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lunes, 29 de abril de 2013

DAÑOS INMINENTES: EL ORO SE ACABA…(BACKWARDATION vs.CONTANGO)




Imagen: Seeitmarket

No, por supuesto que el título de este artículo no se refiere a que el mercado alcista del oro esté terminado, ni a que sus existencias se estén consumiendo a un ritmo tal que tiendan a desaparecer, para fines prácticos, de la faz de la Tierra (como por cierto, sí ocurre en el caso de la plata por sus crecientes usos industriales).

En cambio, nos referimos a un fenómeno que, como secreto a voces, corre entre la comunidad más informada de inversores en metales preciosos: el oro y la plata, el dinero real, está “desapareciendo” misteriosa y constantemente del mercado tangible.

Los detalles los comentamos de manera más amplia en los artículos “Caída en Precio del Oro Desata ´Tsunami´ de ComprasFísicas” y ¡ExplotaDemanda de Onzas de Plata en México! ¿Por qué?, que dan cuenta de cómo en todo el orbe la gente está adquiriendo enormes cantidades de ambos metales, y retirando el que tienen bajo resguardo de terceros.

Este acto de “desaparición” no tiene nada que ver con la magia, pero sí con el conocimiento o la intuición de los inversionistas, de que el punto más álgido de la crisis que inició en 2008 no ha sido visto, y que cada día el riesgo de que les incumplan en la entrega de su tesoro, es más grande.

Este fenómeno se está expresando de forma inequívoca en algo que se conoce como “backwardation”, y que está presentándose en el mercado del oro, con una tendencia a volverse permanente.

Para explicar de forma muy simplificada lo que esta palabra inglesa significa, y más importante, las consecuencias de su permanencia, es oportuno comenzar por hablar de su opuesto, el “contango”.

Éste nos remite a la “normalidad” presentada en el mercado: que el precio al contado de una mercancía como el oro (spot), el de entrega inmediata, sea más bajo en comparación con su precio en el contrato de futuros.

El diferencial está en función del costo de financiamiento por efectuar esa compra hoy en el mercado spot.

Como ambos, el efectivo y el oro pueden ser tanto dados como tomados en préstamo, habrá siempre una diferencia aritmética entre las tasas de interés que se pueden obtener por ellos.

Es así que tanto el tenedor de oro como el de dólares en este caso, podrían obtener una rentabilidad por prestar sus recursos.

Si por ejemplo, en el período del contrato de futuros, mis dólares ganarán el 1% de rendimiento, y el prestamista de oro pudiera obtener una tasa de 0.25%, es de esperarse que yo tenga que pagarle en compensación el 0.75% sobre el precio spot si es que quiero el metal que ofrece.

De lo contrario, el vendedor preferiría enajenar ya su oro y depositar sus dólares él mismo, para obtener la ganancia esperada y completa.

Como es obvio, ese 0.75% irá disminuyendo conforme se acerque el vencimiento del contrato.

Por pura aritmética, mientras las tasas de interés en dólares sean mayores que las de préstamos en oro, se estará en “contango”, pues el precio de futuros estará por encima del spot: el diferencial de tasas será positivo y su curva, ascendente.

Si sucede lo contrario, y el precio spot es más elevado que su futuro, se está en “backwardation”.

Esto ocurre desde luego, si las tasas de interés en dólares caen por debajo de las tasas de préstamos en oro, y el diferencial es negativo. Eso, es justo lo que está ocurriendo ahora. La pregunta es, ¿por qué?

La respuesta es sencilla, y de nuevo, la encontramos en el fenómeno del enorme y creciente apetito por el oro y la plata físicos, sobre todo por parte del llamado “dinero inteligente” o “manos fuertes”.

Esas que no quieren los metales preciosos como especulación de corto plazo, es decir, no lo buscan por su precio, sino por su valor, y por tanto, los acumulan más cada vez que el diferencial es positivo, pues es el instante en que las probabilidades de encontrar oro a cambio de efectivo, son las mejores: su precio es relativamente bajo en comparación al futuro.

De ahí que el oro se esté “acabando” o “escondiendo”: estando en “backwardation”, los inversores están expresando su preferencia en pagar más hoy por metal contante y sonante, que por una promesa de entrega más barata en el mañana.

