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lunes, 28 de octubre de 2013

EL FALSO ARREPENTIMIENTO DE OBAMA

Imagen: www.bild.de
El creciente escándalo mundial por el espionaje, parece no detenerse. Las revelaciones de la semana pasada, seguramente no serán las últimas.

Es comprensible entonces la desesperación de los gobiernos, sobre todo del de la Casa Blanca, por acallar voces como las del periodista Glenn Greenwald y Laura Poitras, que han desvelado la información confidencial filtrada por el ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, Edward Snowden.

La molestia de Obama y su principal aliado en Gran Bretaña, David Cameron, es evidente. Por fortuna, el ejercicio de la libertad de expresión ha impedido que, como es su deseo, se dejen de hacer públicos los abusos cometidos por las agencias de espionaje de sus países.

Una y otra vez pretenden desviar la atención y subestimar las acusaciones de ilegalidad con el viejo discurso de que “todos lo hacen”.

Cámeron ha dicho en una rueda de prensa en Bruselas, que “lo que Snowden ha hecho efectivamente, y lo que algunos periódicos le ayudan a hacer, es convertir en mucho más difícil la protección de nuestros países y de nuestra población”.

Está claro que el ideal en la mente de estos políticos es el Estado policial, en el que todo esté disponible menos la libertad de las personas, a la que contribuyen los molestos diarios y publicaciones que “les hacen el juego”.

Por eso ahora que el gobierno estadounidense ha reconocido que las revelaciones han perjudicado sus relaciones con países considerados “amigos”, podemos asegurar que esta especie de “disculpas” y explicaciones son solo la nueva cara del falso arrepentimiento de Barack Obama.

Y es que en un breve artículo de opinión publicado en el periódico USA Today el jueves pasado, Lisa Mónaco, asesora presidencial de seguridad y contraterrorismo, afirmó que las actividades que han desatado el escándalo no han sido conducidas sin control ni supervisión.

En su párrafo clave, Monaco revela que el presidente Obama ha dado instrucciones “para que revisemos nuestras capacidades de vigilancia, incluso con respecto a nuestros socios extranjeros. Queremos asegurarnos de que estamos recopilando información porque lo necesitamos y no sólo porque podemos”. Énfasis añadido.

Es evidente que de esta manera, Obama quiere dar “carpetazo” al asunto y cerrarlo de una vez por todas, aceptando a través de la pluma de Mónaco que “revisarán” sus protocolos.

Sin embargo, los líderes del mundo –incluido por supuesto el gobierno mexicano que también ha sido perjudicado, no debe perderse en el juego de las palabras ni conformarse con la respuesta. Esto es muy importante, pues en ningún momento se habla de cancelar las operaciones de espionaje, ni siquiera de suspenderlas de forma provisional. Al contrario.

Lo que ahora nos mandan a decir desde Washington, es que estudiarán cuál información podrían requerir y cuál no. Si ellos deciden que la necesitan –y por supuesto esto tendrá el grado más alto de confidencialidad, continuarán las escuchas y las intervenciones, le pese a quien le pese. Punto.

Tal vez hasta llegue a existir un oficio firmado que declare que todas las comunicaciones de Angela Merkel, la canciller alemana; Dilma Roussef, presidenta de Brasil o de Enrique Peña Nieto, presidente de México, son de tal importancia estratégica para los intereses de Estados Unidos que es necesario que el espionaje prosiga, esta vez, con mayores controles para evitar fugas de información. Es un hecho que no se detendrán.

Justo por eso no solo es urgente que a escala internacional, se establezcan férreos controles legales que establezcan sanciones a todos aquellos que vulneren las soberanías nacionales en materia de privacidad de las personas y funcionarios, sino que los países en sus propias jurisdicciones, legislen para proteger y garantizar también este derecho.

Asimismo, aquí reiteramos nuestra propuesta de que el gobierno mexicano y de otras naciones, destinen recursos presupuestales al desarrollo de tecnología propia de comunicaciones y/o codificación, elaborados en el país propio país, para garantizar la confidencialidad, sobre todo, de sus decisiones más estratégicas.


La interconexión planetaria es un proceso irreversible y la tendencia es a más conectividad, no a menos. Mientras más tardemos en corregir nuestras vulnerabilidades, más seguiremos siendo víctimas de aquellos que, aprovechando su superioridad tecnológica, continuarán obteniendo ventajas injustas a nuestras espaldas, y eso, no lo debemos permitir más.

jueves, 24 de octubre de 2013

MÉXICO: ¿CÓMO DEFENDERSE DEL ESPIONAJE?




El tema de la semana en México ha sido el del espionaje, gracias a nuevas revelaciones dadas a conocer por uno de los semanarios más influyentes de Europa, el alemán Der Spiegel, basadas en más filtraciones de Edward Snowden, el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos.

Gracias a ellas, ahora sabemos que sus tentáculos llegaron a espiar además de al entonces candidado Enrique Peña Nieto, al ex presidente Felipe Calderón, cuando se encontraba en funciones, a la propia canciller alemana Angela Merkel, y en 2006 a más de 35 líderes mundiales. Esto último según el diario británico The Guardian.

Ya se ha comentado ampliamente al respecto, pero preocupa que aquí algunos actores políticos parecen no darle la importancia que tiene. Es el caso del coordinador parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, quien aunque condenó el espionaje, se conforma diciendo que “hagamos lo que hagamos, los vecinos nos seguirán espiando”.

Vaya, como si eso le quitara gravedad al asunto. Se parece mucho a la respuesta que han dado desde el propio gobierno norteamericano al decir que bueno, es algo que hacen todos los países.

Mal de muchos, consuelo de tontos.

Y es que lo que tenemos que entender, es que aunque de antemano sabemos que el gobierno de Obama en efecto no dejará de espiar no solo a otros países, sino a su propio pueblo, eso no tiene por qué impedir que primero, exijamos una investigación a la que se dé seguimiento –como ya lo hizo el gobierno del presidente Peña Nieto, y luego, que pongamos manos a la obra para defendernos de esos ataques a nuestra soberanía.

Es decir, por el lado de la diplomacia no podemos esperar más que simples excusas e hipocresías de parte de Barack Obama y del embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, que a lo más que llegarán es a prometer que en el futuro ya no nos espiarán. Más mentiras.

