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lunes, 1 de diciembre de 2014

FRACASA REFERÉNDUM SUIZO, ¡PERO SE DISPARA ESCASEZ DE ORO!




Ayer se celebró el referéndum suizo para votar la iniciativa conocida como “Salvemos Nuestro Oro”. Con ella se pretendía incrementar las reservas áureas del Banco Nacional Suizo (SNB, por sus siglas en inglés) a 20 por ciento del total, detener sus ventas del metal precioso y repatriar todos los lingotes que se mantienen bajo custodia en el extranjero. Sin embargo, la votación fue de forma abrumadora por el “No”.

Según reportes oficiales, el resultado fue de 77 por ciento en contra y 23 por ciento a favor. La campaña de miedo que emprendieron desde el gobierno, el parlamento y el banco central, tuvo los resultados esperados. Una pena. Si bien la propuesta no era ideal, no tener su oro en casa no los hace más fuertes, pero sí los hunde en la misma espiral europea y americana de impresión monetaria y destrucción de capital.

Este rechazo se ha convertido así en la declaratoria oficial de que el otrora prestigio monetario y financiero intachable de Suiza, se ha perdido quizá para siempre. Como epitafio del honor caído, quedarán las palabras de celebración de la ministra de Finanzas, Eveline Widmer-Schlumpf, quien dijo que “el banco central es libre de perseguir su política de tipo de cambio mínimo”, es decir, de devaluar sin topes al franco, y que “el oro no tiene el mismo significado que tenía hace 50 o 60 años.” Grave error.

Las palabras de Widmer-Schlumpf llegan en un momento en que los bancos centrales a escala global continúan siendo compradores netos de oro. Este hecho más la abrumadora demanda física del metal sobre todo en Asia, niega por completo la versión de que el oro no tiene la misma importancia de antaño.

Los funcionarios suizos actuaron como perfectos lacayos del sistema monetario basado en el dólar estadounidense, pues del lado de los opositores –donde Rusia y China son los protagonistas, se siguen preparando para el colapso de ese viciado sistema con compras masivas de oro. Otros aliados de Estados Unidos, como Holanda, pese a que aún mantienen cierta confianza en los americanos, prefieren no hacerlo del todo. Por eso transportaron en secreto a Ámsterdam 122.5 tons. de oro desde NY.

Ahora, el fracaso del referéndum suizo ya lo habíamos previsto en este espacio. Pese a ello, dijimos que sin importar lo que allá sucediera, el gran movimiento mundial por el oro seguirá avanzando. La demanda física se mantiene en niveles históricos y le traemos pruebas de ello.

Las lecturas más recientes de Base y Cobase del oro (y la plata) indican una condición de escasez (backwardation) en el mercado, que subió como cohete los últimos días de noviembre a un máximo no visto desde 2008.

Existe backwardation cuando el precio al contado (spot) es más alto que el del contrato de futuros más activo. Lo normal es que sea al revés. Debido a eso, la Base –diferencia entre el precio futuro y el spot, debe ser positiva; la Cobase –diferencia entre el precio spot y el futuro, negativa. Cuando la curva se invierte y tenemos base negativa y cobase positiva, existe backwardation. Esta nos dice que hay “escasez” de oferta de oro y plata para una fuerte demanda física. Por eso quien los quiera entregados hoy, deberá pagar un sobreprecio que hace que la cotización con entrega futura se abarate.

Las gráficas siguientes –cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, nos ilustran lo que está sucediendo. Los contratos de futuros con vencimiento en diciembre y febrero en el caso del oro (gold), están juntos en backwardation, es decir tienen Cobase positiva (líneas rojas) y Base negativa (líneas azules). Lo mismo la plata (silver) para los contratos de diciembre y enero.

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Lo mismo está ocurriendo en la otra capital del mercado del oro, pues en la Asociación del Mercado de Lingotes de Londres (LBMA, por sus siglas en inglés), las tasas GOFO (Gold Forward Offered Rates) a uno, tres y seis meses están también en terreno negativo (backwardation). Estos tipos son aquellos bajo los cuales dos agentes del mercado convienen un préstamo de oro en un swap (intercambio) contra dólares estadounidenses. Normalmente quien pide el préstamo de billetes verdes contra su oro paga un interés, pero cuando la tasa es negativa indica que es quien entrega el oro el que recibe el interés por prestar su metal. El desesperado que paga con tal que le presten oro lo hace porque le permite comerciar con él y obtener una rentabilidad. Un signo claro de exceso de demanda física y baja oferta (continúa después del gráfico).



Este escenario se presenta mientras los precios del oro se siguen cayendo. Esta aparente contradicción nos lleva a evidenciar la manipulación de las cotizaciones desde el mercado de papel (futuros y forwards), pues la lógica nos dice que ante una demanda tan alta de oro físico, el precio debería estar subiendo, no desplomándose. Es claro el interés del Establishment por generar una idea de que a pesar de sus endebles cimientos, su divisa es un “súper dólar”.