En el fondo, esta implicación es gravísima: el rechazo del papel dinero (fíat), y la preferencia por el dinero real, incluso ante la posibilidad de mayores ganancias, pero que no dejan de ser promesa. Nada más.
Imagen: Debtonation

Visto así, ya no es tan sorprendente que la demanda física haya estallado como lo ha hecho, con el desplome inducido de precios en el mercado de papel.

Los manipuladores ofrecen cada vez más y más “oro” y “plata” imaginarios que tiran la cotización, los metales físicos se esconden de la circulación y al final, millones de manos se darán cuenta de que fueron defraudados, pues no hay existencias materiales que alcancen para todos.

A las “manos fuertes”, se les ha hecho el favor más grande de su vida, al poner de regalo los que serán los últimos refugios de pie, cuando el colapso deflacionario que nos está tocando vivir, haga sentir todos sus efectos, y que los bancos centrales intentarán sin éxito, compensar con más impresión monetaria.

Justo por eso, las “manos fuertes” no se sienten motivadas a desprenderse de sus metales ni siquiera a precios mayores, con lo que la amenaza de “backwardation” permanente, crece.

¿Quién quisiera soltar el bote que podría salvar la vida propia y de su familia, en medio de un barco que zozobra, incluso si le ofrecieran la máxima de las riquezas?

Hay algo que cierra este círculo vicioso. La única opción aparente para combatir el riesgo de “backwardation” continua, es obligar a los tenedores a vender su oro, presionando aún más abajo aumentando la oferta de “oro” papel.

Los manipuladores obtienen así efectos no deseados, pues cada vez será menor la cantidad de oro en “manos débiles” que soltarán sus monedas, lingotes, etc., por lo que en términos relativos el rechazo al dinero papel se disparará, tendiendo como siempre hacia su verdadero valor: C E R O.

Como podrá entenderse, es en este punto donde aquellos que aún no lo comprendan, verán por fin con claridad la diferencia que existe entre precio y valor, y por qué pese a su desplome en términos de dólares, euros, pesos mexicanos, etc., el oro y la plata cada día se vuelven más valiosos.

El oro es propiedad privada, que no se ve en el espejo de la hoja de balance de alguien más, si se tiene en físico. De esta forma, es la única manera de evitar el riesgo de incumplimiento de pago (default) y de pérdidas totales.

Vaya, después de todo, el viejo J.P. Morgan tenía razón: “el oro (y la plata) es dinero, todo lo demás, es crédito”… palabras pues, que hoy más que nunca, se lleva el viento.

viernes, 26 de abril de 2013

¡EXPLOTA DEMANDA DE ONZAS DE PLATA EN MÉXICO! ¿POR QUÉ?

Libertad silver ounce
Onza de plata Libertad
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Hoy en este blog le traigo una noticia tan buena como exclusiva: la demanda de onzas de plata Libertad, explotó en México desde el desplome inducido de precios de los metales preciosos monetarios, que inició como tal el 12 de este mes.

Los ahorradores nacionales están despertando así de un largo sueño, que provocó que ¡SIGUE CRECIENDO LA DEMANDA DE ONZAS DE PLATA LIBERTAD!como lo reportamos en enero.

Luego de ese “descanso” del año pasado, los inversionistas mexicanos están regresando no a liquidar sus onzas, sino a comprar todas las que pueden.

Y es que según datos proporcionados por el propio Banco de México (Banxico) a este periodista, a través del oficio OFI006-8614, tan solo al corte del miércoles 23 de abril, iban ya vendidas más de 174 mil onzas en este mes.

En otras palabras, en solo 23 días se vendieron más que en los tres primeros meses del año juntos, y lo más probable es que la mayoría de ventas haya ocurrido durante las últimas dos semanas.
En enero, febrero y marzo, el total de estas monedas puestas en circulación fue de 46,714; 82,634 y 44,063, respectivamente.

¿Por qué se venden como pan caliente? Bueno, de entrada las monedas Libertad de plata están en precios que no se veían desde 2010, alrededor de 350 pesos cada una a la fecha. Un 40 por ciento más baratas que justo hace dos años –finales de abril de 2011, cuando tocaron su récord histórico por encima de 610 pesos.

La mayoría de los bancos las ofrecen a sus clientes, pero le sugiero que compare precios antes de comprar.

Lo más importante es comprender que la causa principal de que esta demanda se haya disparado, es que el oro y la plata son los refugios financieros por excelencia, el dinero real, que se ha puesto de oferta a la mitad de la crisis económica que está muy lejos de terminar en el mundo.

