Este jueves el Consejo Mundial
del Oro (WGC) ha publicado las cifras
de demanda del metal para el primer trimestre de 2013. Los resultados son
elocuentes y positivos. De entrada, destaca la subida en el consumo que ha
experimentado el rubro de la joyería,
así como el de barras y monedas de oro en todo el planeta.
Las joyas alcanzaron una demanda
histórica en divisas, por más de 28.9 mil millones de dólares, y un total de
551 toneladas. Destacan India y China, que acapararon el 62% de este segmento
del mercado global.
La demanda conjunta de joyería,
lingotes y monedas tuvo su mayor expansión en India, con un crecimiento de 27%,
mientras que en China y Estados Unidos escaló 20% con respecto al mismo período
del año pasado.
Para nuestros vecinos, es la
primera vez en más de siete años que experimentan un incremento anual en
joyería.
De la misma manera en el sector
oficial, los bancos centrales continuaron como compradores netos, y sumaron su
séptimo trimestre consecutivo con adquisiciones arriba de 100 toneladas (109.2).
A pesar de estos datos, la
demanda total aparentemente cayó en 13% (más adelante explicamos por qué solo
en apariencia), alentada sobre todo por
las grandes ventas de los fondos cotizados (ETFs), y las menores compras del
área tecnológica.
Conviene subrayar la divergencia
entre la gran demanda de inversión en
valor, que se manifiesta en el tonelaje requerido para joyas, barras y
monedas, y la especulativa o “institucional”.
En el primer caso, el énfasis
está puesto por los inversionistas en la cualidad del oro como refugio, tanto
para los que esperan un futuro con problemas de alta inflación como para los
que anticipan deflación.
En otras palabras, su apuesta por
el rey de los metales va más allá del precio.
Cabe recordar que este
crecimiento del primer trimestre de 2013, sucedió incluso antes del gran ataque que detonó el desplome de las cotizaciones de
los metales preciosos monetarios, oro y plata, que vimos en abril.
Por ello es previsible que en el
segundo cuarto de este año, las estadísticas se disparen aún más.
En este primer círculo de
inversores se encuentran las llamadas “manos fuertes”, que como hemos comentado,
son las encargadas de retirar de un modo lento pero consistente, el oro físico
del mercado. Tiende así a “desaparecer”.
Este ocultamiento es alentado por
la especulación (manipulación) en futuros, que inunda el mercado con cantidades
cada vez mayores de “oro” papel, tira el precio por la borda, y con ello cada
vez menos y menos personas se sienten
dispuestas a desprenderse de su metal
físico, o a mantenerlo en posesión de terceros.
El temor es por el riesgo de incumplimiento
de pago que esto significa. No hay oro que alcance para todos.
En el segundo círculo, se ubican
quienes más que en el valor, se fijan en el precio de corto plazo: los
especuladores.
Estos cuando son de verdad
profesionales, saben obtener beneficios ya sea que el mercado vaya al alza o a
la baja. Por eso tampoco sorprende que haya habido grandes ventas de oro de
parte de los ETFs, que llegaron casi a las 177 toneladas en el trimestre, con
la tendencia negativa de los precios ya se advertía. Es su negocio.
Ahora bien. Incluso con estas
liquidaciones, debemos aclarar que las
tenencias totales de los ETFs al corte de marzo de 2013, apenas llegaban al 1% de las 175,000
toneladas de oro que existen sobre la faz de la Tierra.
De este modo, sus ventas
constituyeron poco más del 0.1% de las existencias.
Reportes recientes indican que
una parte de quien ha liquidado sus posiciones en ETFs, ha reubicado su capital
en “cuentas localizadas” en oro, donde sí se tiene posesión sobre lingotes
específicos.
Por último, debemos resaltar la
diferencia entre demanda aparente y demanda real de oro.
La aparente que nos reporta el WGC, se refiere solo a la cifra que se
cuadra con respecto a la oferta, proveniente de la extracción minera más el
reciclaje.
La demanda real es de esas 175,000 toneladas aprox., más lo que se
obtiene de la extracción minera.
La razón es que el oro siempre
tiene un poseedor y así, un demandante. Para fines prácticos, casi todo el oro
que se ha extraído a lo largo de la historia está todavía aquí en alguna forma.
¿Por qué? Porque el oro es
dinero, y como tal, no se tira.
Dinero auténtico que está siendo demandado al guardarse lo
mismo en bóvedas que en alhajeros, debajo de la cama, enterrado en el jardín,
etc., y cuya escasez aporta a su valor.
El oro es la “materia prima” que
tiene el mayor ratio stock-to-flow (existencias
sobre flujo) de todas, precisamente por ser atesorado. El segundo lugar lo
ocupa la plata. Esta característica es la que los diferencia y convierte de
hecho, en los metales preciosos monetarios. Riqueza material que, como tal no,
puede ser creada de la nada.
Vaya diferencia con respecto a
las divisas fíat (pesos, dólares, euros), cuyos apologistas, nos están
conduciendo a un callejón sin salida en esta crisis, cuyos efectos, marcarán un
hito en la historia de la humanidad.
Visto así, no sorprende que la
gente por conocimiento o intuición se percate de esta anomalía, y por eso, estén
acumulando y resguardando sus metales mejor que nunca, pues durante la peor parte de la crisis por venir, seguro los van a
necesitar.
Memo: Muy interesante e ilustrativo tu artículo, gracias por compartirlo. Información muy util para aquellos que tienen la fortuna de tener algo de oro ó plata en sus manos, lo cual es sinonimo de "saber invertir" en estos tiempos de tormenta económica, por cierto; podrías escribir algo acerca del Bitocoin, tu que opinión tienes al respecto? Gracias y saludos
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