Pero si partimos de esa premisa, el siguiente paso a dar es que el gobierno mexicano y la Cámara de Diputados comiencen a destinar recursos presupuestales –los que sean necesarios, para la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y/o software propios, mexicanos y propiedad del gobierno, que permitan codificar las comunicaciones entre funcionarios de alto nivel, y proteger la información estratégica y de seguridad nacional de nuestro país.

Claro que no será sencillo ni rápido, pero de no hacerlo así, y si nos conformamos con comprar la ya avanzada tecnología extranjera, pues podemos estar seguros que de donde provenga, el gobierno de ese país o particulares extranjeros dueños de la misma, podrán estar realizando con comodidad más escuchas e intervenciones ilegales que seguro comprometerán nuestra toma de decisiones.

Debemos reconocer que la postura del gobierno de la República se ha endurecido y eso es muy positivo, pero no debe quedarse en la simple inconformidad o apostar a que el tema desaparezca de la escena informativa. Tampoco hay que limitarse a buscar culpables aquí, pues lo más importante es corregir esos errores en el futuro.

En México se están dando reformas de gran alcance, y la más grande, la reforma energética, aún está por discutirse. Muchos son los intereses en juego, y lo menos que podemos hacer es proteger los nuestros, para que otros no nos lleven la delantera y saquen provecho de información confidencial.

La vieja excusa de que Estados Unidos espía por razones de seguridad, es una falacia que quedó demostrada con las intervenciones que efectuó a la petrolera brasileña Petrobras. No hay motivo para dudar que lo mismo podrían estar haciendo con Pemex u otras dependencias, por ejemplo.

Como dicen los documentos internos citados por Der Spiegel, los datos secretos y privilegiados que obtuvieron les dieron a los políticos estadounidenses la posibilidad de conducir pláticas exitosas en diversos asuntos, y hasta planear inversiones internacionales, dejándonos en desventaja.

En un mundo en el que estamos hipercontectados, muchas voces intentarán convencernos de que la soberanía es un término del pasado y de poca relevancia, pero no es así. Aquella, es un valor que debemos defender y preservar.

Imagen: actualidad.rt.com
En este sentido, México debería sumarse a los esfuerzos conjuntos de Alemania y Brasil, que según Foreign Policy, se han reunido ya para que Naciones Unidas adopte una resolución que promueva el derecho a la privacidad en Internet, en clara respuesta a las acciones de la NSA.

Como la propia canciller alemana Merkel parece haber entendido, en estos temas de seguridad nacional e inteligencia no hay amistades que valgan, ni se puede confiar en nadie.

Por eso mismo, el interés superior de México debe prevalecer, y no podemos quedarnos cruzados de brazos esperando a que otras naciones hagan algo para protegernos. Al contrario, nos tendremos que defender, abierta o encubiertamente, con armas tecnológicas propias, o sufrir las consecuencias.

martes, 22 de octubre de 2013

CHINA: EL ORO Y EL MUNDO “DESAMERICANIZADO”




Imagen: well888.blogspot.com
La semana pasada, la agencia oficial de noticias de China, Xinhua, publicó en inglés el artículo titulado “La falla fiscal de EE.UU garantiza un mundo ‘desamericanizado´”, bajo la firma de Liu Chang. Como es obvio, en un país tan obsesionado por controlarlo todo, y en especial lo que se dice en los medios de comunicación, un mensaje como ese no puede ser tomado a la ligera.

Realidad o no, lo cierto es que el título del texto y su contenido, refleja la aspiración del gigante asiático por llegar a ser quizás tan grande y poderoso, o más, que los Estados Unidos.

Para eso, por supuesto, el régimen chino tendrá tarde o temprano que soltar los controles que tiene todavía en su economía, y en particular sobre su moneda, el yuan, si de verdad desea que el dólar sea desplazado como divisa de reserva universal, para lo que parece estarse preparando.

China aprovechó así la coyuntura del debate sobre la elevación del techo de endeudamiento estadounidense para expresar su posición respecto a aquel país, y el abuso de su “súper poder” que, asegura, ha introducido caos al mundo “desplazando los riesgos financieros al extranjero, instigando tensiones regionales por disputas territoriales y peleando guerras injustificadas al amparo de mentiras descaradas”.

Está claro que Beijing no está conforme con la idea descarada del gobierno y Reserva Federal estadounidenses, de devaluar al dólar para “estimular” el crecimiento y “equilibrar” los desbalances comerciales existentes, pues lo único que ha provocado es una guerra mundial de divisas. Nadie quiere, ni en Europa, ni Japón, ni en Gran Bretaña, ser el último en esa carrera devaluatoria en la que todos pierden.

Eso ha orillado a China –el principal tenedor de deuda norteamericana, a buscar discretamente el apoyo en la única opción real que tiene, para hacer frente al inevitable colapso global del sistema basado en divisas irredimibles: el oro.

No sería coincidencia entonces, que el artículo de Xinhua reflejara el mismo sentir que los números dados a conocer ayer por el Tesoro americano, que dan cuenta de que al cierre de agosto, los chinos redujeron a un mínimo de seis meses el total de “treasuries” en sus manos a 1.27 billones de dólares (trillones en inglés). Solo el tiempo confirmará si se trata una baja temporal o una tendencia definitiva, pero es un hecho que continuarán diversificando sus reservas pase lo que pase.

China sabe que a los americanos no los podrá vencer jamás por la vía militar, pero también reconoce que el “talón de Aquiles” lo tienen en el billete verde y sus exponenciales e impagables deudas. La elevación de los topes de deuda, será un proceso permanente.

Por ello también desde el gobierno, China alienta el ahorro de los ciudadanos en el dinero real, el oro, e invierte en la producción minera del metal –misma que por cierto es la mayor del mundo, que se queda por completo dentro de sus fronteras.

De ahí que se presuma que el gobierno esté acumulando reservas áureas en secreto, pues no ha dado a conocer estadísticas actualizadas al respecto.

Del lado del sector privado, la demanda de oro también ha subido hasta el punto en que, según estimaciones, ahora es incluso más alta que la del resto de la producción minera mundial.

La Bolsa de Oro de Shanghai (Shanghai Gold Exchange) tiene el monopolio de entrega física del metal en la China continental, y utiliza a Hong Kong como enlace desde donde importa desde el exterior. Entre ambos puntos, en los primeros ocho meses de este año han entregado alrededor de 1,730 toneladas a manos privadas, que equivalen a un ritmo anualizado de 2,600 toneladas, aproximadamente.