Muchos pueden caer en la trampa de que el camino de la recuperación de la economía estadounidense, y de otras que dependen de aquella como la mexicana, sigue su curso. La realidad es que no. Que Estados Unidos sea por ahora un “oasis” nos habla de las pésimas condiciones económicas y financieras del mundo, pues la aludida “fortaleza” americana llega mientras sigue acumulando deudas, déficit público y su banco central imprimiendo dólares en masa. Cuando estos alfileres se caigan por su propio peso, la nueva crisis que vendrá hará que la de 2008-2009 parezca un día de campo. El oro y la plata, como dinero real, serán reivindicados.

martes, 7 de enero de 2014

¡SE DISPARA BACKWARDATION DEL ORO!




Hace un mes le trajimos en exclusiva la historia de cómo el oro y la plata se encontraban ya juntos en “backwardation”. Esta anómala condición de mercado se presenta cuando el precio del metal al contado hoy, es más alto que el de contratos de futuros (en el que la entrega se realiza en el mes de vencimiento), y por tanto se presenta una inversión en la curva que normalmente es ascendente.

La anomalía consiste en que la backwardation es un indicador de escasez, y dado que el oro es la materia prima con el ratio stocks-to-flow (existencias sobre flujo) más elevado de todas, en realidad siempre hay este metal precioso sobre la faz de la Tierra. El Consejo Mundial del Oro estima que son unas 175 mil toneladas, que en físico, tienen un dueño en todo momento.

Esto se debe a que la mente humana, por sus características y propiedades físicas, le ha otorgado siempre un alto valor. Por ello su tendencia será a apreciarlo y atesorarlo en lugar de ser consumido o arrojado a la basura. Cada onza extraída de las minas cada año es una parte muy pequeña en comparación con el “stock” ya existente del metal, por lo que la única escasez posible del oro es está en el suelo, no en el mercado.

Sabiendo todo esto cabe preguntarse: ¿cómo se explica que exista de facto una escasez de oro y plata expresada en su backwardation?

La respuesta es que cada día menos y menos inversores están dispuestos a enajenar su metal, y los que lo hacen, sólo aceptan si se les paga un “premio” (sobreprecio) sobre el precio futuro.

Lo grave es que, como lo ha predicho las Nueva Escuela Austríaca de Economía del Prof. Antal Fekete, estamos entrando a una fase de backwardation permanente del oro. Las luces de alerta se encienden de inmediato, pues en el fondo lo que implica es que hay oro físico que está cambiando de manos y saliendo de la circulación.

La tendencia nos conduce a un callejón sin salida: tarde o temprano, las manos dispuestas a vender su metal se acabarán, y no habrá oro físico suficiente para satisfacer la demanda de un sistema en el que existe mucho más oro en papel del que es posible entregar.

Hay quien subestima el impacto que tendrá en la economía la cadena de impagos (default) que se presentará en el mercado del oro. Sin embargo, el efecto dominó se hará sentir en todos los mercados apalancados del mundo –de materias primas, bursátiles, bonos de deuda, etc., por lo que podrá entenderse que el impacto deflacionario tendrá consecuencias devastadoras a escala global.

Ahora bien, la forma de medir el grado de backwardation alcanzado por el oro y la plata, es a través de la Base y la Cobase (basis and co- basis, en inglés), a los que aquí damos seguimiento puntual. Ambos indicadores miden la relación que guarda el precio “spot” con respecto a los de futuros. Existe backwardation cuando la Cobase (spot – futuro) es positiva y Base negativa (futuro – spot).


La gráfica siguiente cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, nos revela que el contrato de oro a febrero está actualmente en un nivel récord de backwardation para el mismo, equivalente a una lectura de Cobase de 0.44% anualizada o 77 centavos por onza. Esto quiere decir que la backwardation se disparó en un solo mes (diciembre a enero) en más de 83 por ciento.


El contrato de abril (líneas discontinuas) está a punto de entrar también en fase de backwardation permanente.

La plata por su parte permanece asimismo en backwardation para el contrato de marzo, aunque con una Cobase de apenas 0.10% (ver gráfico de abajo). Es de esperar que el contrato de mayo (líneas discontinuas) entre también en backwardation conforme se aproxime a su vencimiento.


Aún así, como comentamos en el artículo anterior, es previsible que las presiones bajistas puedan continuar por varios meses más.

Por cierto, ayer ocurrió de nuevo una de esas recurrentes bajas abruptas que llaman a la sospecha en el mercado de metales preciosos.

A las 10:14:13 horas de ayer, el oro se desplomó 30 dólares en alto volumen de operaciones. La venta de cerca de 4,200 contratos tumbó los precios y disparó una interrupción de 10 segundos en las mismas. Una vez reanudadas, el precio rebotó.

El portal de Nanex Research reporta que “la actividad (venta) empieza en los futuros de oro (intercambiados en Chicago), seguidos aproximadamente cinco milisegundos más tarde por actividad en el GLD (fondo cotizado de oro intercambiado en Nueva York).” El énfasis es agregado.