Es como si alguien se hubiese puesto a regalar salvavidas en un barco que se hunde.

Es grato saber que México no es la excepción a la regla, ya que en otras partes del planeta se está viviendo también esta fiebre por los metales preciosos físicos.

En Estados Unidos, la Casa de Moneda (US Mint) tuvo que suspender esta semana la venta de sus monedas de un décimo de onza de oro, pues se agotaron sus existencias. Al día de hoy acumula ventas por 203 mil 500 onzas de oro, más que los dos meses previos juntos y que el total de enero.

En una entrega anterior, dimos cuenta de cómo el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), ha descrito como una “ola masiva” el apetito de los inversionistas por los metales preciosos monetarios. También de cómo en China e India, los principales consumidores a nivel internacional, hay reportes de altos premios, es decir, sobrecostos, que la gente está dispuesta a pagar con tal de hacerse de monedas o lingotes, que por otro lado, escasean en Dubai.

Estas señales contrastan con las descomunales ventas de oro y plata papel en el mercado de futuros, que son las responsables de haber tirado los precios por la borda.


Para decirlo muy claro, tenemos que insistir en que detrás de estas abruptas caídas, existen poderosos intereses financieros encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que han tenido siempre un especial interés por mantener deprimido el precio del oro.

La razón es muy sencilla. Éste es el termómetro que nos dice sin error, lo mal que andan las cosas en la economía, y en particular, en el sistema financiero global. Su calidad de dinero universal, más su “pecado” de no poder ser reproducido a voluntad de los gobiernos, lo convierten en el enemigo público número uno de sus corrompidas divisas fíat (dólares, euros, libras, etc.).

Por eso su herramienta ideal son los derivados, “oro” y “plata” papel que pueden ser creados también sin límites, por supuesto, siempre que sus tenedores no demanden la entrega material de su tesoro, pues no hay metal que alcance para todos. Un fraude.

En este sentido, en cada ataque como el atestiguado a mediados de este mes, hay evidencia de masivas acciones coordinadas de venta de estos papeles para influir, o sea manipular, lacotización de estos metales preciosos a la baja. Del resto se encargan técnicamente traders, robots y algoritmos, que magnifican los efectos negativos al tocar niveles críticos.

La mala noticia para los manipuladores es que se puede crear todo el metal papel que quieran para vender, pero las existencias físicas son limitadas y la gente está yendo por ellas. Los datos de demanda física creciente son elocuentes, como también el desplome como nunca antes de losinventarios existentes en el COMEX (Commodity Exchange). En este blog también advertimos esto el 12 de abril.

¿Qué ocurrirá cuando los tenedores de ese oro papel quieran que se les entregue materialmente?

Así es, a alguien se le quedará mal. No es difícil prever que de llegar ese día, a los afectados se les liquidará con dinero papel bajo cláusulas de “fuerza mayor”. El mercado, al final, siempre se impone. Por eso, la racha alcista del oro y la plata, luego de esta corrección acelerada artificialmente, continuará en esta década hacia límites desconocidos.

Cada día más gente conoce esta realidad y como en el juego de las sillas, mejor se están llevando su oro y plata a casa, antes de que acabe la música junto con la diversión, y se queden sin lugar, con las manos vacías.

viernes, 19 de abril de 2013

CAÍDA EN PRECIO DEL ORO DESATA “TSUNAMI” DE COMPRAS FÍSICAS

Imagen: BBC

Luego de dos días de arteros ataques al precio del oro el viernes pasado y el lunes de esta semana, que propiciaron que el mercado entrara en un pánico que no se veía desde hace tres décadas, las evidencias demuestran una vez más que lejos de apartarse del metal áureo, los inversores más avezados están comprando tanto como pueden en el mercado físico.
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El Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) dijo este jueves que una “ola masiva” de compras físicas se está presentando por todo el globo, debido a la baja de sus precios.

Su director general, Aram Shishmanian, emitió ayer un comunicado de prensa muy revelador en el que afirma: “Ha quedado cada vez más claro en el curso de la semana pasada, que la caída en el precio del oro fue disparada por especuladores operando en el mercado de futuros.”

Asimismo, explica que el alza en las compras físicas del metal, está abarcando mercados que van desde India y China, los más grandes, hasta Estados Unidos, Japón y Europa. No hay duda pues, de que este grupo de inversionistas agradece la oportunidad que el abaratamiento del oro les significa.