Si la producción minera fuera de territorio chino es de unas 2,260 toneladas, quiere decir que existe un déficit para satisfacer el insaciable apetito de oro del resto de Asia, sobre todo de India, y que de alguna manera ese metal está saliendo de algún lado.

El oro físico, no se puede crear de la nada.

Los ojos por tanto deben voltearse hacia los bancos centrales occidentales, señalados como los principales manipuladores del precio del oro a través de mecanismos como los “préstamos” de oro, que por supuesto, no volverá a sus arcas una vez que se encuentre en manos asiáticas.

Las ventas realizadas por los Fondos Cotizados (ETFs) este año de 670 toneladas a la fecha, y el reciclaje, son por completo insuficientes para cubrir esa enorme y permanente demanda.

No es casual tampoco que las exportaciones de oro del Reino Unido hacia Suiza, el principal refinador del orbe, hayan saltado a 1,016.3 toneladas de enero a agosto de 2013, cuando en 2012 fueron de apenas 85.1 toneladas en el mismo período. La clave está en que ese metal precioso no llega para quedarse por completo, sino para ser a su vez exportado en su mayoría, ya fundido y refinado en nuevas barras más pequeñas, a consumidores en Asia.

Así lo confirman las importaciones netas de Hong Kong desde Suiza, que alcanzan ya las 598 toneladas de oro en lo que va del año. Los números hablan por sí mismos.

Por tanto, mientras Occidente sigue obsesionado con denostar al oro, en deprimir sus precios y “estimular” sus economías con gasto público e impresión monetaria, China seguirá acumulando fuerza y preparándose para ese mundo “desamericanizado” al que aspira, y para el cual, no tendrá que soltar ni una sola bomba.

domingo, 20 de octubre de 2013

EL ORO SALTA DE NUEVO A “BACKWARDATION”




Apenas el 1 de octubre pasado, relatábamos que el oro había salido de la condición de “backwardation” (retroceso). Ésta ocurre cuando el precio al contado “spot”, es más elevado que el de los contratos de futuros más cercanos. Eso constituye una anomalía, pues lo contrario –el “contango” (cuando los futuros son más caros que el “spot”), es la situación normal. Una curva ascendente.

La tendencia desde agosto había sido a una reducción de la “backwardation”, que se perdió de manera temporal a partir del 20 de septiembre.

La intensidad de este estado es medida con dos indicadores descubiertos por el Prof. Antal E. Fekete, la Base y la Cobase del oro, que dan seguimiento de manera inversa a la relación que guarda el precio “spot” con respecto a los futuros. Una base negativa y una cobase positiva indican “backwardation”.

Para ilustrar mejor la Base (líneas en azul) y la Cobase (líneas rojas), mostramos en ese entonces la gráfica siguiente –cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, con corte al 1 de octubre. En ella se aprecian las lecturas observadas para los contratos de diciembre y febrero (líneas difuminadas) ya en “contango”.

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Sin embargo, algo cambió súbitamente.

A medida que nos acercamos más al vencimiento del contrato de diciembre, señalamos que la “backwardation” volvería, y así se presentó. La novedad en todo caso es que esto sucedió de forma abrupta, gracias a una caída en las cotizaciones que llevaron al metal a pasar de 1,329.50 dólares la onza (London PM Fix) el 8 de octubre, a 1,265.50 tres días después.

Un precio más bajo presiona al mercado, pues a menores cotizaciones los tenedores físicos de oro se resisten más a desprenderse de él. Eso es lo que significa la “backwardation”: la curva se invierte porque el oro “escasea”, de modo tal que los demandantes se ven obligados a comprarlo a precios por encima de los futuros.

En teoría, eso le da una ganancia de “cero riesgo” al vendedor de oro, pues puede liquidar su metal físico y de inmediato comprar con ganancia un contrato de futuros de oro más barato a diciembre.

La gráfica actualizada al 15 de octubre, da cuenta de este “salto” del oro de vuelta a una lectura de cobase positiva (“backwardation”) para el contrato a diciembre, y se anticipa que el de febrero (líneas difuminadas) está a solo días de entrar al mismo territorio.

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Aunque los precios se han recompuesto a niveles de 1,316.50 (London PM Fix) el viernes pasado, la cercanía con el vencimiento impediría esta vez que la cobase vuelva a ser negativa.

Quizás la mejor forma de ver y entender la backwardation, es que a medida que las condiciones económico- financieras del mundo empeoran, la propensión de las personas a acumular valor a través de dinero real (oro y plata), aumenta. Eso explica por qué esos metales preciosos monetarios, como lo confirman las lecturas de la base y la cobase, siguen saliendo de la circulación.

Con cada descenso en el precio, las “manos fuertes” de esos inversores están entrando a demandar metal físico por el que están dispuestos a pagar incluso, un premio más elevado para recibirlo hoy, en vez de una mera promesa futura de entrega, aunque luzca más barata.

Del otro lado, el de los vendedores, las “manos débiles” que sueltan sus tenencias cada día son proporcionalmente menos, y la “debilidad” de las que quedan es menor cada vez en términos relativos. Eso confirma que tendemos hacia el día en que solo las manos fuertes rijan el mercado (backwardation permanente), y se resistan a entregar más su metal en términos de precios expresados en divisas fíat (dólares, euros, pesos, etc.), cualquiera que estos sean.

Ese repudio dará pie a un intercambio directo (trueque) entre los tenedores de dinero real (oro y plata) y los de mercancías, sean estos personas o países enteros. A eso el profesor Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, lo ha descrito como un fenómeno de hiperdeflación. Justo por ello es indispensable mantener esos metales preciosos en propia mano.

El trueque es el último estadio de un proceso deflacionario, que en los hechos implica un rechazo al falso papel “dinero”, y a las deudas expresadas en sus términos: el punto culminante de la Gran Depresión del siglo XXI que estamos viviendo.

Todavía muy pocos logran ver la gravedad y alcances de esa crisis, que se sigue agravando con la actual impresión masiva de divisas (QE) de los mayores bancos centrales del orbe, y la absurda y perjudicial política de estimular la economía con más créditos/deudas, a la que por cierto pretende sumarse México.

