Foto: El Universal |
Hoy tenemos una nota exclusiva de
este blog, pero que esperemos después se difunda en todos los medios: la
Auditoría Superior de la Federación (ASF), en su Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de laCuenta Pública 2011, que este miércoles entregó a la Cámara de Diputados,
le dio un severo “jalón de orejas” a Banco de México.
El motivo, es uno de los temas más importantes que
aquí hemos abordado: las reservas de oro de nuestro país.
Y es que como recordará, en este espacio le dimos a
conocer el año pasado, que luego de una disputa legal de cuatro meses con el Banxico
–que no quería revelar la información, tuvo que notificarnos que el 95 por ciento de sus reservas de oro están en el extranjero, y casi todo (99%), en Londres, Inglaterra.
Pues bien, la ASF documentó la adquisición de oro
por 100 toneladas que se efectuó en 2011, por un monto de 4,543 millones de
dólares.
Dice en su Informe que incluso confirmó con la
contraparte la compra del metal, pero que también “comprobó que Banxico no ha realizado inspecciones físicas al oro
para verificar el cumplimiento de los términos de su adquisición y las
condiciones en el que éste se encuentra, para tener la certeza del resguardo
físico de este activo”. Énfasis agregado.
Asimismo, que el banco central únicamente cuenta con
documentos donde se establecen los términos y condiciones, las fechas de las
operaciones y los comprobantes de pago. Nada más.
En otras palabras, invirtió 4.5 mil millones de
dólares, y los soltó sin siquiera confirmar que ese oro existiera, ni el
lugar físico en que se supone estaría resguardado. “Oro” de papel.
Dice la Auditoría, que el Banco quiso explicar los
argumentos por los que no consideró necesario efectuar esta verificación, y le
aseguró que se encuentran “en una
institución financiera con reconocido prestigio”, a la que más que
confianza parece tenerle fe ciega.
Según el reporte, Banxico sostuvo que la institución
vendedora del metal, solo ofrece servicios a otros bancos centrales y
autoridades monetarias, “custodia el oro
en un banco del Reino Unido” y “establece
estándares muy estrictos en
cuanto al peso y pureza del oro, que deben cumplir las barras a fin ser
consideradas como objeto de custodia”. Casi
un acto confesional.
Gracias a lo documentado en este blog, sabemos que
ese custodio no es otro que el famoso Banco de Inglaterra, que se
supone, solo ofrece servicios de este tipo en “cuentas localizadas”. Esto es,
que los clientes tienen, o deben tener, una lista de cada uno de los lingotes
de su propiedad con número de serie, pureza y peso.
Ese no es el caso del Banxico y eso llama a la
sospecha, pues desde el año pasado no pudo contestar a este periodista, en sus
solicitudes de información, cuántas barras componían esas 100 toneladas
adquiridas, limitándose a decir que “no
se puede especificar con certeza” el número de lingotes comprados. Si contara
con la lista, hubiese sido muy fácil proporcionar este dato.
Todo esto nos pone a pensar si de verdad se está
cumpliendo con lo que mandata la Fracción I del Artículo 19 de la Ley del Banco
de México, que especifica que la reserva estará constituida por “Las divisas y el oro, propiedad del Banco
Central, que se hallen libres de todo gravamen y cuya disponibilidad no esté
sujeta a restricción alguna;”
¿De veras no tiene restricciones un oro que ni
siquiera se ha comprobado que exista, y sobre el cual tampoco se tiene
posesión de lingotes con número de serie específico?
La institución que preside Agustín Carstens, ha
querido excusarse de esta irregularidad, informando que es una práctica común realizar
este tipo de operaciones y que además, realizar la inspección generaría un “costo
considerable”.
La ASF no se ha dejado sorprender e hizo una
recomendación muy concreta: se debe realizar una inspección física del oro
bajo supuesto resguardo, para validar su integridad física y el
cumplimiento de las condiciones contratadas.
No hay duda. Esto es muy delicado y Banxico se ha
metido en un aprieto innecesario. Por eso, es muy importante que el Dr.
Carstens se deje de evasivas, y de plano, decida repatriar nuestro oro al país.
No sería el primer país que lo hace.
Esta es la misma historia, casi calcada, que acaba
de vivir Alemania, pues allá su Auditoría Federal también reveló en 2012 que su
banco central (el Bundesbank) no
supervisaba adecuadamente sus reservas áureas.
Por cierto, un parlamentario alemán, Philipp Missfelder, quiso inspeccionar de forma personal en Nueva York las barras alemanas, y cuando preguntó cuáles de todas eran de su país, los funcionarios de la Reserva Federal no quisieron, o no pudieron, decir cuáles eran.
Solo unos meses después, Alemania tomó la adecuada decisión de repatriar gran parte de su oro a Fráncfort. Más vale oro en mano.
Aquí debemos hacer lo propio. Esos lingotes son
patrimonio nacional y debemos exigirlos como un acto de soberanía. No
tiene por qué permanecer del otro lado del mundo.
La crisis financiera está muy lejos de terminar, y
es indispensable que ese escudo de oro lo tengamos a la mano, o de plano, nos
exponemos de hecho a una expropiación o a que cuando lo pidamos, nos demos
cuenta de que solo era un “sueño dorado”.
Ojalá, ahora sí, Banxico y su gobernador Agustín
Carstens, nos hagan caso.
es importante el origen del dinero para comprar el oro se tenia o se pidio un credito
ResponderEliminarHay que darle seguimiento a esta recomendacion de la ASF. Es mas, deberia exigirsele al Banco de Mexico la repatriacion de ese oro. Venezuela lo hizo en el 2011. Existe alguna razon especifica en por que se prefiere depositar el oro en un banco extranjero en lugar del Banco de Mexico?
ResponderEliminarEl oro debe estar en nuestro pais, sin mas pretextos , o quien lo impide señor Carstens.
ResponderEliminarTodos los días sale un tonto a la calle y el que se lo encuentre es de él. Por esa clase de tontos, es que los especuladores del oro manipulan el precio a la baja, vendiendo oro inexistente a ingenuos.
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