Shishmanian agrega en su comunicado que el WGC, está “viendo escasez de barras y monedas en Dubai”, mientras que en Bombay y Shanghai los altos “premios” (diferencial sobre el precio “spot”), revelan que el público está incluso dispuesto a pagar un sobreprecio elevado.

El WGC concluye que esta dinámica de alta demanda y oferta limitada, es la que en largo plazo determina la tendencia de largo plazo, y con razón.

Por otra parte, la Casa de Moneda de Estados Unidos (US Mint) reportó este miércoles ventas por 63,500 onzas de oro, un nuevo récord para un solo día y más que el total de marzo. En lo que va de abril, ha vendido ya 153 mil onzas, que supera la cifra de los dos últimos meses juntos, y la de todo el mes de enero.

La Asociación del Oro de China, según reporta el portal Hardassetsinvestor, dijo que las ventas minoristas de su país se han triplicado esta semana. Bloomberg por su parte, da a conocer que la Federación de Comercio de Gemas y Joyería de India, dijo que la demanda llegó a su punto más alto en lo que va de este año.

Todos estos reportes, más aquellos que se presentaron incluso antes del desplome de precios en los metales preciosos monetarios, dan indicios claros para el que lo sabe ver, de que las “manos fuertes” de los inversores más informados están retirando cada día más y más existencias del mercado. Gran parte de ellas emprendiendo un viaje sin retorno al lejano Oriente.

Esto es muy relevante pues, como aquí se ha dicho antes, la cantidad de “oro” y “plata” papel en el mercado es infinitamente superior a la que es posible entregar en físico. Por esta razón, es indispensable que toda inversión se materialice, o de lo contrario, el riesgo de impago hace que la protección que brindan estos activos se vuelva imaginaria.

Eso tiene desde luego una explicación lógica. El mercado de lingotes, monedas, etc. tiene una limitación material en cuanto a sus existencias, el otro, no. Por ello, la sobreoferta de papel siempre tendrá el potencial de tirar los precios a voluntad de sus grandes tenedores (como JP Morgan, por ejemplo), que tras bambalinas podrían estarse coludiendo para optimizar el alcance de sus metas.

El sistema de reserva fraccionario con que operan los denominados “Bullion Banks” –bancos especializados en metales preciosos, y los préstamos de oro que han realizado los bancos centrales, hacen que esto, pese al escepticismo, vaya más allá de cualquier teoría conspirativa.

Como quiera, lo cierto es que pasada la tormenta y terminada la corrección, el oro y la plata tienen un destino mucho más alto a lo largo de esta década.

Las presiones deflacionarias que se presentan en el mundo, no hacen más que anticipar que la impresión monetaria que harán los bancos centrales para intentar inútilmente compensar sus efectos, tendrá en última instancia consecuencias desastrosas para la humanidad.

Sus intenciones de destruir el poder adquisitivo de sus divisas se harán cada día más evidentes –como ahora en Japón, igual que el despertar de más y más personas sobre la importancia de protegerse con dinero real. El tiempo, habrá de confirmarlo.

martes, 16 de abril de 2013

¡COLAPSA PRECIO DEL ORO! "BIENVENIDOS" A LA GRAN DEFLACIÓN




La confusión y el pánico, se han apoderado del mercado del oro. Este martes, su precio cayó a niveles mínimos de más de dos años, con un desplome vertical de proporciones históricas.
Imagen: Yahoo


Este suceso, nos lleva a separar con claridad a dos tipos de personas: la mayoría que repite que el oro está hundido en una tendencia bajista de la que no se recuperará, y los pocos que se frotan las manos por la cercanía de una nueva oportunidad de compra.

En esta última categoría minoritaria, se encuentran inversionistas de “manos fuertes”, que saben de sobra que su mercado alcista mayor está lejos, muy lejos de haber concluido, por lo que ven el derrumbe de precios como una noticia extraordinariamente buena. Lo ven como la coyuntura ideal en la que los billetes que traen en la bolsa, les permiten adquirir más riqueza.

Esas manos comienzan frotarse, pues no son “traders” ni especulan con ganancias rápidas, y en cambio mantienen posiciones a largo plazo y en metal físico, que acumulan de manera regular por su valor y cualidad de dinero real, no por las variaciones en el precio.

Este tipo de inversores tienen conocimientos sobre la historia de estos mercados, así como de los destructivos efectos de las políticas monetarias expansionistas que vivimos.