Los que sí la ven, continuarán acumulando y escondiendo en silencio su oro y plata, dejando huella en la inocultable backwardation del mercado. El mensaje secreto, ha sido descodificado.

viernes, 18 de octubre de 2013

IVA AL ORO: UN PASO HACIA ADELANTE, MUCHOS HACIA ATRÁS




Anoche la Cámara de Diputados dio un paso pequeño pero muy importante en el sentido correcto: no habrá Impuesto al Valor Agregado (IVA) aplicado al oro, como había propuesto el presidente de la República.

Lo malo, no obstante, es que de todos modos tendremos una pésima reforma hacendaria que subirá los impuestos a los mismos de siempre, y que nada aporta al crecimiento económico que requiere el país.

Como recordará, la Iniciativa presentada por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, incluía la propuesta de eliminar la tasa de cero por ciento a la venta de oro, joyería, orfebrería, piezas artísticas u ornamentales y lingotes, cuyo contenido mínimo de dicho material fuera del 80%, y siempre que su enajenación no se efectuara en ventas al menudeo con el público en general.

Es decir, se quería imponer IVA a la venta de oro al mayoreo, el oro de inversión.

En este blog y en el espacio del autor en televisión, advertimos una y otra vez que Hacienda estaba metiéndose en arenas movedizas. Sí. Que estaba jugando con fuego al querer meterse con el oro, un mercado que evidentemente desconoce y que por tanto, lo llevó a cometer errores en su propuesta de gravarlo. Así lo consignamos aquí en su momento.

En primer lugar, porque el oro no es una mercancía cualquiera, es en cambio, la materia prima dinero por excelencia, y como tal, debe tener un tratamiento especial. La propia Ley Monetaria de nuestro país así lo reconoce al darle categoría de moneda de curso legal a las onzas Libertad (tanto de oro como de plata), que hubiesen tenido un impuesto indirecto al adquirir sus insumos.

En segundo lugar, porque al cargar este impuesto se habría devaluado al peso mexicano en 16 por ciento, que es la tasa del IVA. Los detalles los expusimos en el artículo “IVA al oro devaluaría al peso”, que al parecer no pasó inadvertido para los diputados.

De no haber sacado el IVA al oro del dictamen, se hubiese vuelto sin querer, a los viejos tiempos en que el peso se devaluaba frente del dólar de manera abrupta, con todas las consecuencias negativas de las crisis, que recordará, resentimos en nuestra economía.

Los efectos en este caso hubiesen sido menos perceptibles de inmediato, pero a final de cuentas, hubieran sido los mismos. ¿Por qué? Pues porque el oro es la medida de valor universal, el dinero real.

Vale la pena recordar que esto es así no por decreto de nadie ni por la fuerza del Estado. Fue el libre interactuar de las personas en el mercado lo que lo eligió históricamente, como el medio de intercambio universal, gracias a su valor.

La razón es que se trata de la sustancia más vendible que existe, aquella cuya “utilidad marginal” es constante para todos los fines prácticos. Eso significa que todos estaremos dispuestos a aceptar crecientes cantidades de él sin sacrificar el precio, o que al hacerlo, será en la menor proporción posible con respecto a todas las demás mercancías que existen.

Por eso a nadie le cae mal una moneda de oro, y el apetito por él es casi insaciable. Este descubrimiento lo hizo el fundador de la llamada Escuela Austríaca de Economía, Carl Menger.

Es justo esa cualidad de ser la vara de medición del valor, la que ha provocado que en distintos momentos de la historia, incluido el presente, gobiernos y bancos centrales se hayan enfocado en mantener deprimidos de modo artificial los precios del oro, para dar la sensación de que los billetes y monedas corrientes que usamos, valen más de lo que en realidad valen, sean dólares, euros o los mismos pesos.

En cambio, cuando sube el precio del oro, es señal inequívoca de que algo anda mal en la economía y de que las divisas pierden valor. El panteón del tiempo está lleno de ellas.

No debería sorprendernos recordar que el Centenario, la moneda áurea más conocida por los mexicanos, pasó de costar 2,800 pesos en 1999 a casi 30 mil en 2011.

Hoy está en alrededor de 18 mil pesos, pero es un hecho que con independencia de la cotización que tuviera a finales de año, con el IVA, el costo se hubiese trasladado al consumidor final a partir del primer minuto de 2014, en la forma de precios 16% más elevados. Oro más caro= devaluación del peso.

Por fortuna, los diputados corrigieron en un tema que pasa desapercibido para la mayoría, incluso en la prensa especializada, pero que al ser de la mayor importancia no quitamos el dedo del renglón en el blog. Las cosas ya están bastante mal y se pondrán peor con la reforma hacendaria, como para que encima de eso la gente tuviera que cargar con una nueva devaluación.

Por desgracia, quienes sacarán la peor parte serán los productores mineros nacionales, pues sí se implementará un cobro como "derecho especial" del 7.5 por ciento sobre las utilidades, y más aún, un "derecho extraordinario" del 0.5 por ciento de sus ingresos derivados de la enajenación del oro, plata y platino. Se dio un pasito para adelante pero muchos hacia atrás.


Es debido a ello que después de esta "mini victoria" contra el IVA, es hora de seguirse preparando para lo que viene con oro y plata en propia mano, pues los ajustes fiscales junto con el incremento del déficit y deuda públicos, solo sientan las bases de la que será la próxima crisis mexicana. Hay que tomar previsiones desde hoy.

miércoles, 16 de octubre de 2013

LA HIPERDEFLACIÓN QUE VIENE




Imagen: Forbes México
En ésta, la última entrega de la serie sobre el Manifiesto de la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE), explicaremos por qué el Prof. Antal Fekete ha reiterado su advertencia de que el desenlace del actual experimento global con divisas irredimibles será hiperdeflacionario.

En el artículo anterior, tocamos el punto de que la falta de profundidad en el estudio de la especulación por parte de los seguidores de la Escuela Austríaca “clásica” post Mises, los llevó a no desarrollar indicadores como el de la Base y la Cobase del oro –estudiados por la NASOE, que evidencian de manera inequívoca que, otra vez, este metal junto con la plata están saliendo de la circulación para “esconderse” en manos privadas.

La Base tiene su origen en el mercado de materias primas agrícolas. Una Base alta y creciente indica abundancia de existencias; una Base baja y descendente, escasez del producto.

En términos muy simples, la Base es la diferencia que hay entre el precio de los contratos de Futuros más cercanos y el del metal al Contado (spot). La Cobase es la que se obtiene de deducir del precio “spot”, el del futuro correspondiente.

