Hace un mes le informamos que las lecturas de Base y Cobase del oro –indicadores exclusivos de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, para el contrato de futuros con vencimiento a diciembre, mostraban que se encontraba aún en contango, pero con un aparente rompimiento que indicaba que podría dirigirse hacia la backwardation en el futuro cercano. En la actualización de este mes, la confirmación ha llegado: el oro se dirige de manera consistente a una nueva fase de “escasez” física en el mercado, por lo que quien no lo tenga en propia mano, debería reclamar su entrega y sacarlo del sistema bancario.
Conviene que recordemos que la Base es la diferencia entre el precio del contrato de futuros más activo al momento (en este caso el de diciembre) y el precio “spot”, o sea, al contado. Dado que la normalidad es que los futuros sean más caros que el spot, dicha diferencia debe ser positiva. Esto es, hay contango y la curva de los precios de futuros es ascendente. Pero si el resultado es negativo, muestra una inversión de la curva que es lo que llamamos backwardation.
Lo mismo pero a la inversa ocurre con la medida de la Cobase, que se calcula restando del precio spot el del contrato de futuro más activo. De ahí que se esté en contango cuando el resultado es negativo, y en backwardation cuando hay Cobase positiva.
Mientras que el contango es señal de normal abundancia de oro fluyendo al mercado, la backwardation lo es de “escasez”, una seria anomalía. El metal precioso es escaso en la naturaleza pero no tiene por qué serlo nunca en el mercado, pues de hecho es la “materia prima” con el mayor ratio existencias/flujo de todas. Lo que esto significa es que para fines prácticos casi todo el oro que se ha extraído en la historia permanece con nosotros, porque por su valor nadie lo tira directamente a la basura, sino que es atesorado. Además, por sus características no puede ser ni quemado como el petróleo ni consumido como el arroz o el trigo. De ahí que la producción de oro sea siempre una pequeña porción de los inventarios totales.
Entonces, ¿por qué ocurre la “escasez” de oro manifestada en su backwardation? La razón es que la disociación entre valor y precio del metal conduce a los inversores a preferir no venderlo en físico, y aquellos que lo hacen, exigen un “premio” o sobreprecio para entregarlo al contado.
En este sentido, el gráfico siguiente (cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com) nos muestra con claridad que hay una nueva tendencia de la Cobase hacia arriba, por lo que se confirma que solo es cuestión de semanas para que entre en territorio positivo conforme nos acercamos al vencimiento. Las líneas continuas corresponden a los datos para el contrato a diciembre, las discontinuas para el de febrero. En azul aparece la Base y en rojo la Cobase. Desde 2013 la constante ha sido que el oro entra y sale de backwardation, pero la tendencia de largo plazo es a que se vuelva permanente con todos los peligros que eso implica: escaseará hasta que llegue el punto en que no haya oro suficiente para cubrir las obligaciones contenidas en los contratos de oro-papel, que son superiores en decenas de veces.
Asimismo, el comportamiento del ratio de bases y cobases oro/plata (gráfica siguiente) de los contratos de diciembre, indica que el mejor desempeño de la plata contra el oro es probable que continúe, por lo que el ratio mínimo observado en lo que va del año de alrededor de 60 onzas de plata por una de oro, se rompería a la baja. Ese ratio se encontraba en poco más de 66 al corte del viernes pasado. Dicho de otro modo, la plata tiende a encarecerse con respecto al oro y al dinero de papel, por lo que no es mala idea convertir posiciones áureas en plata, sobre todo entre más alto sea el ratio como ahora.
En suma, se mantiene vigente la recomendación de que, en caso de presentarse de nueva cuenta bajas pronunciadas tanto en el oro como en la plata en septiembre, se debe aprovechar para acumularlos más. Eso sí, siempre en físico. Su incomparable posición como refugios monetarios de largo plazo, más las cada día peores condiciones de la economía global, los vuelve indispensables en cualquier portafolio tanto de pequeños como de grandes inversores.
La expansión del crédito así como del dinero en circulación, continúa inflando burbujas por todo el planeta, por lo que al reventar, el oro y la plata seguirán dando muchas sorpresas que no podemos dejar pasar. Más vale estar preparados.