Stan Druckenmiller |
El multimillonario y famoso
inversor Stan Druckenmiller, volvió a criticar con dureza las políticas ultra
expansivas que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) sigue llevando a cabo,
y advirtió que volverán a terminal muy
mal. El viernes, Bloomberg Business publicó la transcripción de las declaraciones que este integrante de la lista Forbes 2015 de
billonarios, dio frente a una audiencia privada en el Lost Tree Club en North Palm Beach, Florida, en enero pasado.
Según Bloomberg, el fondo de
cobertura de Druckenmiller tuvo un rendimiento de 30 por ciento anual de 1986 a 2010, antes de cerrarlo ese año. Lo
anterior, nos da muestra de que es alguien que sabe muy bien de lo que habla.
En el foro
mencionado, el inversor relató cómo a finales de 2003 y principios de 2004, congregó
a su equipo para discutir el tema de la tasa de fondos federales que estaba en
1 por ciento. El crecimiento nominal de Estados Unidos en el último trimestre de
2003 había sido de 9 por ciento y todas las gráficas económicas de
Druckenmiller estaban por los cielos, mientras la Fed hablada de que las tasas permanecerían ahí por un
periodo considerable. Nótese la coincidencia con el discurso de la Fed que
hasta hace poco era el mismo. Ante ese escenario, dijo tener la convicción de
que todo terminaría muy mal, aunque sin saber aún cómo se habría de manifestar
el problema.
Un año y medio
más tarde, un analista de Bear Stearns le mostró la situación de las hipotecas
“subprime”, y se dio cuenta de que el final sería un espectacular colapso del mercado inmobiliario engendrado por las
políticas de la Fed. Un evento deflacionario. Esto le permitió hacer las
apuestas financieras correspondientes que, por tomarlas temprano, no tuvieron
muy buenos desempeños en 2006, pero “2007 y 2008 fueron muy divertidos”.
El también discípulo de George
Soros, dijo tener ahora “el mismo horrible sentimiento que en 2004”, es un
“déjà vu”. Reiteró lo irresponsable de la política de la Fed y dijo que ésta ha
impulsado el crecimiento de la emisión
de deuda de bajo grado de inversión, a la cual le faltan las protecciones
típicas para los acreedores. Apuntó como ejemplo al caso del sector energético
en Texas.
Para Druckenmiller, es claro que
la Fed lejos de asegurar que la “recuperación” se mantenga, lo único que ha garantizado
es que haya mayores consecuencias insospechadas después. Cuando gente como él,
asegura, obtiene dinero al cero por ciento, “eres forzado a entrar a otros
activos y activos de riesgo y a comportarte de una manera que no quieres.” Esta
es la causa de que se inflen las
burbujas.
Aunque de nuevo no sabe cómo
habrá de explotar el sistema, señala que hay señales tempranas de lo que viene: “si ves las
IPOs (Oferta Públicas Iniciales de acciones), 80 por ciento de ellas no son
rentables cuando salen. La única otra
ocasión en que hemos estado en 80 por ciento o más alto fue en 1999”, justo
antes de que la burbuja de las puntocom explotara.
Sobre la emisión de crédito, recordó
que en 2006 y 2007, 28 por ciento de la deuda tenía una calificación de “B”.
Hoy, “71 por ciento de ella ha sido emitida en los últimos dos años con grado
B. Así que no solo hemos emitido más deuda, sino que lo estamos haciendo con
estándares más bajos”. Destacó que pese a que la Fed habla de combatir la
deflación, no hay nada más deflacionario
que inflar una gran burbuja de activos.
A propósito de la deuda federal
estadounidense, dijo que a pesar de que por causas contables se encuentre en 17
millones de millones de dólares, al sumar a valor presente las promesas de pago
hechas a través de Medicare, Medicaid y la Seguridad Social, la deuda federal
está en niveles de 205 millones de
millones de dólares. Es probable que no sea un problema por los próximos 30
años, pero si se pretende arreglar esa situación, “tienes que empezar ahora”,
sentenció.
Sobre el mercado bursátil, Druckenmiller
consideró que pesar de que éste se encuentra en su punto más alto en relación
al PIB estadounidense de los últimos 100 años –con excepción de nueve meses en
1999, está donde debería estar a causa de la política monetaria súper expansiva
de la Fed. Debido a ello su posición neta aún no es corta. “Es un una locura lo
que estamos haciendo. Así que yo diría que tenemos que estar alertas por si
termina mal. ¿Es seguro que termine mal? No necesariamente. No sé cómo
saldremos de esto, pero es posible”. En
este espacio, no somos tan optimistas.
Como quiera, lo destacable en todo
caso es que, sea a través del análisis desde la teoría
económica austríaca o desde la experiencia del mundo real de los mercados,
cada vez más voces autorizadas lanzan su voz
de alerta respecto al nuevo colapso financiero y monetario que se avecina.
Quien no tome previsiones hoy como personas, empresas o países, lo lamentará
mañana.
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