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lunes, 2 de septiembre de 2013

EL ORO SIGUE EN “BACKWARDATION”




La estrechez del mercado físico del oro, continúa. Las lecturas de la Base y la Cobase del oro  (gold basis and Co- Basis) así lo confirman.

Como le he explicado antes, las verdaderas y paupérrimas condiciones del sistema monetario global solo pueden ser apreciadas a cabalidad en ambos indicadores, que no expresan el precio, sino el auténtico valor que poseen los metales preciosos monetarios: oro y plata.

La Base tiene su origen en el mercado de materias primas agrícolas. En términos muy simplificados, la Base es la diferencia que hay entre el precio del contrato o contratos de Futuros más cercanos y el del metal al contado (spot).

Una Base alta y creciente indica abundancia de existencias, y una Base baja y descendente, lo contrario.

La Cobase, a la inversa, se obtiene deduciendo del precio “spot”, el del futuro correspondiente.

Una Cobase negativa es señal de que los inventarios de oro son abundantes. Una positiva –que se presenta cuando el precio “spot” es mayor que el de futuros, es muestra de que el oro, o la plata, están “escasos”. Una anormalidad.

El Prof. Antal Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, a la que pertenece el autor de este blog, fue el primero en señalar la importancia de observar la Base del oro como signo de las debilidades del sistema financiero global, pues otros indicadores como las tasas de rendimiento de los bonos soberanos, pueden ser manipulados para enviar señales tergiversadas a favor de sus respectivas divisas fíat (dólares, euros, pesos, etc.)

La normalidad el mercado es de “contango”, es decir, que la Base sea positiva y la Cobase negativa. Pero si ocurre lo contrario, hay “backwardation” (retroceso).

Esta es una anomalía en el mercado del oro, pues en realidad no existe la “escasez” del metal, entendida como un agotamiento de sus existencias.

Casi todo lo que se extrae de él se conserva, gracias a su valor, siempre en manos de alguien.

Lo estrecho del mercado solo es posible si, sus poseedores, no están dispuestos a enajenarlo a determinados (bajos) precios.

Las “manos fuertes” así continúan acumulándolo sin cesar, pues conocen que el peligro mayor del sistema financiero es el “default”, real o de hecho, a causa del colapso de las colosales deudas impagables que se han acumulado, sobre todo, en el centro del sistema: Estados Unidos y su dólar.

Ese gran derrumbe crediticio se expresará, tarde o temprano, en hiperdeflación, que solo buscarán compensarla con más y más impresión de dinero de papel, la única receta que conocen gobiernos y bancos centrales.

La meta, por supuesto, será destruir el valor del falso dinero (dólares, euros, pesos), al tiempo que ya nadie pueda ocultar el valor real de los metales preciosos monetarios. Nadie puede predecir qué tan altos podrían llegar sus precios, pues estará en función de la cantidad de billetes creados.

En la actualización de hoy, le traigo la gráfica  (cortesía de Sandeep Jaitly, de feketeresearch.com) de Base (líneas azules) y Cobase (rojas) del oro para los contratos futuros de diciembre y febrero (líneas discontinuas).
Click para agrandar


A la fecha, el contrato de diciembre está aún en “backwardation” (línea roja de Cobase en positivo), aunque esta ha descendido desde su pico alcanzado el 7 de agosto. El contrato de febrero está de nuevo en contango.

La disminución de la backwardation de diciembre se debe a las subidas de precio que el rey de los metales observó desde el 28 de junio, cuando toco piso en 1,192 dólares (London PM Fix), hasta el máximo alcanzado hace unos días, el 28 de agosto, de 1,419.50 dólares la onza troy (London PM Fix).

Mayor precio convenció a más tenedores a traer su oro al mercado.

De forma paralela esto también se vio reflejado en que la tasa GOFO (Gold Forward Offered Rate) a un mes, ayer pasó por fin a terreno positivo luego de 39 jornadas en negativo, un hecho sin precedentes.

Pese a ello, es de esperar que la backwardation vuelva a elevarse. Cabe recordar que a estas alturas el año pasado, el contrato de diciembre 2012 no estaba en esa condición. Así que la preferencia por el oro y la plata versus dólares, permanecerá, sobre todo a medida que nos acercamos a su vencimiento.

Dicha predilección será mayor si los precios vuelven a descender, sea que se confirme o no un recorte en los estímulos de la reserva Federal estadounidense.

Si en cambio estalla la guerra contra Siria y los precios se disparan, es posible que la backwardation sea menor o bien, que se pierda momentáneamente. No obstante, su tendencia a volverse permanente seguirá a pesar de todo, por lo “enfermo” del sistema.

Ahora, respecto a la crítica de algunos analistas respecto a que no existe la backwardation porque ésta se presenta “solo” en los más próximos contratos de futuros, es conveniente aclarar que a diferencia de otros mercados, en el del oro (y plata) el interés abierto se concentra justo en los cuatro primeros contratos activos (80% actualmente), con 59% de ellos, en diciembre.

Por ello, para afirmar que se está en dicha situación, es suficiente observar esos primeros contratos.

