La semana pasada el empresario
Hugo Salinas Price publicó un muy recomendable artículo en su portal Plata.com.mx,
titulado “El precio del dólar”. Es muy fácil saber el “precio” del oro medido
en dólares, pero el precio del dólar, que
se mide en oro, pocos lo conocen.
Como ya
lo expuso aquí el presidente del Gold
Standard Institute de los Estados Unidos, Keith Weiner, pensar en un
“precio” del oro en dólares es como pretender medir un metro de acero
utilizando ligas de goma que se estiran y se encogen cada segundo. No. El oro es el “sol” del universo monetario –como
lo califica Salinas Price-, no el dólar. Y no lo es por decreto de ningún analista
o autoridad alguna. Todo lo contrario.
Como de modo brillante el
fundador de la Escuela Austríaca de Economía, Carl Menger, lo expuso en sus
indispensables obras El Dinero y Sobre el origen del dinero, fue la libre acción de las personas en el mercado a
lo largo de la historia, la que culminó con la elección del oro y la plata, por todas sus ventajas
y características, como las materias primas-dinero por antonomasia. Esto fue en
distintos lugares al mismo tiempo, como en los mismos sitios en diferentes
momentos.
De los dos metales preciosos
monetarios, el oro es el rey. El oro sólo es dinero, mientras que la plata sí
tiene múltiples usos de otro tipo en la industria. Para todos los fines
prácticos, el metal amarillo tiene una utilidad marginal constante. Dicho de
otro modo, el apetito por el oro es
insaciable y de ahí viene su alto valor. A nadie le cae mal una monedita de
oro. Nunca se tiene suficiente y por eso, su demanda siempre va en ascenso y es
mayor que su oferta.
No por nada el oro es la “materia
prima” con la ratio más alta de existencias/flujo (producción) de todas,
seguida de la plata.
Se estima que todo el oro
extraído en la historia de la humanidad (al menos 175 mil toneladas
aproximadamente según el Consejo Mundial
del Oro, WGC) se encuentra aún disponible
en una forma u otra, como barras, monedas, lingotes o joyería. El oro no se quema ni se destruye, es
dinero real. Cada onza nueva que se extrae encuentra de inmediato demanda y
se sigue acumulando siempre. Quien
piensa en que la demanda de oro “sube” o “baja” según las estadísticas de
compra-venta, está mirando sólo un pequeño árbol pero no todo el bosque.
Por eso tiene razón Salinas Price
cuando afirma que “De todas las cosas que existen en el mundo, el oro es la que más demanda tiene.” Cada
gramo de oro en el mundo es propiedad de alguien y propiedad, dice, implica demanda.
“Usted está ejerciendo demanda de todo aquello de lo que usted es propietario:
si usted no está demandando algo, se deshace de ello; ya sea que lo venda, lo
regale o lo tire a la basura”, afirmó.
Al oro nada le afecta que la
califiquen como una “reliquia bárbara” o la “piedra favorita”. Sus detractores
–quienes defienden el uso del dinero fíat, inconvertible- quisieran que la
gente de repente repudiara al oro y lo tirara a la basura, pero eso jamás ocurrirá. En cambio, eso sí ha sucedido en incontables
ocasiones con el dinero inconvertible, de papel.
Así pues, el precio del dólar “gira”
en torno al centro de valor monetario
que es el oro, por lo que necesitamos expresarlo en términos de cierta masa
del metal, convenientemente, en gramos.
¿Cuántos gramos de oro se necesitan
para comprar un dólar? Salinas nos recuerda que hasta 1933, el precio del dólar
fue de 1.505 gramos (gr.) de oro. Ese año el presidente estadounidense
Roosevelt devaluó al dólar para rescatar al sistema financiero de ese país, a
0.889 gr. de oro, y prohibió a sus ciudadanos la acumulación del metal. El
precio del dólar se mantuvo estable hasta que en 1971, otro presidente de ese
país, Richard Nixon, declaró que no se entregaría más oro a cambio de dólares a
un precio de 0.889 gr. A esas alturas ya
todos sabían que el valor del dólar era insostenible, y en vez de devaluar
como hizo Roosevelt, se separó “temporalmente” del patrón oro. Seguimos así.
Al cierre del viernes pasado, el
precio del dólar fue de 0.026 gr. de oro. Es decir, el billete verde sigue una carrera devaluatoria hacia su verdadero
valor: cero. Cabe señalar que
este ínfimo precio es bastante más alto que el mínimo histórico que alcanzó en
2011, cuando cayó a solo 0.016 gr. de oro. En su carrera hacia el fondo, el
dólar ha tenido rachas como la actual en las que su precio sube, pero la
tendencia descendente es más que evidente, inevitable y será retomada.
Para los curiosos, el precio del peso mexicano fue de solo
0.0015 gr. al cierre del viernes, es decir, 1.5 miligramos de oro. Casi
nada, sin olvidar que en realidad sería mucho menor debido a la conocida
eliminación de los tres ceros decretada a principios de la década de los 90 del
siglo pasado.
Con esto en mente, se comprende
mejor por qué toda acción de autodefensa financiera de personas, empresas o
países, pasa entre otras medidas por la acumulación de reservas de oro físico
en propia mano. El oro –y la plata- son el dinero que la gente eligió en
libertad, y los hace libres. El otro “dinero”, el que nos imponen los
gobiernos, al ser derivado de su esclavizante deuda nos condena a la
devaluación de nuestro poder adquisitivo, a las crisis recurrentes y a la
pérdida de nuestra libertad. Ya es hora
de cambiar eso.
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