burbuja en ese mercado. En ambos casos, ha estado equivocado.
Si bien es cierto que desde el 6 de agosto, mientras se acumulaban sucesivos nuevos máximos históricos en el precio del oro, incluso en esta columna (http://bit.ly/nKbUZ1 ) advertimos de una “posible y deseable” corrección a la baja, nunca estuvimos remotamente cercanos a una burbuja.
¿Cómo podríamos estarlo, si ajustado a la inflación oficial, los máximos reales del oro se encuentran por encima de los 2,300 dólares la onza?
Cuando el precio del oro rebasó en septiembre la marca nominal de 1,900 dólares, dio inicio la esperada fase correctora que ya cumple tres meses.
Las pronunciadas caídas de esta semana en los metales preciosos, de ninguna manera simbolizan que su mercado alcista esté herido de muerte. Al contrario, el tiempo confirmará más adelante lo que dice el refrán: “lo que no mata, te hace más fuerte”.
Eso sí, debe tenerse claro que este periodo bajista podría no haber encontrado aún suelo y podría prolongarse durante varios meses más, como ha sucedido en el pasado.
En 2008 por ejemplo, el oro cayó alrededor de un 30 por ciento después de superar por primera vez los 1,000 dólares en marzo, cifra que no volvió a alcanzar hasta septiembre de 2009, un año y medio después.
Cómo olvidar, que muchos de los que hoy se burlan del rey de los metales, son los mismos que lo hicieron anteriormente, y que quienes los escucharon sin duda se perdieron, lo que en la distancia se ve como una oportunidad extraordinaria. La película, se repite.
Para aquellos que conocen o intuyen la realidad, estos precios son una auténtica ganga. No podría ser de otro modo, cuando el mercado está inundado de “oro” y “plata” papel, cuyas ventas masivas hacen caer su precio, en beneficio de quien los adquiere físicamente. Gartman al pasar por alto este hecho llega a una conclusión equivocada, y a la incomprensión de estas bajas, frente a enormes compras como las de China.
Solo en octubre el país asiático importó desde Hong Kong un nuevo récord mensual de 86.3 toneladas, que el propio Gartman admite: “deberían haber elevado los precios del oro”.
Y es que la actual corrección, como la de 2008, anticipa los datos que en unos meses se confirmarán, que ‘Europa está en recesión’. La falta de soluciones de fondo a la crisis del Euro, sumadas a datos económicos mejores a lo esperado (aunque no necesariamente buenos) en Estados Unidos, nos ayudan a entender la relativa fortaleza que ha mostrado el “dólar-refugio” en comparación con los mercados bursátiles y las materias primas.
No obstante, para la mayoría, que no vive de operar el mercado como lo hacen los “traders”, los fundamentales a largo plazo para invertir en oro y plata físicamente no se han debilitado en absoluto.
Estos siguen fuertes, ante la evidencia histórica que demuestra que pese a las fluctuaciones, el oro prevalece y rinde buenos resultados en escenarios de contracción del crédito y de impresión monetaria como los de Europa y Estados Unidos.
Si hay dos cosas que nutren al mercado alcista del oro, es precisamente ese dinero creado de la nada por los bancos centrales y los déficits públicos, herramientas equivocadas que volverán a ser utilizadas cuando se haga oficial la recesión.
Así las cosas, habrá que seguir teniendo a buen recaudo nuestros metales preciosos, pues siempre valdrán más que las meras promesas de austeridad gubernamental, y nos “vacunan” contra la enfermedad de una crisis que empeora cada día, y de la que Cristine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, sentencia “ningún país será inmune”.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
Estas palabras las utilizó esta semana Dennis Gartman (editor de The Gartman Letter), quien hace unos meses también hablaba de una burbuja en ese mercado. En ambos casos, ha estado equivocado.
Si bien es cierto que desde el 6 de agosto, mientras se acumulaban sucesivos nuevos máximos históricos en el precio del oro, incluso en esta columna (http://bit.ly/nKbUZ1 ) advertimos de una “posible y deseable” corrección a la baja, nunca estuvimos remotamente cercanos a una burbuja.
¿Cómo podríamos estarlo, si ajustado a la inflación oficial, los máximos reales del oro se encuentran por encima de los 2,300 dólares la onza?
Cuando el precio del oro rebasó en septiembre la marca nominal de 1,900 dólares, dio inicio la esperada fase correctora que ya cumple tres meses.
Las pronunciadas caídas de esta semana en los metales preciosos, de ninguna manera simbolizan que su mercado alcista esté herido de muerte. Al contrario, el tiempo confirmará más adelante lo que dice el refrán: “lo que no mata, te hace más fuerte”.
Eso sí, debe tenerse claro que este periodo bajista podría no haber encontrado aún suelo y podría prolongarse durante varios meses más, como ha sucedido en el pasado.
