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miércoles, 26 de noviembre de 2014

DÍAS DECISIVOS SE VIVEN EN EL MERCADO DEL ORO




Imagen: The Guardian
La semana pasada le informé que el oro de las reservas internacionales de Ucrania habría sido “saqueado”, y que el destino probable era la Reserva Federal de Nueva York (NY). Aunque en el papel el Banco Nacional de ese país (BNU) contaba al cierre de septiembre con poco más de 40 toneladas del metal precioso, la más reciente actualización reportada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) al corte de octubre, revela que ya solo le quedan 26 tons.

Es decir, en el transcurso de un mes los ucranios vendieron un total de 14 toneladas de oro de sus reservas. Esta cantidad equivale a casi el 80 por ciento del total de lingotes que se habrían llevado los americanos (17.7 tons.). Si el BNU aún conservaba algún derecho en el papel sobre ellos, ahora ha perdido lo último que les quedaba a cambio de muy poco, pues decidió liquidar ese oro durante el mes en que se tuvieron los peores precios por onza de los últimos cuatro años. Pésima decisión.

Mal y de malas, Ucrania ha estado consumiendo sus reservas internacionales desde mayo, que se han desplomado 30 por ciento en solo cinco meses. Ya sin oro físico que los respalde, los ucranios se han rendido por completo ante el sistema monetario occidental, justo en el momento en que otros países como China y Rusia, se preparan para su colapso.

Otros más, como es el caso de Holanda, también están tomando medidas al respecto. No por nada anunciaron el viernes pasado la repatriación de 122.5 toneladas de oro, que llegaron en secreto a Ámsterdam procedentes de NY.

De manera que el oro vive días y horas decisivos.

Y es que a este movimiento por la repatriación de reservas de oro, se siguen sumando adeptos. Por ejemplo, la principal oposición pide que Francia haga lo propio. La líder derechista Marine Le Pen publicó este lunes una carta abierta al gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, para que se ordene la “urgente” repatriación del oro francés. Le Pen pide además que se suspenda todo programa de ventas del metal precioso y una gradual conversión de las reservas de divisas en él hasta alcanzar el 20 por ciento del total que recomienda, aprovechando cada caída significativa del precio por onza.

Por último, debemos resaltar que el próximo domingo Suiza celebrará ya su referéndum para decidir sobre tres aspectos fundamentales: si los suizos quieren que el Banco Nacional incremente sus reservas de oro a 20 por ciento del total, si creen que el SNB debería detener sus ventas del metal precioso y si consideran que todos sus lingotes deberían ser repatriados a territorio nacional.
Esta propuesta conocida como “Salvemos Nuestro Oro”, enfrenta por desgracia para ese país la dura oposición del gobierno y el banco central, leales a los intereses de Estados Unidos. Las encuestas más recientes anticipan que la votación mayoritaria será por el “no”, a causa de la campaña de miedo que se ha orquestado en su contra. Lo único que en realidad quieren los políticos suizos es seguir teniendo el privilegio de manipular el mercado de divisas imprimiendo cantidades ilimitadas de francos para devaluarlo.

Hay analistas que anticipan que, de ganar el “sí”, el precio del oro se dispararía, pues el SNB tendría que comprar unas 1,500 toneladas durante los próximos cinco años. Bajo esa lógica, un “no” pegaría duro a los precios. No obstante, sin importar lo que suceda en el corto plazo con el referéndum suizo, lo cierto es que el gran movimiento mundial por el oro seguirá avanzando, y el protagonista, es el continente asiático.

Así que aquellos que se están rezagando como México, que se niega a repatriar sus reservas áureas desde Londres, más valdría que aceleraran el paso. Hay más oro en el papel del que es posible entregar en físico, por lo que debemos prepararnos para el inevitable momento en que el castillo de naipes de la impresión desenfrenada de billetes en el mundo, colapse por su propio peso. Una gran depresión, llama a la puerta.

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