Saben también que poderosos intereses del lado de los principales bancos centrales, gobiernos y grandes corporaciones financieras, operan “en lo oscurito” para “influir” (es decir, manipular), no solo el mercado de metales preciosos, sino todo aquel que juzguen conveniente. Los algoritmos y “stop orders”, se encargan de magnificar las triquiñuelas.

Claro, asimismo aprendieron bien cómo el mercado, al final, siempre termina por imponerse y corregir por la fuerza, todos los desbalances y excesos que se crearon de modo artificial, como el hecho de que exista más oro en papel del que es posible entregar en físico.

Son estos inversionistas, los que sonríen cada vez que oyen que la burbuja del oro explotó al rebasar los 1,920 dólares la onza en 2011, pues saben que en términos reales ni siquiera se estuvo cerca de un máximo histórico real que estaría ahora casi en 2,400 dólares.

El otro lado, el de los especuladores que pregonan que el oro está “muerto”, busca todas las justificaciones que se encuentren a la mano para reforzar sus falsas conjeturas.

Parece que olvidan que la normalidad de cualquier mercado es que suba y baje, y que es poco usual que un activo, cualquiera que sea, acumule como el oro doce años al alza. Una corrección, como la que inició en septiembre de 2011 y que se ha acentuado, no es solo sana sino deseable.

En este sentido, incluso los que gustan de aprovechar la volatilidad de precios, deberían pensar dos veces antes de proclamar un mercado bajista mayor en el oro.

Deberían recordar que en la década de los ’70 –última vez que se vivió un mercado alcista mayor en metales preciosos, el oro pasó de su conocido ratio de 35 dólares la onza en 1970 a un pico de 850 dólares en 1980.

Esa alza, por supuesto, no estuvo exenta de correcciones severas. En diciembre de 1974, el oro alcanzó un promedio de 183.85 dólares la onza y empezó a bajar, hasta que 20 meses más tarde, en agosto del ’76 tocó fondo promediando 109.93 dólares. Luego, en el mes pico, enero de 1980, la cotización media fue de 675.30 dólares. Quien se “bajó del tren” casi cuatro años antes, sin duda debió lamentarlo mucho.

En otras palabras, una corrección del 40% no tendría por qué sorprendernos hoy. Autoridades  del mundo de las commodities como Jim Rogers, no descartan ver niveles de 1,200 dólares la onza, pero lo cierto, es que nadie puede saber si esto ocurrirá.

En la prensa especializada, se puede leer todo tipo de explicaciones sobre qué pudo detonar este abrupto colapso del oro, que van desde las más serias hasta las absurdas.

Sin embargo, salvo en contadas excepciones, por ningún lado aparece que podría ser síntoma de un problema mucho más grave: la deflación.

El profesor Antal Fekete, de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, ha advertido con insistencia que la gran falla de los cuantitativistas –que por cierto gobiernan los bancos centrales, que afirman que la expansión de la oferta monetaria conllevará en automático a un repunte de la inflación, consiste en ignorar justo la especulación en los bonos que, como en la actualidad, genera la estrategia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).

Como se sabe, paradójicamente ese es justo el propósito declarado de la Fed: comprimir los tipos de interés para “estimular” la economía por el lado del crédito y el consumo, al tiempo que se inyecta liquidez a través de operaciones de mercado abierto (compra de bonos y otros valores).

Fekete explica que su meta de crear inflación falla al mandar un mensaje al público, de que la inversión en el mercado de bonos es “libre de riesgo”. De este modo, los inversores compran los bonos cada vez que bajan para revenderlos más tarde, y más caro, al seguro comprador: la Fed.

La liquidez inyectada entonces, crea un círculo vicioso contrario al que espera: crea deflación pues la liquidez no se va a la economía productiva ni al gasto, sino que se ahorra la fatiga cobrando intereses como reservas en los bancos (que están en niveles récord, ver gráfico) y en el mercado de bonos (treasuries, junk, de mercados emergentes como México, etc.). Dinero fácil y sin esfuerzos en la burbuja que nadie ve.



Eso explica por qué los rendimientos de los bonos gubernamentales están cerca de sus mínimos históricos, los precios de commodities siguen a la baja, la inflación aparece como “controlada” y la economía no despega.