Si la base es positiva –como normalmente ocurre, la condición de mercado es de “contango”, y si es negativa, hay “backwardation”.

Esta última situación es la que nos envía el mensaje de que los metales preciosos monetarios (oro y plata) se están “escondiendo”, escaseando, pues la backwardation del oro solo puede presentarse si cada vez más y más tenedores de metal físico se resisten a venderlo, sobre todo, a causa de los bajos precios.

La tendencia de la backwardation por lo tanto, es a agravarse hasta el extremo en que se convierta en una condición de mercado permanente, como consecuencia de la impresión masiva de billetes de los principales bancos centrales, y de las impagables deudas que se siguen acumulando sobre todo en Occidente, en los países llamados “ricos” que en realidad son solo los más endeudados.

El punto crítico se alcanzará cuando ningún propietario de dinero real (oro y plata) esté dispuesto a enajenar su tesoro a precio alguno expresado en divisa fíat (dólares, euros, pesos, etc.).

A principios de este mes reportamos que el contrato de oro a diciembre había salido temporalmente de backwardation, pero las recientes bajas en los precios hacen prever que, de nuevo, habrá de presentarse. Por supuesto, estaremos actualizando la información en unos días más.

Como quiera, lo cierto es que pocos se dan cuenta de que por un tiempo más estaremos entrando y saliendo de esta condición anómala, hasta que se cumpla la previsión de su permanencia.

Menos aún se percatan de lo que implicará el llegar a que nadie quiera desprenderse de su oro y plata a precios en divisa fíat, para comenzar a aceptar tratos solo en intercambio directo (trueque).

A eso se refiere el profesor Fekete, pues el trueque es el último estadio del proceso deflacionario en que nos encontramos, de la que pueden encontrarse pistas también en la descendente velocidad del dinero, sobre todo en los Estados Unidos, que está en niveles mínimos de los últimos 60 años.

Habrá entonces, nos dice Fekete, un “contagio” a otros mercados que incluirán los de combustibles y alimentos. El “efecto dominó” causará un mega colapso de empresas, más desempleo, hambre y desde luego el rompimiento del orden público alrededor del mundo.

La NASOE sigue advirtiendo a las autoridades políticas y  monetarias que lo peor de esta gran depresión aún está por venir, y al corregir los errores de la Escuela Austríaca después de Ludwig von Mises, propone la alternativa real de solución con un patrón oro que de verdad sea funcional –con letras reales pagables en el metal, y del cual ya le dimos detalles en entregas anteriores disponibles en este blog.


El precio a pagar por mantener las actuales estructuras e instituciones financieras y monetarias que nos llevaron a la ruina, es demasiado alto como para no cambiar el rumbo. Esa posibilidad, gracias a la NASOE, por fin está en nuestras manos.

domingo, 13 de octubre de 2013

3a. PARTE: LAS OMISIONES DE LUDWIG VON MISES

Ludwig von Mises
En las dos primeras entregas –el Manifiesto de la Nueva Escuela Austríaca de Economía (NASOE, por sus siglas en inglés) y Los Errores de la Escuela Austríaca post Mises, abordamos los aspectos generales y las fallas de los economistas “austríacos” que, al alejarse del método y filosofía originales de su fundador, Carl Menger, se desviaron también de la posibilidad de ofrecer una solución real y actual al problema de la crisis económica de nuestro tiempo.

Por ello, es conveniente exhibir ahora las tres omisiones de Ludwig von Mises, identificadas por el Prof. Antal Fekete, cabeza de la NASOE.

Los economistas post Mises fallaron al no desarrollar una auténtica teoría “mengeriana” del interés, a pesar de que las pistas se encontraban desde la explicación que dio el propio Menger en El Origen del Dinero.

Así pues, el ascenso del dinero es resultado de una evolución en la cual, el mercado fue discriminando a las materias primas menos vendibles hasta encontrar las dos más mercadeables de todas (oro y plata), que por esta característica se pudieron convertir en el medio de intercambio general, en una palabra, en dinero.

El oro es la sustancia cuya utilidad marginal es tan alta –la mayor de todas, que para todos los fines prácticos es constante. El apetito por el rey de los metales, es casi insaciable, seguido de la plata que tiene el segundo puesto en esta materia.

Como es obvio, el intercambio directo de bienes (trueque) dio origen, conforme aumentó la complejidad y cantidad del comercio, al cambio indirecto con dinero (oro y plata).

Éste es por tanto resultado de la “negociabilidad en lo grande”. El del interés es el resultado de un proceso análogo, el de la “negociabilidad en lo pequeño”, conocido también como “acumulabilidad”.

El Prof. Fekete explica que después de que el Protestantismo hizo moralmente aceptable el cobro y pago del interés, éste apareció conforme la conversión directa de riqueza en ingreso (acumulación y desacumulación), dio pie a la misma conversión pero indirecta (a través de la compra y venta en el mercado de bonos).

Más aún, los “austríacos” post Mises fallaron en desarrollar todas las implicaciones del Principio de Marginalidad, en particular, en lo que se refiere a la preferencia temporal. Y es que ésta sólo tiene sentido cuando se le considera en términos de una preferencia temporal marginal.

Ésta es la del ahorrador marginal, quien es el primero en vender su bono de oro como protesta por las bajas tasas de intereses que recibe del gobierno y de los bancos, que las han empujado por debajo de la tasa de preferencia marginal del tiempo a causa de la abundancia de ahorro. Al hacerlo, recibe sus monedas de oro en propia mano.

El ahorrador marginal mantendrá su oro o preferirá gastarlo hasta que los bancos, suban la tasa para atraer más metal, y permitan así que la tasa de interés regrese al nivel de la tasa de preferencia marginal del tiempo. Como es evidente, esto lo tienen que hacer los bancos obligadamente como consecuencia del arbitraje que hará siempre el ahorrador marginal entre el mercado del oro y el mercado de bonos de oro.

Es este arbitraje el que le da “dientes”, dice Fekete, a la preferencia temporal: drena las reservas de oro del sistema bancario que, en consecuencia, tiene ahora que empujar hacia arriba la tasa de interés hasta regresarla a la tasa de preferencia marginal del tiempo, cuando el ahorrador marginal soltará su oro para recomprar su bono de oro con ganancia.