En 2008 por ejemplo, el oro cayó alrededor de un 30 por ciento después de superar por primera vez los 1,000 dólares en marzo, cifra que no volvió a alcanzar hasta septiembre de 2009, un año y medio después.
Cómo olvidar, que muchos de los que hoy se burlan del rey de los metales, son los mismos que lo hicieron anteriormente, y que quienes los escucharon sin duda se perdieron, lo que en la distancia se ve como una oportunidad extraordinaria. La película, se repite.
Para aquellos que conocen o intuyen la realidad, estos precios son una auténtica ganga. No podría ser de otro modo, cuando el mercado está inundado de “oro” y “plata” papel, cuyas ventas masivas hacen caer su precio, en beneficio de quien los adquiere físicamente. Gartman al pasar por alto este hecho llega a una conclusión equivocada, y a la incomprensión de estas bajas, frente a enormes compras como las de China.
Solo en octubre el país asiático importó desde Hong Kong un nuevo récord mensual de 86.3 toneladas, que el propio Gartman admite: “deberían haber elevado los precios del oro”.
Y es que la actual corrección, como la de 2008, anticipa los datos que en unos meses se confirmarán, que ‘Europa está en recesión’. La falta de soluciones de fondo a la crisis del Euro, sumadas a datos económicos mejores a lo esperado (aunque no necesariamente buenos) en Estados Unidos, nos ayudan a entender la relativa fortaleza que ha mostrado el “dólar-refugio” en comparación con los mercados bursátiles y las materias primas.
No obstante, para la mayoría, que no vive de operar el mercado como lo hacen los “traders”, los fundamentales a largo plazo para invertir en oro y plata físicamente no se han debilitado en absoluto.
Estos siguen fuertes, ante la evidencia histórica que demuestra que pese a las fluctuaciones, el oro prevalece y rinde buenos resultados en escenarios de contracción del crédito y de impresión monetaria como los de Europa y Estados Unidos.
Si hay dos cosas que nutren al mercado alcista del oro, es precisamente ese dinero creado de la nada por los bancos centrales y los déficits públicos, herramientas equivocadas que volverán a ser utilizadas cuando se haga oficial la recesión.
Así las cosas, habrá que seguir teniendo a buen recaudo nuestros metales preciosos, pues siempre valdrán más que las meras promesas de austeridad gubernamental, y nos “vacunan” contra la enfermedad de una crisis que empeora cada día, y de la que Cristine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, sentencia “ningún país será inmune”.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
Etiquetas:
burbuja oro,
Cristine Lagarde,
Europa en recesión,
gold bull market,
Guillermo Barba,
mercado alcista oro,
oro y plata,
precio oro
viernes, 2 de diciembre de 2011
EL ORO Y LA PLATA, AL RESCATE DEL CIUDADANO
(Guillermo Barba) – En las últimas semanas se acumularon las malas noticias económicas en Europa, que se reflejaron en caídas de los índices bursátiles, hasta el reciente anuncio de una acción coordinada y conjunta entre la Reserva Federal, el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de Inglaterra, Japón, Canadá y Suiza. Estos, actuarán para proveer de liquidez en dólares al mercado a través de una vieja y socorrida herramienta: las líneas crediticias de intercambio de divisas (swap).
En un mundo de cabeza, esta noticia fue tomada momentáneamente como buena, pese a que no resuelve de fondo ni uno solo de los problemas estructurales de la zona Euro, como los déficits y endeudamientos excesivos de los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).
Cabe recordar que ni la reciente crisis política en Grecia, ni la escalada de tipos de interés de los bonos italianos o la fallida colocación de deuda alemana de hace unos días, fueron motivo suficiente para una operación de esta envergadura.
Lo que sí parece haberlo sido, fue la reciente degradación por parte de la calificadora Standard and Poor’s, de los principales bancos de Estados Unidos, la misma que encarecerá su financiamiento. Así pues, la Reserva Federal habría actuado más pensando en los intereses de sus bancos que en los de Europa. Las casualidades, no existen.
Más allá de eso, lo cierto es que como ha quedado demostrado por el análisis técnico, existe una correlación entre la inyección de liquidez (creación de dinero) y el alza de precios de los activos. Así pues, el oro subió a máximos de dos semanas con el anuncio de los bancos centrales.
Asimismo, todas estas evidencias dejan claro que cada día que pasa, la oposición a las flexibilizaciones cuantitativas (impresión monetaria) y expansiones artificiales de crédito será menor, pero también que, como lo dice el reconocido editor de ‘The Gloom, Boom and Doom Report’, el economista Marc Faber, “ya no tenemos mercados libres, tenemos mercados manipulados por gobiernos a través de las políticas monetarias y fiscales”.