No puede hacerlo pues la continua baja de las tasas de interés destruye el capital: ¿quién quiere arriesgarse en una empresa hoy si mañana el costo podría ser menor? Más vale esperar. Mientras tanto, para sobrevivir, los empresarios competirán con precios cada vez más bajos para poder sobrevivir. Una señal de alerta para los índices bursátiles, pues las utilidades de las empresas podrían ser cada vez más decepcionantes.

Fekete afirma que no es casual tampoco que la velocidad del dinero, esté también en su nivel más bajo desde finales de los ‘50 (ver gráfico), un síntoma deflacionario adicional, como lo es también la mayor acumulación de efectivo por parte del público, que comentamos en el artículo del martes pasado (“El Oro Más Valioso que Nunca”).



En suma, es evidente que Bernanke, pdte. de la Fed y compañía, tiemblan ante el temor de que su peor pesadilla deflacionaria se haga realidad, y para ello, están tan dispuestos como sus colegas japoneses a destruir sus respectivas divisas, con interminables rondas de flexibilización cuantitativa (QE). ¿Alguien se creyó el cuento de que terminarían pronto?

Dicho lo anterior, está claro que en el corto plazo el escenario para los metales preciosos, podría no ser alentador para muchos, pero más atractivo que nunca para otros. Sobre todo, si consideramos justo el punto del párrafo anterior, que permite darnos cuenta que la creación de divisas que por primera vez ocurre a escala global, terminará por reivindicar y explotar en sus términos, el precio de la única moneda que no puede ser reproducida a voluntad, y a la cual, este artículo está dedicado.

viernes, 12 de abril de 2013

ADVERTENCIA: ¿TIENE ORO EN MANOS DE OTROS? RETÍRELO

Imagen: Forbes
En este blog hemos insistido en una de las reglas fundamentales de la inversión en metales preciosos: si no lo tienes en tu poder, y en cambio cuentas solo con un documento o certificado que afirma que son tuyos, pero en posesión de otro, entonces no eres realmente el dueño. Se tiene una promesa que puede llevarse el viento, nada más.

La razón es muy simple: el propósito de tener oro y plata en las manos, es garantizar que se cuenta con dinero real.

A diferencia de las divisas fíat (dólares, euros, pesos, etc.), que son una mera promesa de pago sustentada a su vez en más deuda, oro y plata son dinero contante y sonante, una liquidación en sí misma que no aparece en la hoja de balance de alguien más. Dicho de otro modo, son el activo de su poseedor y pasivo de nadie.

Esa auténtica seguridad, es la que sigue atrayendo al “dinero inteligente” (smart money) hacia ellos, a pesar de los incesantes discursos anti-oro que alejan muy rápido, a quien tiene lo que se conoce como “manos débiles” (weak hands).

Prueba de anterior, es que en el primer trimestre de este año, los inventarios de oro en los almacenes del COMEX (Commodity Exchange, división del New York Mercantile Exchange para el comercio de futuros de metales), se desplomaron como nunca antes desde que se tiene registro.

La historia fue traída a la luz por Tekoa Da Silva, y se encuentra completa aquí (texto en inglés), en el artículo “Comex Gold Inventories Collapse By Largest Amount Ever on Record”, de su blog Bull Market Thinking.

Da Silva da cuenta de cómo la reducción en las existencias del metal áureo, fue de aproximadamente 1.85 millones de onzas, equivalentes a casi tres mil millones de dólares a precios de ayer (London PM FIX).

Para tener una idea de la dimensión de esta cantidad, recordemos que en 2011, Banxico efectuó la entonces compra más grande de este metal realizada por un banco central, por un total de 100 toneladas (claro, aunque por desgracia en “oro” papel, no físico).

En cambio, el retiro del COMEX que comentamos aquí, fue por más de 57.5 toneladas, que no son poca cosa, en lingotes “good delivery” contantes y sonantes. Alguien prefirió llevárselos.

Quién, por qué y para qué lo hizo, no lo podemos saber a ciencia cierta. Sin embargo, la realidad es que en el contexto de crisis actual, cada día más y más personas se dan cuenta del peligro que representa el tener su riqueza en manos de otros.

Esto desde luego aplica tanto para los tenedores de oro y plata, como para los cuentahabientes de los bancos comerciales.

Esto ha dado pie a que la antigua práctica de ahorrar “bajo el colchón”, retome fuerza por doquier, desde países de la zona Euro –donde el caso del rescate bancario de Chipre ha sentado un negro precedente de riesgo para los ahorradores, que pone la atención ahora en España, hasta Estados Unidos.

