AVISO IMPORTANTE

¡BIENVENIDOS AL NUEVO PORTAL GUILLERMOBARBA.COM!

Estimados lectores de Inteligencia Financiera Global: Este blog se ha mudado definitivamente al nuevo portal de GuillermoBarba.com . Agr...

sábado, 29 de diciembre de 2012

SÍ, JAPÓN CAYÓ EN LA TRAMPA, SE DIRIGE AL DESASTRE

Imagen: Oroplata.com

Guillermo Barba/Oroplata.com

La semana pasada el Banco de Japón (BoJ, por sus siglas en inglés), anunció otra ampliación de su estímulo monetario, la tercera en cuatro meses y la quinta de este año, por un monto de 10 billones de yenes, con lo que su programa de compra de activos y préstamos ascenderá a 101 billones de yenes.

Esta ronda es la versión japonesa de la flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que ya va en su fase cuatro (QE4).

Cabe señalar que con este mecanismo, la Fed estará inyectando (“imprimiendo”) 85 mil millones de dólares mensuales a través de la compra de bonos del tesoroy activos respaldados en hipotecas (MBS), con lo que su hoja de balance se acercará a los cuatro billones de dólares para finales de 2013.

La medida del BoJ, desde luego, no es nada nuevo, pero nos sirve de botón de muestra del juego que en el futuro le seguirá deparando a la propia Fed: una vez que se cae en la trampa de la creación monetaria, no se puedesalir. Se seguirá el mismo camino hasta las últimas consecuencias, que no hace falta decir, serán muy graves para los inversionistas desprevenidos.

Lo mismo aplica para el “cáncer” del déficit fiscal: si esa oscura dupla déficit-inyección monetaria funcionara, Japón tendría una economía pujante, y no llevaría acumuladas ya dos “décadas perdidas”. Una evidencia más de que para los keynesianos y monetaristas, jamás es bastante profundo el agujero del que más tarde, no habrá escapatoria sin castigo.

Estos pocos datos son prueba suficiente: al mes de septiembre pasado, el BoJ tenía ya en su poder el 11.1% del total de bonos gubernamentales, según sus propias cifras. Por primera vez, esas tenencias rebasan los 100 billones de yenes, un máximo histórico.

En los hechos, eso equivale a haber financiado, es decir, pagado con yenes creados de la nada, 11 de cada 100 yenes con los que se endeudó el gobierno para cubrir su continuo déficit fiscal. Y serán más.

El propio BoJ atribuye estos desbalances a los bajos ingresos públicos, producto de la larga depresión económica, y al incremento en los beneficios de la seguridad social de una nación que envejece con rapidez.

Todo esto, ocurre mientras Japón tiene ya un ratio de deuda/PIB de 230%, mucho más elevado que el de Grecia, Italia, Portugal e Irlanda, cuyas “bombas” ya explotaron. La relativa confianza que hasta ahora han tenido los mercados en ese país, por supuesto, no será infinita.

Para decirlo de la manera más realista, la deuda soberana que ya sobrepasa los mil billones de yenes, es impagable, y llegar a esos niveles no evitó el desastre, solo lo aplazó.

No obstante lo crítico de su situación, el entrante liderazgo del Primer Ministro Shinzo Abe, se muestra muy agresivo en su intención de llevar la política monetaria y fiscal a niveles insospechados.

En esta locura de poder, característica de aquellos que piensan erróneamente que el gobierno puede manipular la economía a voluntad, Abe ha declarado que “reinflará” la economía con aquellas herramientas, llegando al punto de presionar al BoJ con la pérdida de su independencia, si no garantiza “ilimitada” creación monetaria y un objetivo de inflación de 2%.

Oroplata.com
Más que nunca, una crisis de divisas acecha al país del Sol Naciente. 

Un eventual desplome desu mercado de bonos, forzado por el propio mercado, pondrá tarde o temprano en graves aprietos a las finanzas japonesas, pues hoy sus rendimientos están en niveles mínimos (alrededor del 0.8% a 10 años), pero al dispararse las tasas (con esa caída de bonos), seguirse financiando será una tarea que se volverá imposible.

¿Acaso será esa la verdadera meta del nuevo gobierno?

Hay quien dice que Japón debe la gran mayoría de su deuda “a sí mismo”, gracias al ahorro de sus habitantes, y algo hay de cierto.

Pero justo por ello, la clara decisión de “matar” al yen, que ayer tocó mínimos de 27 meses frente al dólar estadounidense, tiene tintes que van mucho más allá de la inmoralidad económica, pues  ¿cómo se le puede llamar a la política de un gobierno, decidido de forma abierta a devaluar su moneda? ¿Sabrán los japoneses que la idea de los estímulos, es llevar la deuda al extremo de no poder pagarles lo que se les debe? Porque justo eso es lo que ocurrirá: un fraude para los ahorradores.

El resultado, claro está, será una depresión más acentuada que llevará a más décadas perdidas y al empobrecimiento de sus ciudadanos.

Como es evidente, en esta “guerra de divisas” no hay amistades que valgan. Estados Unidos y Japón, por ejemplo, podrán ser aliados en muchas cosas, pero debajo de la mesa todos maquinan cómo correr mejor, y más rápido, en esta perversa carrera de devaluación monetaria. Nadie quiere una divisa fuerte.

El mundo está de este modo, inmerso en un riesgo sistémico que amenaza la existencia de millones de seres humanos. La montaña de deuda que se ha acumulado parece no tener fin, pero habrá de  caer por su propio peso.

La lejana causa original de esta tragedia, para muchos desconocida, subyace primero en la remoción forzada de la plata del sistema monetario, ocurrida en el siglo XIX, y que un siglo después echaría también al oro en 1971.

Ambos metales preciosos (como señala el Prof. Antal Fekete en su artículo más reciente “The Silver Saga), constituían “el mejor extintor de deuda que teníamos”, el “Apocalipsis” de hoy.

Por tanto, poseerlos tiene más sentido que nunca pues al ser el dinero real, tangible, que no se puede crear de la nada como las demás divisas, seguirán siendo un refugio de supervivencia monetaria para el patrimonio de cualquier persona, en Asia, América o donde sea. La alternativa, ser aplastado por el castillo de naipes de la deuda, es una pésima opción.

Oroplata.com

2 comentarios:

  1. Excelente artículo, Guillermo. Hay algo que el paradigma económico imperante de las últimas 2 décadas y los tradicionales dogmas keynesianos y monetaristas no logran explicar de manera clara: ¿por qué un banco central habría de inyectar tanta liquidez a la economía (compra de MBS, operación "twist", lo que sea) cuando no existe preferencia por tal liquidez en los mercados y cuando aún (sin topes de endeudamiento) la deuda pública no es capaz de dinamizar la economía? En mi opinión, el único que ha dado una explicación convincente al respecto es el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard: "esta es la crisis mundial de la paranoia".

    ResponderEliminar
  2. Ver un tema relacionado que habla de La hipótesis de la relatividad monetaria en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/2012/09/la-expansion-de-la-liquidez-monetaria.html

    ResponderEliminar