Cabe recordar que los bonos y sus tasas de rendimiento se mueven en sentidos opuestos: a bonos caros, menores tasas de interés; a bonos más baratos mayores las tasas. El ahorrador marginal sabe esto y venderá su bono de oro a un precio alto (baja tasa), para recomprarlo a uno más bajo (alta tasa).

Mises y sus seguidores fallaron en revelar el nexo inseparable que hay entre el oro y el interés.

Así, se demuestra que promesas de pago en moneda de oro, en cualquiera de sus formas (como los certificados de oro emitidos por el Tesoro estadounidense antes de 1933 u otros) no siempre sustituyen a la moneda de oro como tal, refutando la posición de Mises. Al vender su bono de oro, el ahorrador marginal se negará a tomar “oro” papel e insistirá en que se le pague en moneda de oro contante y sonante, nada más.

La segunda omisión importante de Mises fue el no aportar una teoría positiva del patrón oro.

Él y sus seguidores sostienen de manera equivocada que la utilidad marginal del oro no puede ser constante, porque implicaría que su demanda y su precio subirían de modo infinito. Como ya se vio, esto no es así pues la tasa de interés de los bonos de oro, con el que arbitra el ahorrador marginal, es la que define el techo y el piso para la demanda de oro físico.

El piso de la tasa de interés lo pone la tasa de preferencia marginal del tiempo, como ya se vio. El límite superior en cambio estará definido por la productividad marginal del capital, pues al subir la tasa de interés por encima de ese nivel, el empresario preferirá vender sus activos y preferirá comprar bonos de oro.

Es un error grave de Mises el rechazar el postulado de Menger sobre la utilidad marginal constante del oro, pues así se perdió de vista que el metal, es la única cura a las malas deudas, por ser un pago en sí mismo, y junto con la plata, los únicos activos monetarios que no son al mismo tiempo, un pasivo en la hoja de balance de alguien más.

De este modo, no se puede construir una montaña exponencial de deuda bajo un auténtico y funcional patrón oro, como el que propone la Nueva Escuela Austríaca de Economía, con base en su teoría del interés y la teoría cualitativa del dinero.

La omisión final de los economistas “austríacos” post Mises, es no haber estudiado la especulación a profundidad, en especial después del embargo al oro impuesto de forma unilateral por Estados Unidos en 1971, y el inicio poco tiempo después del comercio de futuros de oro, con la que el sistema se dotó de la (falsa) capacidad de crear oro de la nada vía el apalancamiento de “oro” papel.

Antal E. Fekete
En consecuencia, pasaron por alto el desarrollo de dos conceptos como son la Base y la Cobase del oro (más sobre estos puede encontrar aquí en el Blog de Inteligencia Financiera Global), que sirven de indicadores inequívocos, que trascienden el precio del metal, de que habrá un “evento cataclismico” –como lo denomina Fekete, solo comparable al colapso del Imperio Romano de Occidente.

Esto, porque la Base y Cobase permiten identificar el momento en que el oro entra en “backwardation” (cuando el precio al contado es más alto que el de sus contratos de futuros más cercanos), que en la práctica significa que el metal físico está “desapareciendo” de la circulación para ser acumulado fuera del sistema, en anticipación del derrumbe económico que se avecina en la forma de una hiperdeflación.


Para explicar esto y todas las consecuencias de la backwardation del oro y lo que ocurre cuando se vuelve permanente, los invitamos a seguir la próxima entrega de esta serie sobre el Manifiesto.

ÚLTIMA PARTE: LA HIPERDEFLACIÓN QUE VIENE

jueves, 10 de octubre de 2013

LOS ERRORES DE LA ESCUELA AUSTRÍACA POST MISES




Ludwig von Mises
En la entrega anterior presentamos el contenido del Manifiesto de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, fundada por el Prof. Antal E. Fekete.

Explicamos que esta corriente retoma la filosofía y método originales empleados por Carl Menger, piedra angular de la Escuela original. También, que uno de los miembros más prominentes de la Escuela Austríaca “clásica”, Ludwig von Mises, incurrió en diversos errores y omisiones que lo alejaron, a él y a sus seguidores, del camino trazado por Menger. Esas faltas son señaladas de manera puntual en el Manifiesto de Fekete.

Entre ellas está, primero, el haber adoptado la Teoría del Equilibrio General de los precios, a pesar de que Menger mismo fue el primero en desafiar a Aristóteles, señalando que el fenómeno de los precios reside en el desequilibrio. Esto quiere decir que los precios son dinámicos, no estáticos, y que por tanto no existe solo uno sino que varían entre dos extremos: el más alto (“ask” en inglés) y el más bajo (“bid”).

Por supuesto, estos extremos nunca se tocan, por lo que resulta necesario estudiar y analizar la formación de cada uno por separado y el “spread” (separación) que se presenta entre ambos.

El “equilibrio” de oferta y demanda además –explica Fekete, es un concepto espurio por otra razón: no considera en absoluto el rol que juega en la realidad actual, la especulación.

En segundo lugar, los economistas post Mises abrieron sus brazos a la Teoría Cuantitativa del Dinero, a pesar de que Menger nunca lo hizo. De hecho, esa teoría va en contra de su concepto de “marketability”, basado en el principio de la utilidad marginal, con la que de hecho planteó una teoría cualitativa del dinero.

En ella, la “materia prima” más vendible, después de un largo proceso de discriminación de las personas en el mercado, es la que termina asumiendo el rol de medio de intercambio general. En una palabra, es dinero por excelencia.

El proceso ha terminado siempre seleccionando a las dos mejores, en las más distintas partes del mundo y los momentos históricos más alejados: el oro y la plata. Así, estos metales preciosos monetarios constituyen el dinero excelencia.

Para todos los fines prácticos, la utilidad marginal del oro es constante, razón por la cual es la vara de medición del valor: cualquier magnitud de éste, puede ser expresado en términos de determinada masa (gramos, onzas, etc.) del metal. Dicho en palabras coloquiales, a nadie le cae mal una moneda de oro. El apetito por él es insaciable, pues es dinero de verdad.

Asimismo, el tercer error de Mises es haber desestimado la Doctrina de las Letras Reales de Adam Smith como “inflacionaria”. Al hacerlo, ignoró de nuevo a Menger que en su ensayo “Geld”, sugirió que un completo sistema de pagos requeriría de la utilización de una cámara de compensación de letras reales de corto plazo (máximo 91 días). Menger las consideró como “muy benéficas para la economía”.