La historia nos da amplias lecciones de cómo esas manipulaciones tienen desenlaces económicos fatales. Los clamores de “¡falta dinero!”, que provocan estas enérgicas reacciones de los bancos centrales, solo atienden a los síntomas y no a las causas de la crisis: crédito, deuda y consumo excesivos. A juzgar por las palabras del presidente francés Nicolás Sarkozy, Europa da un paso en el sentido correcto solo para dar tres pasos hacia atrás: “lo que se ha hecho por Grecia (respecto a la condonación parcial de su deuda) no se repetirá”.
Queda claro que la amarga medicina que implica el recorte de gastos y el desendeudamiento (que pasa forzosamente por grandes pérdidas para los tenedores de bonos soberanos), no es algo que estén dispuestos a tolerar más.
Por eso junto con la canciller alemana Ángela Merkel, parecen conformarse con cambios políticos en el Tratado de la Unión Europea que, no obstante, volverán a fracasar tarde o temprano pues ¿Cómo de dispuestos estarán los PIIGS a subordinarse a la autoridad de Alemania y Francia, y de ser así por cuánto tiempo? Solo el futuro traerá las respuestas.
Mientras tanto, el ciudadano común, en vez de permanecer impotente frente a las locuras de sus gobernantes, tiene en sus manos la posibilidad de proteger su legítimo interés y poder adquisitivo, con la seguridad que proporciona el dinero real de oro y plata en mano. Sin importar donde nos encontremos, el desenlace de esta crisis sistémica se hará sentir en cada rincón del planeta, por lo que más vale confiar en ese dinero honesto que, sobra decirlo, existirá por siempre, incluso cuando ya todos nos hayamos ido.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
En un mundo de cabeza, esta noticia fue tomada momentáneamente como buena, pese a que no resuelve de fondo ni uno solo de los problemas estructurales de la zona Euro, como los déficits y endeudamientos excesivos de los PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España).
Cabe recordar que ni la reciente crisis política en Grecia, ni la escalada de tipos de interés de los bonos italianos o la fallida colocación de deuda alemana de hace unos días, fueron motivo suficiente para una operación de esta envergadura.
Lo que sí parece haberlo sido, fue la reciente degradación por parte de la calificadora Standard and Poor’s, de los principales bancos de Estados Unidos, la misma que encarecerá su financiamiento. Así pues, la Reserva Federal habría actuado más pensando en los intereses de sus bancos que en los de Europa. Las casualidades, no existen.
Más allá de eso, lo cierto es que como ha quedado demostrado por el análisis técnico, existe una correlación entre la inyección de liquidez (creación de dinero) y el alza de precios de los activos. Así pues, el oro subió a máximos de dos semanas con el anuncio de los bancos centrales.
Asimismo, todas estas evidencias dejan claro que cada día que pasa, la oposición a las flexibilizaciones cuantitativas (impresión monetaria) y expansiones artificiales de crédito será menor, pero también que, como lo dice el reconocido editor de ‘The Gloom, Boom and Doom Report’, el economista Marc Faber, “ya no tenemos mercados libres, tenemos mercados manipulados por gobiernos a través de las políticas monetarias y fiscales”.
La historia nos da amplias lecciones de cómo esas manipulaciones tienen desenlaces económicos fatales. Los clamores de “¡falta dinero!”, que provocan estas enérgicas reacciones de los bancos centrales, solo atienden a los síntomas y no a las causas de la crisis: crédito, deuda y consumo excesivos. A juzgar por las palabras del presidente francés Nicolás Sarkozy, Europa da un paso en el sentido correcto solo para dar tres pasos hacia atrás: “lo que se ha hecho por Grecia (respecto a la condonación parcial de su deuda) no se repetirá”.
Queda claro que la amarga medicina que implica el recorte de gastos y el desendeudamiento (que pasa forzosamente por grandes pérdidas para los tenedores de bonos soberanos), no es algo que estén dispuestos a tolerar más.
Por eso junto con la canciller alemana Ángela Merkel, parecen conformarse con cambios políticos en el Tratado de la Unión Europea que, no obstante, volverán a fracasar tarde o temprano pues ¿Cómo de dispuestos estarán los PIIGS a subordinarse a la autoridad de Alemania y Francia, y de ser así por cuánto tiempo? Solo el futuro traerá las respuestas.
Mientras tanto, el ciudadano común, en vez de permanecer impotente frente a las locuras de sus gobernantes, tiene en sus manos la posibilidad de proteger su legítimo interés y poder adquisitivo, con la seguridad que proporciona el dinero real de oro y plata en mano. Sin importar donde nos encontremos, el desenlace de esta crisis sistémica se hará sentir en cada rincón del planeta, por lo que más vale confiar en ese dinero honesto que, sobra decirlo, existirá por siempre, incluso cuando ya todos nos hayamos ido.
© Guillermo Barba/OroyFinanzas
Twitter: @memobarba
memob@hotmail.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)