ARTURO
DAMM ARNAL
El
principal poder de cualquier gobierno (de izquierda, centro, derecha; democrático,
autocrático, republicano, etc.), sin el cual pronto dejaría de existir, es el
poder cobrar impuestos, es decir, el poder obligar a los ciudadanos a
entregarle parte del producto de su trabajo, que en eso consiste cobrar impuestos.
Por eso se llaman así: impuestos.
Ese
poder, en manos poco escrupulosas, como por lo general terminan siendo las de
los políticos, legisladores y gobernantes, hace que el cobro de impuestos
degenere, ¡tal y como ha sucedido!, en un robo legal (cada impuesto tiene su
ley, que lo hace legal, pero no por ello necesariamente justo), como sucede con
la mayoría de los impuestos que se cobran, y no por la variedad y elevadas
tasas de los mismos, sino por el destino que el gobierno le da a los recursos
así obtenidos, destino que muchas veces nada tiene que ver con las legítimas
tareas del gobierno, que son: 1) garantizar la seguridad contra la
delincuencia; 2) impartir justicia, al menos en la faceta de castigar al
delincuente (resarcir a la víctima, la otra faceta de la justicia, no es
responsabilidad del gobierno); 3) ofrecer los bienes y servicios públicos, que
realmente sean públicos, y que verdaderamente deban ofrecerse (por ejemplo:
alumbrado en las calles); 4) organizar la convivencia en los espacios públicos
(por ejemplo: instalar semáforos); 5) obligar a compensar por externalidades
negativas (por ejemplo: obligar a quien contamina a indemnizar por el daño
causado).
Estas
son las legítimas tareas del gobierno, y ninguna de ellas supone redistribución
(quitarle a A lo que es de A, para darle a B lo que no es de B), sin olvidar
que hoy gobernar es sinónimo de redistribuir. ¿No me creen? Revisen el proyecto
de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2016 y vean cuánto del gasto
propuesto es redistributivo. Por lo menos dos terceras partes.
El
gobierno gasta en lo que no debe, por lo tanto gasta de más, y muchas veces de
mala manera.
Continuará.
E-mail:
arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter:
@ArturoDammArnal
03 de
octubre de 2015
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