En suma, el mensaje de la estrechez del mercado no puede ser pasado por alto. Cada baja importante en los precios de los metales preciosos expresados en divisa (dólares, pesos, euros, etc.) debería ser aprovechada para cambiar esta por aquellos, pues pese a la volatilidad, en el fondo nada ha cambiado.


El sistema monetario global, está en graves apuros.

jueves, 18 de julio de 2013

MIENTE BERNANKE ¿DE VERAS NO ENTIENDE LOS PRECIOS DEL ORO?

Imagen: business.financialpost.com
Ayer el presidente de la Reserva Federal  (Fed) de Estados Unidos, Ben Bernanke, declaró que “nadie entiende realmente a los precios del oro”, y que él, “tampoco finge entenderlos”. Esto al ser cuestionado por senadores respecto al desplome de las cotizaciones que éste ha sufrido los últimos meses.

No cabe duda que Bernanke no solo miente, sino que sus palabras rayan en el cinismo. Fingió demencia.

En este blog le he explicado cómo el precio del oro no es como el de cualquier mercancía, y que su mercado es todo, menos libre.

La razón es que se trata de la mercancía dinero, pues no existe otra “materia prima” cuyo ratio de existencias sobre flujo (stock-to-flow), sea tan elevado.

Esa verdad inocultable ni siquiera el mismo Bernanke se atreve a ponerla en duda, al admitir que “el oro es un activo inusual. Es un activo que la gente guarda como una especie de seguro contra el desastre.”

Y vaya que sí. No por nada, gracias a su valor, así como se extrae de las minas casi todo es atesorado, pues el apetito por el metal amarillo es insaciable.

Esa voluntad de la gente de aceptar sin límites cualquier cantidad de oro, es la que lo convirtió a lo largo de la historia, y en las más distantes latitudes, en el medio de intercambio por excelencia, junto con la plata.

Y es que ambos constituyen un pago en sí mismos, pues por su calidad de bienes valiosos pueden ser cambiados en cualquier momento por otros bienes y servicios.

Esa es una brutal diferencia con respecto a los billetes y monedas que estamos acostumbrados a llamar dinero, pues en realidad constituyen solo una promesa de pago, ya que nadie puede guardar por siempre sus dólares, euros o pesos, sin miedo de que en el futuro, vayan perdiendo su valor.

Siempre hay que redimirlos, cambiarlos pronto por algo.

Imagínese que descubriera que sus antepasados dejaron enterrado en el jardín, un cofre con billetes de la época de la Revolución mexicana.

Más allá de la anécdota poco o nada de valor se guardaría en ellos.

Pero la historia sería muy distinta si lo que encontrara, fuera un cofre repleto de oro en cualquiera de sus formas.

Por esa razón tuvieron que crearse leyes en todo el mundo que desmonetizaran al oro y la plata, y así estuviésemos dispuestos a aceptar como dinero algo que de otro modo rechazaríamos.

De esta manera hay tras bambalinas, además de factores meramente técnicos, un interés político particular por controlar y deprimir al máximo el precio del oro, pues su desprestigio alienta la “confianza” y uso de las divisas ordinarias que conocemos, sobre la de “reserva”: el dólar estadounidense.

Lo malo para los manipuladores es que no se puede hacer esto para siempre sin castigo. Tarde o temprano, el mercado pone las cosas en su justo lugar, y quien no tenga el metal físico en sus manos, será defraudado.

Por otra parte, Bernanke asegura que una razón para la caída del oro, es que la gente lo está menospreciando por estar más confiada y menos preocupada por “resultados negativos” en la economía. No obstante, los hechos demuestran todo lo contrario.

La verdad se esconde en el secreto mejor guardado del oro y que tiene un nombre que para algunos es extraño, llamado“backwardation”.

Esta es una condición del mercado que ocurre cuando el metal al contado, es más caro que en su contrato de entrega a futuro, y no al revés, como es lo normal. Ahí es donde nos encontramos ahora. De hecho, desde enero de este año.

Lo que esto significa es que la gente está prefiriendo pagar hoy más caro su oro con tal de que se lo entreguen ya, a esperar días o meses a que ocurra esa supuesta entrega más barata, por temor al incumplimiento.

Entonces, sí hay un desprecio del “oro”, pero solo del ficticio. Este se expresa en las liquidaciones masivas que echan por la borda su cotización, para beneficio de quienes lo acumulan físico.

De ahí que la tendencia es que esa “backwardation” se vuelva permanente, hasta el punto de quiebre, que implicará el colapso del mercado de futuros del oro y la plata.

La bifurcación del mercado de “oro” papel y el del físico se vuelve a hacer evidente como en 2008 y 2009, aunque aún no alcancemos los elevados niveles de backwardation de entonces.

Así que Bernanke se equivoca.

Los inversores inteligentes no están queriendo menos sino más protección con oro y plata físicos, contantes y sonantes, y están dispuestos a pagar por ello, pues aún así, reciben gran valor a un precio conveniente.


Hacen bien, pues la economía global está prendida de alfileres, y estos, sin temor a equivocarnos, terminarán por ceder.