Imagen: USA Today |
Ayer, María Bartiromo de USA Today publicó una entrevista
exclusiva con el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, quien además de ser miembro
de la familia real, es considerado como el árabe más influyente y rico del mundo. El texto ofrece la óptica oficial
desde la que podemos advertir que los precios del petróleo continuarán bajos –y
quizá cayendo, durante los próximos meses, si no es que años. Una señal de advertencia para el gobierno
de Enrique Peña Nieto, pues la apuesta principal de su sexenio es la
atracción de inversiones en el sector energético.
Bin Talal explicó que Arabia
Saudita y todos los países fueron tomados por “sorpresa”, refiriéndose al
colapso de los precios del crudo que hace seis meses estaban por encima de 100
dólares por barril, y hoy se ubican –como en el caso de la mezcla mexicana, a
menos de 40 dólares. En este sentido, la decisión de no reducir la producción
árabe de petróleo habría sido “prudente, inteligente y sagaz” según el príncipe.
Esto porque de haberlo hecho, dice, ese millón o dos de barriles hubiesen sido
producidos por otros, y Arabia habría
perdido por partida doble: por producir menos y por bajos precios.
De este modo, Bin Talal agrega
que está en completo desacuerdo con el gobierno saudí, en particular con los ministros
de petróleo y finanzas en la mayoría de los aspectos, pero que en este caso
particular, coincide en que se hizo lo correcto.
A pregunta sobre qué es lo que
está moviendo los precios, si una sobreoferta o una débil demanda, afirma que
son ambas las que se están
presentando y provocaron el colapso. “Eso es lo que pasó, es una obviedad”,
sentenció.
Debido a lo anterior, el príncipe
saudí considera que si estas condiciones se mantienen, lo mejor es pensar que
las cotizaciones seguirán a la baja todavía más. Eso sí, matiza diciendo que si
se recorta la oferta y hay un cierto crecimiento en la demanda, los precios
podría subir. Pero Bin Talal agrega: “estoy
seguro que ya nunca vamos a volver a ver los 100 dólares. Dije hace un año que
el precio del petróleo por encima de $100 era artificial, no es correcto.”
Para no dejar lugar a dudas de
que no harán esfuerzo alguno los árabes por recortar la producción, señala que
es casi imposible lograr un acuerdo entre los países productores, sean o no de
la OPEP. La razón, asegura, es que ningún país es confiable y se engañarían
entre sí, como ha ocurrido en el pasado. Asimismo, asevera que aunque ni Arabia
Saudita ni la OPEP maquinaron este colapso del precio del crudo, este tendrá un
efecto colateral positivo para ellos: a determinado nivel, muchas empresas de
petróleo de esquisto (shale oil) quebrarán y muchos de los nuevos proyectos
serán inviables.
Sobre la teoría de que hubo un
acuerdo secreto entre Estados Unidos y Arabia Saudita para mantener deprimidos
los precios y así castigar a Rusia por el conflicto en Ucrania, dijo: “Dos
palabras: son tonterías y basura”. Según Bin Talal, sería una locura que los
árabes hicieran algo así pues ambos países salen afectados simultáneamente.
“Sería dispararnos en el pie si lo hacemos”, concluyó.
Pese a ello, de lo dicho por el
influyente y bien informado príncipe saudí, podemos obtener varias conclusiones
interesantes. Primero que nada, su empeño en tratar de dejar en claro que los
árabes no tuvieron “nada que ver” con el desplome de los precios del crudo,
sumado a que entrelíneas exhibe su verdadero propósito –el de combatir la nueva
oferta de crudo proveniente del “fracking”, no deja lugar a dudas de que sí, hubo presiones políticas que solo
pudieron provenir de Washington para tirar las cotizaciones. De este modo,
Estados Unidos ejerce durísima presión contra Irán y Rusia, sus rivales, al
tiempo que “estimula” la economía americana abaratando el combustible. Los
daños a las compañías nacionales dedicadas a extraer shale oil, son un daño menor que les tiene sin cuidado. Al mismo tiempo,
debido a la relativa peor forma en que se encuentra el resto del mundo, más la
(equivocada) expectativa de que la Fed comenzará a subir sus tasas de interés
este año, el dólar se fortalece.
Con la versión de la conspiración
coincide el gurú de las inversiones en materias primas, Jim Rogers, quien asegura
que los árabes tienen razones tanto
económicas como políticas para tirar los precios, debido a que “Estados
Unidos es una especie de amo que les dice qué hacer y cómo vivir la vida”.
Pero Rogers también recalca algo
muy importante: la producción del Mar del Norte está declinando, la de los
rusos comenzará a declinar este año y la de todos los mayores campos petroleros
conocidos está estancada o en declive. Así que en el mediano y largo plazos, el
mercado alcista del petróleo, de la mano del resto de las materias primas,
retomará su curso. Es una mentira que no
se volverán a ver precios de 100 dólares por barril.
Sin embargo, dado que no será
pronto, países como México deberían poner manos en acción y prepararse ya para
esta “nueva normal”. Recortar fuerte el gasto público y equilibrar las finanzas
debe ser el paso inmediato, luego bajar los impuestos mientras Banxico eleva
las tasas de interés de forma paulatina hasta superar el nivel de inflación, entre otras medidas urgentes que hemos
propuesto una y otra vez en este espacio. No llevarlas a cabo implica
que los mexicanos sufriremos los efectos de la inevitable crisis que viene de
la peor manera posible. Un lujo que sin duda, no nos podemos dar.
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