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viernes, 4 de julio de 2014

LOS BANCOS CENTRALES NOS ESTÁN “LAVANDO EL CEREBRO”: MARC FABER




Imagen: cnbc.com
El miércoles pasado, Kitco.com publicó una interesante entrevista con el controvertido inversor contrario Marc Faber, experto en temas monetarios y autor del afamado reporte por suscripción The Gloom, Boom and Doom Report.

Entre sus declaraciones, destaca que pese a que el precio del oro cumplirá en septiembre próximo tres años de corrección a la baja, en este período se ha observado una continuada impresión de billetes por parte de los bancos centrales, más crecimiento del crédito a nivel global así como un mayor número de millonarios y billonarios, “cortesía del Sr. Bernanke y ahora de la Srita. Yellen y otros ´payasos´ en bancos centrales alrededor del mundo”, manifestó. Todo esto, desde luego, significa no solo que los fundamentos del mercado alcista del oro se mantienen, sino que han mejorado.

Y es que para Faber, incluso todos estos banqueros centrales en algún momento tendrán algo de oro debido a que, por culpa de su impresión monetaria, “nadie, nadie confiará en el papel dinero en el largo plazo”. A pregunta expresa, explicó que medios, economistas y estrategas han estado hablando mal del rey de los metales por mucho tiempo, pero diciendo que compren acciones en los mercados bursátiles, dejando de lado que en los hechos, el desempeño del oro respecto a los activos financieros ha sido muy superior a partir del año 2000.

Asimismo, advierte que esos mismos medios no comentan que, a pesar de que los rendimientos vistos en índices bursátiles como el S&P 500 han sido positivos este año, los del oro e índices de mineras “junior” han sido mejores. “Nadie te dirá eso, solo dicen ´el oro es una pésima inversión´”, acusó.

Por otro lado señaló a los bancos centrales como la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, de ser responsables “lavar el cerebro” al público con la idea de que hay peligro de deflación, cuando en realidad hay mucha inflación en el sistema, que se refleja en alzas de precios en la vida cotidiana de la gente. Cabe agregar que de este modo, justifican la aplicación de sus destructivas políticas de manipulación de tasas de interés. En todo caso, dice, hay una inflación monetaria que si bien no se ha expandido aún a toda la economía, está fluyendo hacia activos que sí están subiendo, pero que más tarde, se traducirá en incrementos generalizados de precios.

Como podrá entenderse, ataca la muy extendida creencia de que la deflación es “mala” y la inflación es “buena”. “El siglo XIX en Estados Unidos transcurrió en un ambiente deflacionario (…) y el crecimiento real per cápita para los americanos avanzó a un ritmo más acelerado que desde la creación de la Fed en 1913”, explicó.

En coincidencia con este espacio, Faber considera que es probable que durante el otoño la Fed decida no dar por concluido su estímulo monetario y anticipa que incluso podría incrementarlo. Lamenta que entre más liquidez inyecten estos institutos centrales, la calidad de vida de los hogares en el mundo será peor.

En este sentido, además del oro, afirma que está invirtiendo en algunas acciones, bonos y propiedades, pero como ya ha advertido con anterioridad, no le emocionan los mercados bursátiles debido a que la mayoría están caros o sobrevaluados.

Por último, al referirse al fraude descubierto en China por 15 mil millones de dólares respaldados en falsas transacciones de oro, bromeó diciendo que deberían enviar a la Fed a los auditores que lo descubrieron, para que confirmen si es que todavía queda algo de oro en sus arcas. Sin duda alguna, Faber tiene las mismas sospechas que aquí hemos expuesto: ya no queda oro en la Reserva Federal estadounidense.

Como ve, los más incisivos críticos coinciden en que, pese a lo que se diga en los discursos oficiales americanos, mexicanos o europeos, la economía mundial no está mejorando sino que va de mal en peor. El maquillaje que le están poniendo a través de la impresión monetaria, no durará por mucho tiempo.

viernes, 15 de junio de 2012

BASTA YA DE ESPECULACIONES, SÍ HABRÁ FLEXIBILIZACIÓN CUANTITATIVA QE3


 México, D. F., 15 de Junio 2012 (Guillermo Barba) – En el sistema financiero global que nos ha tocado vivir, es la deflación (entendida como la contracción crediticia), y no la inflación (su expansión), el causante supremo del pánico que sufren los que se benefician más de él. No podría ser de otra manera, si consideramos que esa estructura, para funcionar, depende justamente de la expansión al infinito, de algo que por definición no se puede: la deuda.

Eso explica también por qué, este castillo de naipes en realidad, está construido de dinero fíat que puede ser creado a voluntad, sin el respaldo del oro. Una molesta piedra en el zapato que, hecha a un lado, permitió dar paso a una etapa de crecimiento económico inimaginable, en la que el alza perpetua de los precios se convirtió en parte de la vida cotidiana, y en el arma perfecta e invisible de gobiernos cada vez más intervencionistas.

Por ello, no gusta en absoluto a los principales gobiernos y bancos centrales, que el ciudadano en su búsqueda instintiva de buscar protección y salida a sus problemas, comience a pagar sus deudas y reducir gastos, pues esto es “malo” para el crecimiento económico.

Los párrafos anteriores, nos ayudan a entender, de fondo, por qué la creación monetaria permanente, expresada en las llamadas flexibilizaciones cuantitativas (QE, en inglés), está más que garantizada, con todo lo que ellos significa para el futuro de los metales preciosos: oro y plata.

Sin embargo, mucho se especula sobre si la más representativa de todas, la fase QE3 de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), llegará en la próxima reunión de su Comité de Mercado Abierto (FOMC), a celebrarse el 19 y 20 de junio. En opinión de esta columna, las probabilidades de que su presidente, Ben Bernanke, anuncie ya una nueva compra de bonos del tesoro y activos respaldados en hipotecas, todavía no son muy altas.

Eso, a pesar de las pésimas noticias económicas, y de un evidente cambio de ánimo que da visos de desesperación en varios grupos de poder, como los representados por Goldman Sachs, que a través de Jan Hatzius ha expresado su “confianza” en que el FOMC, relajará la política monetaria en su encuentro de la próxima semana. Ya podemos imaginar el tipo de cabildeo y presiones que están ocurriendo detrás del telón.

Ahora bien. Toda flexibilización cuantitativa, además de un fenómeno monetario, es también político. Los tiempos electorales en Estados Unidos distan mucho de estar en su punto álgido, y la aprobación de Obama se mantiene más o menos estable. Todo ello compensaría, en parte, la innegable desaceleración de su economía, la caída del Índice de Precios al Consumidor y el desendeudamiento hipotecario de las familias americanas entre otros pésimos datos que, no obstante, pueden ser aún peores en los meses por venir.

En este sentido, de no anunciarse el QE3 la semana siguiente, el pronóstico es que se lanzará, a más tardar, en la reunión del FOMC del 12 y 13 de septiembre (nota: en esta columna se adelantó con exactitud, lo que más tarde sería el lanzamiento oficial del QE3, ver el enlace), que al igual que la de junio, presentará un Resumen de Proyecciones Económicas y una conferencia de prensa de Bernanke. Hagan sus apuestas. Lo cierto es que, la reelección de Obama y el QE3, son elementos que deben estudiarse juntos como lo que son: la cara y la cruz de una misma moneda.

Guillermo Barba




memob@hotmail.com