Después de todo, los “depósitos” que las personas tienen en muchas instituciones bancarias, son en realidad préstamos, que por el sistema de reserva fraccionaria con que operan, hace imposible que se pueda pagar a todos en caso de recurrir la mayoría a reclamar su efectivo de forma simultánea.

Con las tasas de interés en mínimos históricos, ¿qué ventajas tiene prestar dinero a bancos posiblemente quebrados? Las respuestas, se reducen, y más en países en apuros.

Como quiera, lo cierto es que, lo aquí expuesto nos lleva a entender mejor lo que afirma el propio presidente de la Reserva Federal de San Francisco, John C. Williams, en su interesante ensayo “Cash is Dead! ¡Long Live Cash!": “las tenencias de efectivo tienden a aumentar durante períodos de turbulencia política y económica”.

Ese instinto que lleva a la gente a atesorar los billetes, es el mismo que, con conocimiento, debería llevarlos a cambiar su divisa por oro y plata. ¿Por qué?

Porque lo que muchos desconocen, es que las políticas expansionistas de sus bancos centrales y gobiernos, están dirigidas a aniquilar el poder de compra de su efectivo para “estimular” la economía. Para ello, están dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias.

Por eso, emular lo que las manos fuertes están haciendo al reclamar su metal en el COMEX, o al repatriar sus reservas áureas como Venezuela o Alemania, es en definitiva el camino a seguir.

Esta noticia, debe verse como un nuevo llamado de atención tanto para individuos como para empresas y bancos centrales, que como Banxico, tienen sus reservas de oro en poder de terceros. Es tiempo de demandar su entrega, pues más tarde, se los podrían quedar a deber.

martes, 9 de abril de 2013

EL ORO, ¡MÁS VALIOSO QUE NUNCA!


Tesoro de monedas antiguas
British Museum
El mundo vive hoy una auténtica anti-fiebre del oro que, azuzada desde los principales medios de comunicación, está confundiendo a una parte del público que por error, omisión o buena fe, está creyendo en lo que le dicen. 

“El oro está muerto”, “explotó la burbuja del precio del oro”, etc., son solo algunas de las frases que, como mentira que repiten mil veces, pretenden convertir en verdad. La realidad, en cambio, es muy distinta.

No hay duda alguna de que los metales monetarios, el oro y la plata, se encuentran en una fase de “corrección” (baja) de sus precios que por cierto, no es reciente. De hecho para el primero inició desde septiembre de 2011, y para la segunda incluso antes, en abril de ese año.

Sin embargo, poner atención solo a los precios del oro conocidos en los mercados de futuros es un error. Los es por múltiples razones, pero entre las más importantes podemos encontrar el de la tan negada manipulación de su mercado, que como cualquiera, debería ser libre por completo. No es el caso.

El tema se ha vuelto tabú, no por casualidad, también en los principales medios de información que lo consideran como una vacua teoría conspirativa. Seguro que deberían recordar que uno de los escándalos más famosos de manipulación de mercados, que ahora es conocido por todos, permaneció “oculto” incluso ante los ojos de las autoridades que se supone los vigilan: el de la tasa Líbor.

Notas periodísticas aisladas dieron cuenta de este engaño con años de anticipación, pero como suele ocurrir, sus voces fueron desdeñadas hasta por el Banco Internacional de Pagos (BIS) y el propio FMI. Una vez caído el “teatro”, las sanciones y castigos a lo que antes “nadie vio” se hicieron presentes, muy tarde por supuesto.

La experiencia lo demuestra: si alguien espera a creer en algo como la manipulación del precio del oro, hasta que aparece en los medios masivos, está condenado a sufrir las mismas consecuencias que aquél que cae en las manos de un fraude al estilo de Carlo Ponzi.

La sentencia maquiavélica de que el que engaña siempre encuentra a alguien que se deje engañar, es infalible. Este blog, por tanto, invita a los lectores a profundizar en la materia. El Comité de Acción Antimonopolio del Oro (gata.org), tiene un extenso trabajo al respecto.

Por otro lado, resulta indispensable que cualquier persona interesada en la defensa de su integridad financiera, comprenda la importancia de los metales preciosos, en específico el oro y la plata, para la consecución de sus fines. En este sentido, es vital comprender que no significan lo mismo la palabra “precio” y “valor”.
Imagen: goldprice.org

Mientras que en apariencia el precio del oro fluctúa, en el fondo lo que vemos no es más que la mera variación del precio de las divisas “fíat” (dólar, peso, libra, etc.) frente a él.