Imagen: Nanex. Clic para ampliar

Pese a esas presiones, lo cierto es que 2014 podría ser un nuevo año de quiebre –esta vez al alza, pues la demanda física sigue llevando la voz cantante, por cierto, en mandarín.

La backwardation del oro se ha disparado. De nuevo, el mensaje está puesto ahí en blanco y negro para mayor claridad. Si alguien quiere cerrar los ojos a esta realidad, está bien. Nada más recuerde que no habrá nunca peor ciego, que el que no quiera ver.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL ORO SALTA DE NUEVO A “BACKWARDATION”




Apenas el 1 de octubre pasado, relatábamos que el oro había salido de la condición de “backwardation” (retroceso). Ésta ocurre cuando el precio al contado “spot”, es más elevado que el de los contratos de futuros más cercanos. Eso constituye una anomalía, pues lo contrario –el “contango” (cuando los futuros son más caros que el “spot”), es la situación normal. Una curva ascendente.

La tendencia desde agosto había sido a una reducción de la “backwardation”, que se perdió de manera temporal a partir del 20 de septiembre.

La intensidad de este estado es medida con dos indicadores descubiertos por el Prof. Antal E. Fekete, la Base y la Cobase del oro, que dan seguimiento de manera inversa a la relación que guarda el precio “spot” con respecto a los futuros. Una base negativa y una cobase positiva indican “backwardation”.

Para ilustrar mejor la Base (líneas en azul) y la Cobase (líneas rojas), mostramos en ese entonces la gráfica siguiente –cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, con corte al 1 de octubre. En ella se aprecian las lecturas observadas para los contratos de diciembre y febrero (líneas difuminadas) ya en “contango”.

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Sin embargo, algo cambió súbitamente.

A medida que nos acercamos más al vencimiento del contrato de diciembre, señalamos que la “backwardation” volvería, y así se presentó. La novedad en todo caso es que esto sucedió de forma abrupta, gracias a una caída en las cotizaciones que llevaron al metal a pasar de 1,329.50 dólares la onza (London PM Fix) el 8 de octubre, a 1,265.50 tres días después.

Un precio más bajo presiona al mercado, pues a menores cotizaciones los tenedores físicos de oro se resisten más a desprenderse de él. Eso es lo que significa la “backwardation”: la curva se invierte porque el oro “escasea”, de modo tal que los demandantes se ven obligados a comprarlo a precios por encima de los futuros.

En teoría, eso le da una ganancia de “cero riesgo” al vendedor de oro, pues puede liquidar su metal físico y de inmediato comprar con ganancia un contrato de futuros de oro más barato a diciembre.

La gráfica actualizada al 15 de octubre, da cuenta de este “salto” del oro de vuelta a una lectura de cobase positiva (“backwardation”) para el contrato a diciembre, y se anticipa que el de febrero (líneas difuminadas) está a solo días de entrar al mismo territorio.

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Aunque los precios se han recompuesto a niveles de 1,316.50 (London PM Fix) el viernes pasado, la cercanía con el vencimiento impediría esta vez que la cobase vuelva a ser negativa.

Quizás la mejor forma de ver y entender la backwardation, es que a medida que las condiciones económico- financieras del mundo empeoran, la propensión de las personas a acumular valor a través de dinero real (oro y plata), aumenta. Eso explica por qué esos metales preciosos monetarios, como lo confirman las lecturas de la base y la cobase, siguen saliendo de la circulación.

Con cada descenso en el precio, las “manos fuertes” de esos inversores están entrando a demandar metal físico por el que están dispuestos a pagar incluso, un premio más elevado para recibirlo hoy, en vez de una mera promesa futura de entrega, aunque luzca más barata.

Del otro lado, el de los vendedores, las “manos débiles” que sueltan sus tenencias cada día son proporcionalmente menos, y la “debilidad” de las que quedan es menor cada vez en términos relativos. Eso confirma que tendemos hacia el día en que solo las manos fuertes rijan el mercado (backwardation permanente), y se resistan a entregar más su metal en términos de precios expresados en divisas fíat (dólares, euros, pesos, etc.), cualquiera que estos sean.

Ese repudio dará pie a un intercambio directo (trueque) entre los tenedores de dinero real (oro y plata) y los de mercancías, sean estos personas o países enteros. A eso el profesor Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, lo ha descrito como un fenómeno de hiperdeflación. Justo por ello es indispensable mantener esos metales preciosos en propia mano.

El trueque es el último estadio de un proceso deflacionario, que en los hechos implica un rechazo al falso papel “dinero”, y a las deudas expresadas en sus términos: el punto culminante de la Gran Depresión del siglo XXI que estamos viviendo.

Todavía muy pocos logran ver la gravedad y alcances de esa crisis, que se sigue agravando con la actual impresión masiva de divisas (QE) de los mayores bancos centrales del orbe, y la absurda y perjudicial política de estimular la economía con más créditos/deudas, a la que por cierto pretende sumarse México.

Los que sí la ven, continuarán acumulando y escondiendo en silencio su oro y plata, dejando huella en la inocultable backwardation del mercado. El mensaje secreto, ha sido descodificado.