Columna Invitada
Gabriel Quadri De la Torre*
Gabriel Quadri De la Torre*
Veracruz es la ciudad fundacional de
México. Primera ciudad establecida por europeos en América continental; primer
Ayuntamiento de América; puerta de nuestro país al mundo; baluarte de
resistencia ante intervenciones extranjeras; y el puerto más importante de
México construido por Porfirio Díaz y el Ingeniero Pearson en 1902. La Capital
de la República aparte, Veracruz es la ciudad con mayor protagonismo y significado
en la historia de México. Todo ello no ha impedido la destitución, degradación, decadencia y
destrucción del invaluable patrimonio urbano y arquitectónico de su Centro
Histórico (ver desgarrador testimonio fotográfico en mi cuenta de Twitter:
@g_quadri).
A la distancia, Veracruz se atisba próspera
aunque mal gobernada. Crece reptando por
su costa sur hacia Boca del Río,
Mandinga y Antón Lizardo, por medio de
vialidades, fraccionamientos segregados, centros comerciales, monótonos
palomares del INFONAVIT, edificaciones
aberrantes, y hasta uno que otro
edificio blanco con esbeltez y gracia. La ciudad de Veracruz está divorciada
del puerto, que se inserta como enclave amurallado, circundado por pocilgas de
comercio informal y piratería, rejas amenazantes y bardas ofensivas. Nada beneficia
a la ciudad acoger a la Administración Portuaria Integral (API) más acaudalada
de México.
El delirio sub-urbano de Veracruz (y
municipios conurbados) hace que las distancias a recorrer aumenten
exponencialmente, surcadas por un pésimo
transporte público sobre el desorden territorial, congestión, fealdad, e improvisación. La visión de ciudad
que ahora prevalece es una impostura snob de modernidad vulgar y
descastada, que ha implicado la negación de su identidad y el abandono de su
Centro Histórico y valiosas zonas centrales y malecón adyacentes, así como de los valores cívicos, urbanos,
patrimoniales y arquitectónicos que la forjaron durante siglos. Vivienda, comercios,
restaurantes, hoteles, escuelas, y actividades recreativas fueron
expulsados del Centro Histórico, o agonizaron y murieron. Quedó la desolación, colonizada por hierbas,
epífitas y árboles (ficus o amates) que en señal de triunfo aprisionan y se
asoman orondos por puertas, ventanas y muros. Sólo pintura descarapelada
intenta maquillar el cascarón de algunos edificios lapidados en su interior, o
desviar la atención de banquetas rotas y de cañerías pestilentes. Salvo
excepciones notables (como el Registro Civil), casonas, palacios, naves,
antiguos hoteles y comercios, instalaciones portuarias y ferrocarrileras, y
edificios cívicos ofrecen un panorama deprimente que hermana a Veracruz con La
Habana. La diferencia es que el Centro Histórico de Veracruz ostenta su propio
desalojo, mientras que en La Habana abruma la promiscuidad cobijada por
techumbres y fachadas que se colapsan y
aplastan a sus hacinados e infortunados moradores. Muchas son propiedades de
manos muertas, o bien tiradas a su suerte por dueños incapaces de venderlas, restaurarlas,
reciclarlas y re-funcionalizarlas. Es la
riqueza histórica de Veracruz y de México que literalmente se desmorona, y
sobre la cual preside ciegamente el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH); no sabe que conservar implica reconstruir, re-desarrollar, y
dar nuevos usos a los inmuebles y espacios patrimoniales.
Es un crimen de Lesa Historia, al cual son
indiferentes el gobierno estatal y
municipal, las élites, el sector privado y la sociedad veracruzana;
también el gobierno federal: dejadez, incuria, ignorancia, negligencia.
Negligencia aún más irracional dado el valor como activo económico potencial
que tiene el Centro Histórico de Veracruz, que podría ser un destino turístico rival
de Cartagena de Indias, del Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, y del de
Santo Domingo, con la ventaja de una posible terminal de cruceros
colindante. Allá, gobiernos visionarios
y sociedades sensibles e ilustradas han
convertido a sus Centros Históricos en orgullo nacional y en verdaderos pivotes
de desarrollo económico mediante programas, regulaciones inteligentes, e
inversiones públicas y privadas. Vergüenza para el INAH, SECTUR, SEDATU, API, gobiernos
y sociedad veracruzana. Estigma
para México.
*Ingeniero Civil, Economista, Ambientalista, Badmintonista, ex candidato a la presidencia de la República.
Twitter: @g_quadri
Twitter: @g_quadri
No hay comentarios:
Publicar un comentario