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Ayer conocimos noticias tan
importantes como contrastantes para la economía mexicana, que de alguna manera
nos permiten adelantar lo que vendrá para este volátil año 2013.
Y es que primero, el INEGI nos ha
dado a conocer que en octubre, el Indicador
Global de la Actividad Económica (IGAE), tuvo un avance del 4.3% anual,
tras el bajo 1.2% que presentó para septiembre.
Este dato es importante porque
ese indicador, utiliza el mismo esquema y método que se usa para calcular el
Producto Interno Bruto (PIB), por lo que se le considera como un avance de la
tendencia o dirección de la marcha de la economía mexicana en el corto plazo.
Entre más suba, quiere decir que
se elevó más la producción total de bienes y servicios de nuestro país, dando
oportunidad a que se generan más empleos, negocios, ingresos para el gobierno
vía impuestos, etc.
Habrá que esperar las cifras
finales del PIB, para ver si estos números positivos se confirman, pero de
entrada lucen bien.
Lo mismo podemos decir de la
llamada Inversión Fija Bruta, o sea,
los gastos que se hicieron en maquinaria y equipo, indispensables para las
empresas, así como los de construcción, que a tasa anual creció también en
octubre, un 9.5%.
Esto viene muy de la mano con otra información que reveló el INEGI
esta semana, respecto al Índice Nacional
de Precios al Consumidor (INPC), lo que usted y yo conocemos como inflación
–la subida de precios para el año pasado, que fue de 3.57%, muy en línea con el
tope máximo del Banco de México (Banxico) que es del 4%.
Donde ya no empieza a lucir tan
bien, es a la hora de revisar a detalle el aumento que tuvieron productos
básicos como los combustibles, que subieron en 2012 un 5.62%, y productos
agropecuarios, que se dispararon casi 9.2%, fuera de la meta del Banxico y
lejos de lo que todos quisiéramos.
Entre estos, no sorprende que los
productos pecuarios hayan subido más, pues se acordará lo que nos pasó con el
huevo, cuyo precio causó problemas durante varios meses, al grado de que ahora
que bajó no regresó a los niveles que tenía antes de su crisis.
Si la inflación general no refleja estas alzas tan grandes como
nosotros las sentimos, es porque otras tarifas menos importantes, como las
de telefonía celular, sí bajaron de precio.
Imagen: Aztecanoticias.com.mx |
Por eso, no sorprende que en los
últimos dos años, el número de mexicanos
en pobreza extrema se haya elevado en 1.3 millones de personas, para llegar a
los 13 millones, según la Secretaría de Desarrollo Social. Esto pese a la
“baja” inflación que tanto se pregona.
Es justo este el mayor de los
retos a los que nos enfrentamos en el país, pues no nos volveremos más ricos si
bajan las tarifas del teléfono fijo o móvil, ni los paquetes turísticos, que
fue de lo poco que bajó en 2012, pero en cambio, cada peso que suban las
tortillas, la leche, los frijoles, o el gas, significa para millones de
personas un gran sacrificio para su ingreso, con el riesgo de caer en la pobreza.
El 2013 empieza así con
sentimientos encontrados, pero también con la esperanza de que nos vaya mejor. El
nuevo gobierno de la República ya está haciendo su parte y lo está haciendo
bien, pero los resultados tardarán todavía varios años.
Por eso, para nuestro día a día
no nos queda más que ser responsables con nuestras finanzas personales.
Ponerse
la meta de poder ahorrar, por ejemplo, sí que sería un buen propósito para el
año que estamos comenzando, y claro, si es en onzas de plata Libertad, pues
mucho mejor.
Su imparable alza en todo lo que
va del siglo, nos confirma que si bien no podemos ahorrar guardando gasolina o
kilos de tortillas para ampararnos de su aumento de precios, este metal puede
proteger mejor nuestro poder adquisitivo en el largo plazo de lo que lo hacen
nuestros pesos o los famosos Cetes.
No buscar refugio financiero,
significa sucumbir al más injusto y
silencioso de todos los impuestos: la inflación. Usted, ¿se piensa dejar?
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