La Nueva Escuela Austríaca de Economía propone que esas letras sean pagaderas en moneda de oro.

Fekete considera acertadamente que este tipo de documentos de crédito liquidable en oro, daría hoy un impulso sin precedentes a la producción y empleo mundiales como lo hicieron en el siglo XIX, y que son más necesarios que nunca.

De hecho, fue justo la eliminación de esta cámara de compensación y del comercio de letras reales, forzada por los países vencedores en la Primera Guerra Mundial, la responsable de gestar la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.

La soberbia del que vence, les impidió ver que con esas medidas perderían más ellos mismos en producción y empleo que todo lo “ganado” en la guerra.
Carl Menger

El mercado de letras de corto plazo es la cámara de compensación del patrón oro, permite que los salarios sean pagados antes de que los productos puestos en circulación sean adquiridos por el consumidor final. 

Así que es falso que el patrón oro haya sido el causante de la Gran Depresión. En realidad, fue la corrupción de su sistema lo que la propició. Sin ese mercado de letras reales, el resultado no podría haber sido otro que el de la peor crisis que haya vivido la humanidad hasta ese momento.

De igual forma, despreciar la Doctrina de las Letras Reales llevó a la confusión entre la tasa de interés y la tasa de descuento, y de las dos fuentes de crédito: el ahorro y el consumo.

La tasa de interés mide la propensión a ahorrar. Entre mayor sea ésta, menor será la tasa.

La tasa de descuento aplicada a las letras reales, al intercambiarse en circulación, calcula la propensión a consumir. A mayor consumo, menor será el descuento.

Una diferencia radical entre ambas tasas, es que la primera puede llegar a ser cero.
Ahora bien, debemos explicar que la propensión a consumir y a ahorrar no son complementarias, pues hace falta la presencia de una tercera a considerar: la propensión a acumular.

Esta ocurre sobre todo en las etapas finales de todo experimento con divisas irredimibles, como lo demuestran otros indicadores exclusivos descubiertos por el Prof. Fekete: la base y la cobase del oro, que hemos explicado antes en este espacio, y de la que puede volver a leer al respecto en el blog de Inteligencia Financiera Global.

En suma, a pesar de las similitudes, la tasa de interés y de descuento son sustancialmente diferentes en cuanto a sus fuentes y efectos.


En la siguiente entrega, abordaremos las tres omisiones de los “austríacos” post Mises, para terminar de explicar el histórico Manifiesto de la Escuela Austríaca de Economía. La única que, en los hechos, propone alternativas reales de solución a la crisis mundial de nuestros tiempos.

CONTINÚA AQUÍ: TERCERA PARTE

martes, 8 de octubre de 2013

MANIFIESTO DE LA NUEVA ESCUELA AUSTRÍACA DE ECONOMÍA




Nueva Escuela Austríaca de Economía
En julio de este año, el Prof. Antal E. Fekete, dio a conocer el Manifiesto de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, de la que es fundador. El domingo pasado, sin embargo, concluyó en el Museo Británico de Londres el seminario en el cual se discutió y explicó a profundidad, los alcances de sus análisis, teorías, propuestas y soluciones a los graves problemas económicos que aquejan al mundo en la actualidad.

El autor de este blog –como miembro de la Escuela, ha sido partícipe de dicho encuentro y por tanto, trae a sus lectores los aspectos más relevantes ahí abordados para su conocimiento y difusión.

Antes sin embargo, es conveniente explicar que las enseñanzas de Fekete, dan continuidad al trabajo del que sin duda, es uno de los hombres más grandes de la historia económica: Carl Menger. No obstante, el trabajo de quien fue la piedra angular de la Escuela Austríaca, por una parte ha sido relegado al olvido por las corrientes  económicas predominantes –el monetarismo y el keynesianismo, y por otra, dejado de lado por muchos de los que se supone quisieron continuarlo.

Quizás a causa de eso, por desgracia, hoy sea casi imposible encontrar obras de Menger en cualquier librería o biblioteca. Por fortuna, gracias a la Internet es posible encontrarlas en línea o a la venta en tiendas virtuales.

Así pues, el Prof. Fekete decidió agregar el calificativo de “nueva” a la corriente que ha iniciado, con la plena intención de retomar la filosofía y método originales empleados por Menger.

Y es que el que posiblemente haya sido el economista más prominente del siglo XX y máximo exponente de la Escuela Austríaca “clásica”, Ludwig von Mises, cometió diversos errores que lo apartaron de ambos.

Lo peor es que debido a la admiración que le profesan sus seguidores, o por la causa que sea, estos se han aferrado a sus enseñanzas de manera tal que no admiten con facilidad la crítica ni las nuevas aportaciones. Mises habría dejado para ellos el trabajo ya terminado.

Fekete ve en esto una tendencia a convertir la ciencia económica en culto, que en nada beneficia a su avance, ni sirve para aportar a la guía que deberá seguirse en el nuevo orden económico global. Ese que habrá de presentarse luego del colapso del actual experimento mundial con divisas irredimibles.

En esa cerrazón, los “austríacos” post Mises claman que en el futuro se deberá seguir por fuerza un rígido patrón oro al 100 por ciento, imposibilitando la admisión de nuevas ideas que de verdad lo harían operable, funcional, permanente y sobre todo exitoso en la generación de crecimiento económico y empleo.

Por eso, en el Manifiesto, Fekete ha desglosado los seis errores de la economía austríaca post Mises, tres de ellos por omisión y tres por comisión. En esta entrega haremos mención general de todos ellos, pero entraremos al detalle a partir del siguiente artículo de Inteligencia Financiera Global.

Los errores cometidos son: haber adoptado la Teoría del Equilibrio General de precios, la Teoría Cuantitativa del Dinero y menospreciar la Doctrina de las Letras Reales de Adam Smith como “inflacionaria”.
Antal Fekete y Guillermo Barba

Sus omisiones: no haber desarrollado una Teoría del interés en el espíritu de Menger, en particular sobre el origen del interés; no haber aportado una teoría positiva del Patrón Oro y no haber estudiado la especulación a profundidad, sobre todo a partir de que en 1971 Estados Unidos terminara con lo que quedaba de ese patrón, y de que diera inicio poco después el comercio de futuros de oro.

En la próxima entrega, abordaremos a detalle la explicación de esos errores, y las soluciones que plantea la Nueva Escuela Austríaca de Economía.