Esto no es un capricho o una simple interpretación. La causa nos remite a los propios orígenes del dinero. Carl Menger, fundador de la Escuela Austríaca de Economía, sintetizó esto en su tratado “On the Origins of Money”.

No podemos hacer a un lado que la aparición del dinero tiene que ver con la mayor demanda que existe, desde los inicios del comercio, para ciertas mercancías. Esta preferencia más constante en algunas que en otras, dio paso a un proceso natural de discriminación entre ellas, que a su vez fue dando pie a la aparición de los llamados medios de intercambio.

Y es que como explica Menger, “Es evidente aún para la inteligencia más común, que la mercancía debe ser entregada por su propietario a cambio de otra que le será de mayor utilidad.”

De ahí que solo aquellas que aunque no fuesen necesitadas por los entes comerciantes, contaban con la mayor capacidad de poder ser a su vez canjeadas por otras en cualquier momento, es decir las más líquidas, fueran prevaleciendo como “dinero”. Solo éste les daría la certeza de poder adquirir en forma inmediata, las mercancías deseadas o requeridas en última instancia.

El proceso en los más apartados lugares de la Tierra y momentos de la historia, ha concluido siempre en dos mercancías: oro y plata. En ese orden pero, ¿por qué?

La razón es que las personas, en el intercambio de sus productos, buscan la maximización del beneficio que obtienen de los mismos. No obstante, no existe un único precio sino dos, al que siempre se tendrán que enfrentar: el que demanda el vendedor y el que ofrece el comprador.

En este entendido, el “spread” (diferencial) entre ambos precios asegura que los productos con menor liquidez ofrezcan un riesgo mayor de sufrir una reducción en su precio final, y por tanto, un “castigo” para el vendedor. En otras palabras, su spread es más amplio, y se incrementará entre mayor sea la cantidad de producto a ofrecer. ¿Quién quiere cada vez más y más de algo que no sabe si después lo podrá enajenar sin grandes pérdidas?

En ello radica la conveniencia del oro –y en segundo lugar de la plata, que el actuar humano descubrió para sí como los medios de intercambio por antonomasia, por tener el spread más bajo, y por supuesto, una escasez que aporta a su valor.

Menger encontró entonces que el oro tiene una “utilidad marginal” prácticamente constante. Dicho de otro modo, que el apetito por el oro para cualquiera no tiene límites en cantidad, justo por su capacidad de ser liquidado (intercambiado) por casi cualquier cosa que se desee, y con el mínimo “castigo” posible. Bien se dice que a nadie cae mal una moneda de oro.

Todo lo anterior, nos permite apreciar con claridad su cualidad de dinero real. Satisface la necesidad humana de un medio de intercambio que maximice su beneficio y minimice sus costos, al tiempo que la cantidad existente de él, es decir, su disponibilidad material por supuesto, es muy limitada.
Imagen: Timepassguru.com


Su producción total anual, aporta muy poco a sus existencias totales, pues en los hechos, casi todo el oro extraído desde el inicio de los tiempos, sigue sobre la faz de nuestro planeta en alguna forma u otra. No existe una sola mercancía, ni siquiera la plata pues es consumida, que tenga esta característica. ¿Alguien duda ahora de su valía?

Lo aquí expuesto, intenta pues dar algo de luz en el profundo y oscuro túnel económico-financiero que nos ha tocado vivir.

A pesar de la turba que denuesta al oro, lo único cierto es que al final seguirá como el último refugio de pie, viendo cómo más o menos rápido unas divisas corren frente a otras en la carrera hacia su auténtico valor: cero.

No por nada la tasa de mortalidad de todas ellas es de 100% en el tiempo, mientras que el rey de los metales estuvo aquí antes de que existiéramos, y seguirá cuando nos hayamos ido.

Ese solo hecho debería ser suficiente para demostrar la falaz ilusión que significa el pensar que el dinero, puede ser creado de la nada, impreso a voluntad, como lo promueven los monetaristas y keynesianos.

Sus “estímulos” monetarios (flexibilizaciones cuantitativas o Quantitative Easing, en inglés) y fiscales nos conducen a la ruina. Justo ese será el tema de la segunda parte de este artículo, al cual amable lector, desde luego, está invitado.