Imagen: Forbes |
La razón es muy simple: el propósito de tener oro y plata en las
manos, es garantizar que se cuenta con dinero real.
A diferencia de las divisas fíat
(dólares, euros, pesos, etc.), que son una mera promesa de pago sustentada a su
vez en más deuda, oro y plata son dinero contante y sonante, una liquidación en
sí misma que no aparece en la hoja de balance de alguien más. Dicho de otro
modo, son el activo de su poseedor y pasivo de nadie.
Esa auténtica seguridad, es la
que sigue atrayendo al “dinero inteligente” (smart money) hacia ellos, a pesar
de los incesantes discursos anti-oro que alejan muy rápido, a quien tiene lo
que se conoce como “manos débiles” (weak hands).
Prueba de anterior, es que en el
primer trimestre de este año, los
inventarios de oro en los almacenes del COMEX (Commodity Exchange, división del New York Mercantile Exchange para el
comercio de futuros de metales), se
desplomaron como nunca antes desde que se tiene registro.
La historia fue traída a la luz
por Tekoa Da Silva, y se encuentra completa aquí
(texto en inglés), en el artículo “Comex
Gold Inventories Collapse By Largest Amount Ever on Record”, de su blog Bull Market Thinking.
Da Silva da cuenta de cómo la
reducción en las existencias del metal áureo, fue de aproximadamente 1.85 millones
de onzas, equivalentes a casi tres mil millones de dólares a precios de ayer
(London PM FIX).
Para tener una idea de la
dimensión de esta cantidad, recordemos que en 2011, Banxico efectuó la entonces
compra más grande de este metal realizada por un banco central, por un total de
100 toneladas (claro, aunque por desgracia en “oro” papel, no físico).
En cambio, el retiro del COMEX que
comentamos aquí, fue por más de 57.5 toneladas, que no son poca cosa, en lingotes “good delivery” contantes y sonantes. Alguien prefirió
llevárselos.
Quién, por qué y para qué lo
hizo, no lo podemos saber a ciencia cierta. Sin embargo, la realidad es que en
el contexto de crisis actual, cada día más y más personas se dan cuenta del
peligro que representa el tener su riqueza en manos de otros.
Esto desde luego aplica tanto
para los tenedores de oro y plata, como
para los cuentahabientes de los bancos comerciales.
Esto ha dado pie a que la antigua
práctica de ahorrar “bajo el colchón”, retome fuerza por doquier, desde países
de la zona Euro –donde el caso del rescate bancario de Chipre ha sentado un
negro precedente de riesgo para los ahorradores, que pone la atención ahora en
España, hasta Estados Unidos.
Después de todo, los “depósitos”
que las personas tienen en muchas instituciones bancarias, son en realidad
préstamos, que por el sistema de reserva fraccionaria con que operan, hace imposible que se pueda pagar a todos
en caso de recurrir la mayoría a reclamar su efectivo de forma simultánea.
Con las tasas de interés en
mínimos históricos, ¿qué ventajas tiene prestar dinero a bancos posiblemente
quebrados? Las respuestas, se reducen, y más en países en apuros.
Como
quiera, lo cierto es que, lo aquí expuesto nos lleva a entender mejor lo que
afirma el propio presidente de la Reserva Federal de San Francisco, John C.
Williams, en su interesante ensayo “Cash is Dead! ¡Long Live Cash!": “las tenencias de efectivo tienden a aumentar durante períodos de
turbulencia política y económica”.
Ese
instinto que lleva a la gente a atesorar los billetes, es el mismo que, con
conocimiento, debería llevarlos a cambiar su divisa por oro y plata. ¿Por qué?
Porque
lo que muchos desconocen, es que las políticas expansionistas de sus bancos
centrales y gobiernos, están dirigidas a aniquilar el poder de compra de su
efectivo para “estimular” la economía. Para ello, están dispuestos a llegar
hasta las últimas consecuencias.
Por
eso, emular lo que las manos fuertes
están haciendo al reclamar su metal en el COMEX, o al repatriar sus reservas
áureas como Venezuela o Alemania, es en
definitiva el camino a seguir.
Esta
noticia, debe verse como un nuevo llamado de atención tanto para individuos
como para empresas y bancos centrales, que como Banxico, tienen sus reservas de
oro en poder de terceros. Es tiempo de demandar su entrega, pues más tarde, se
los podrían quedar a deber.
Hola Guillermo,
ResponderEliminarla entrada trata un tema que creo que ni se comprende bien (y peor aún no se quiere comprender), y es el tema de que para que el dinero cumpla su función de depósito de valor, debe pertenecer a su propietario, y todo lo demás son triquiñuelas, de especialistas en economía y derecho. Pero lo que debe saber cualquiera que use "dinero de verdad" es que este debe ser propiedad del que lo posee. Yo soy un defensor de lo que desde algunas posiciones denominan banca libre sin reserva fraccionaria. Un saludo.