El planeta entero está sumergido en una crisis económica que, a la distancia, muchos lograrán por fin ver como lo que es: una Gran Depresión. Es urgente entonces que el debate y las propuestas reales de solución se discutan. El riesgo de la inacción o de la lentitud, que muchos no logran dimensionar, es que se está poniendo en peligro la existencia misma de la civilización como la conocemos.

Si no hacemos algo para acabar con ese experimento universal de dinero fíat y deudas exponenciales que los gobiernos y bancos centrales se resisten a terminar, estaremos condenando a la humanidad a una ruina de la que no harán falta generaciones, sino tal vez siglos para escapar de ella.

Esa, es una trampa en la que, por el bien de las generaciones venideras, no podemos permitirnos caer.


Lea la segunda parte: LOS ERRORES DE LA ESCUELA AUSTRÍACA POST MISES

Tercera entrega: 3a. PARTE: LAS OMISIONES DE LUDWIG VON MISES

Último de la serie: LA HIPERDEFLACIÓN QUE VIENE 

martes, 1 de octubre de 2013

EL ORO YA SALIÓ DE “BACKWARDATION”




Hoy el oro y la plata han tenido una fuerte caída en sus cotizaciones, cuyos mínimos del día fueron de 1,281.70 y 20.57 dólares la onza troy, respectivamente.

Hace un mes, relatamos que pese a haberse reducido, el oro había mantenido su anormal condición de “backwardation” (retroceso). Esto es, que el precio “spot” o al contado era superior al de los contratos de futuro más cercanos, o lo que es lo mismo, que su curva estaba invertida.

Cabe recordar la normalidad del mercado es justo la situación opuesta, conocida como “contango”, en que los precios de futuros son más altos que el “spot”.

El análisis de esta relación entre precio actual y futuro se realiza a través de lo que se conoce como Base y Cobase del oro (gold basis and Co- Basis)

La Base tiene su origen en el mercado de materias primas agrícolas. En términos muy simplificados, la Base es la diferencia que hay entre el precio del contrato o contratos de Futuros más cercanos y el del metal al contado (spot).

Una Base alta y creciente (contango) indica abundancia de existencias, y una Base baja y descendente, lo contrario.

La Cobase, en cambio, se obtiene deduciendo del precio “spot”, el del futuro correspondiente.

Una Cobase negativa es señal de que los inventarios de oro son abundantes. Una positiva (backwardation) indica que el oro está “escaso”.

Esto constituye una anormalidad porque en realidad no existe la “escasez” de oro, entendida como un agotamiento de sus existencias. ¿Por qué? Porque casi todo el que ha sido extraído de la tierra permanece con nosotros, atesorado, gracias al elevado valor que la gente le otorga. Esta es la razón principal por la que no debe ser considerado como cualquier “materia prima”. No es una más de ellas.

Ahora, lo estrecho del mercado solo es posible si los tenedores del metal no están dispuestos a enajenarlo a determinados (bajos) precios.

En agosto, le relatamos que la backwardation había disminuido gracias a la subida de precio que el rey de los metales observó desde el 28 de junio, cuando toco piso en 1,192 dólares (London PM Fix), hasta el máximo alcanzado el 28 de agosto de 1,419.50 dólares la onza troy (London PM Fix). Mayor precio convenció a más tenedores a traer su oro al mercado.

Durante septiembre esta circunstancia continuó. Aunque el oro durante todo el mes se mantuvo por debajo de 1,400 dólares la onza troy (1,348.80 fue el promedio del London PM Fix), al final logró salir de la backwardation el 20 de septiembre. La lectura actual de la Cobase es de -0.10 % (-30 centavos).


El gráfico siguiente –cortesía deSandeep Jaitly de Feketeresearch.com, ilustra los momentos exactos en que los contratos de oro a diciembre y febrero (líneas difuminadas) salieron de backwardation. Las líneas rojas representan la Cobase y las azules la Base.



De forma paralela esto también se vio reflejado en que la tasa GOFO (Gold Forward Offered Rate) a un mes, pasó nuevamente a terreno positivo de forma constante a partir del 13 de septiembre.

No obstante, reiteramos que es de esperar que la backwardation vuelva a presentarse a medida que nos acercamos a su vencimiento. El proceso se aceleraría conforme bajen más los precios.

Reiteramos que el análisis y seguimiento de la Base y Cobase del oro, el dinero real, es fundamental para entender lo dañado que está estructuralmente el sistema monetario global, enfermo por tanta deuda e impresión de divisas fíat (sin respaldo).

El Prof. Antal Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, ha insistido que la tendencia es hacia una backwardation permanente del oro, que significa que seguirá siendo acumulado y por ende sacado cada de la circulación, en cantidades crecientes, por los inversores más avezados.

Esto, con un sistema de reserva fraccionario como el que opera en este mercado, significa que el final del camino es un barranco hacia el incumplimiento de pago/entrega del metal, y por tanto, hacia el colapso del mercado de futuros y del sistema financiero internacional. No hay oro suficiente para todos.

De ahí que la preferencia por el dinero real siga prevaleciendo, como se observa en los niveles de Base y Cobase actuales, cuyas lecturas no tienen precedentes.

En estas circunstancias, no debemos perder de vista lo que ocurre en el mercado de futuros del Comex (Commodity Exchange). En este blog le informamos hace un mes, que el “ratio de cobertura” se encontraba en 94 “dueños” por onza de oro registrado (“registered gold”) en sus bóvedas.

Ese indicador se obtiene dividiendo el Interés Abierto por el oro “registrado”, es decir, aquel susceptible de entrega contra algún contrato que no ha sido cerrado.

La actualización de los datos nos confirma que esta posición se sigue agravando, pues el ratio ya se encuentra en el histórico de 108 “dueños” por onza de oro (gráfica de Sandeep Jaitly).



El metal precioso sigue saliendo de las bóvedas del Comex. No hay lingotes que alcancen.

Todo lo anterior, reafirma que la salida de la backwardation será temporal, y que la tendencia sigue siendo hacia la permanencia.

Así pues, los refugios financieros más antiguos que existen, seguirán brindando amparo ante del colapso financiero mundial que se avecina. Las inversionistas con “manos fuertes” deberán seguir aprovechando cada baja importante para incrementar sus tenencias de oro y plata físicos, los últimos extintores de deuda, o de lo contrario corren el riesgo de ser una víctima más de la quiebra inevitable del sistema. La advertencia, ahí queda.