USS Roosevelt Imagen: DailyMail |
En este espacio, por sus
implicaciones político-económicas, hemos dado seguimiento a las tensiones
bélicas entre Estados Unidos, sus aliados y Rusia. Una de las más recientes es
la posible presencia de un submarino nuclear
ruso en aguas territoriales del Reino Unido. Liveleak.com reporta la versión de
Angus Macleod, capitán escocés de un barco pesquero quien dijo que él y su
tripulación apenas si lograron salvarse de morir el domingo pasado, luego de
que sus redes se prendieron de “lo que solo puede ser un submarino”, a solo diez
millas de la costa.
Macleod de 46 años de edad,
relató cómo su barco comenzó a ir más lento y que las redes eran jaladas hacia
adelante. Lo que más les importaba en ese momento era salir de la situación y
mantener despejados los motores. Más tarde, junto con sus cuatro compañeros
–con quienes dice acumulan más de 110 años de experiencia entre todos, llegaron
a la conclusión de que lo que los había arrastrado era un submarino. “Ninguno
de nosotros había visto algo así antes”, sentenció. Para DailyMail, Macleod dijo que “de
haberse sumergido hacia aguas profundas quizá nos habríamos hundido con él”.
Según Liveleak un alto funcionario de la Royal Navy británica confirmó
que ningún submarino de su país o de la OTAN estuvo operando en el área de Butt of Lewis, al norte de la Gran Bretaña,
donde ocurrieron los hechos. El ministerio de Exteriores rechazó hacer
comentarios, pero una fuente dijo al medio que esperaban los resultados de una pesquisa
del área de Investigación de Accidentes Marinos.
Los indicios apuntan pues a la presencia de un submarino enemigo “paseándose” en las narices británicas sin ser detectado.
Coincidencia o no, el polémico
periodista estadounidense Steve Quayle afirma que según fuentes militares, el
poderoso portaaviones USS Theodore Roosevelt habría sido puesto en la mira de
un submarino ruso el pasado fin de semana. Según esta versión la gigantesca
nave fue blanco de un ataque con armas
electrónicas en su camino hacia Stokes Bay, al sur del Reino Unido, donde arribó
también desde el domingo. La llegada de
la nave fue anunciada oficialmente como una escala de este barco como parte una
gira mundial.
Quayle dice que el incidente del
Roosevelt y otros, como cuando los rusos “forzaron” la salida a la superficie
de un submarino nuclear americano en el ártico hace tres semanas, no han salido
a la luz. Tampoco que Moscú acaba de activar un nuevo radar de largo alcance. “Las armas electrónicas rusas son
invencibles en este momento”, opinó.
Los dichos de Quayle deben
tomarse con reservas, porque en los casos que menciona no hay ninguna otra
fuente pública, ni siquiera rusa, que los confirme o desmienta.
Como quiera, lo que es un hecho
es que la vulnerabilidad de los portaaviones americanos ha quedado expuesta con
anterioridad. Por ejemplo, en febrero pasado el mismo T. Roosevelt fue “hundido” durante ejercicios militares celebrados cerca de Florida. El
responsable fue un submarino francés que también “eliminó” a la mayoría de su
escolta. El ministerio de Defensa y la Armada francesas lo habían presumido en
uno de sus portales de internet, pero la información fue de inmediato
eliminada.
En este contexto, conviene recordar que hace casi un año un avión de combate ruso sobrevoló uno de los destructores más avanzados de la flota americana, el USS Donald Cook, cargado con decenas de misiles antiaéreos y más de 150 misiles Tomahawk en aguas del Mar Negro. Fuentes de ambos bandos confirman el encuentro y que el avión SU-24 no llevaba bombas ni misiles. Sin embargo, sólo medios rusos informaron que cargaba un arma electrónica llamada “Khibiny” con el que se supone, deshabilitó los sistemas electrónicos del destructor. El Pentágono por supuesto, no lo reconoce.
Como sea, lo cierto es que
después del incidente el barco fue llevado a puerto en Rumania. Por las circunstancias
de los hechos, no hay terceras versiones que confirmen quién tiene la razón. Sería
ingenuo esperar que en Washington admitieran una humillación como la de perder
control sobre todos sus aparatos de última generación. De igual manera resulta
difícil imaginar que los rusos hicieran pasar 12 veces un avión de guerra sobre
un peligroso barco enemigo sólo por diversión. Es probable en cambio que los
rusos estuvieran utilizando un
instrumento cuyos efectos ya hubieran sido probados antes: sus famosas
armas electrónicas.
En suma, de ser efectivo dicho
armamento ruso, más otras ventajas que hemos comentado en este espacio –como la
calidad y cantidad sus tanques en el Teatro de Operaciones Europeo o la superioridad
de sus Fuerzas Nucleares Estratégicas, esto podría retrasar por ahora una gran
guerra. Sólo la OTAN sabe en estos momentos cuáles serían sus ventajas o desventajas
frente a las armas enemigas, pero en todo caso la advertencia sigue vigente:
más vale no meterse con Rusia. Ojalá Obama y sus amigos entiendan el mensaje,
pues en una conflagración global todos
perderíamos, y la victoria de los aliados, no estaría asegurada.
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