El miércoles pasado volvimos a
enfatizar la discrepancia que existe entre los precios del oro y la plata en el
mercado especulativo, de papel, y el físico. Y es que mientras en el primero continúan
las liquidaciones que los deprimen, en el segundo se mantiene la estrechez producida por una alta y creciente demanda.
Debido a esto ocurre una aparente contradicción entre un apetito voraz de los
inversores mientras los precios caen. Aquí otros botones de muestra.
Al cierre del tercer trimestre,
la US Mint (Casa de Moneda de los
Estados Unidos) reportó que las ventas totales
de onzas de oro (series American Eagle
y Buffalo) se dispararon 181 por
ciento de un trimestre a otro, mientras que las de plata subieron 47 por ciento
para alcanzar un máximo de 29 años.
De la serie más popular –la American Eagle (águila americana) que
incluye monedas de 1, ½, ¼ y 1/10 de onza (oz.) troy- el público compró 397 mil oz. de oro entre junio y
septiembre, muy por encima de las 127 mil colocadas entre abril y junio.
De la misma serie pero en plata, la
US Mint vendió 14 millones 268 mil 500 monedas de una oz., mucho más que las 9
millones 715 mil del trimestre previo.
Cabe subrayar que entre el
segundo y tercer cuarto de 2015, los precios del oro y la plata mantuvieron una tendencia bajista. El metal
amarillo terminó junio en 1,171.00 dólares la oz., mientras que septiembre lo
cerró en 1,114 dólares. La plata pasó de 15.70 a 14.35 dólares en el mismo lapso,
precio no visto desde hace seis años.
Se confirma de nuevo lo que hemos
señalado en este espacio: hay un grupo de inversores que están felices de
llevarse tanto metal precioso como pueden a los actuales niveles de precio,
deprimidos por las ventas en papel. La plata,
al estar relativamente más infravalorada, es
la que está acaparando la atención.
No por nada el afamado inversor
global Simon Black, ha dicho esta semana que los precios que vemos en el
mercado de futuros son solo para banqueros, traders,
economistas y reporteros. En el mundo real la dupla de metales preciosos
monetarios se están negociando a precios mucho más altos.
Algunas casas de moneda como la
propia de Estados Unidos, la canadiense y la australiana Perth Mint han tenido que suspender de forma temporal sus ventas y
racionarlas.
La austríaca y la canadiense
observaron ventas récord en julio y agosto, mientras la Perth Mint vendió más de 2.5 millones de onzas de plata en
septiembre, casi cuatro veces más que el mes anterior, según informó Reuters.
La US Mint incluso se encuentra trabajando
a tres turnos y pagando horas extras a sus empleados para tratar de
satisfacer la demanda.
Roy Friedman, vice presidente de
ventas y comercio de Manfra, Tordella & Brookes, una de las mayoristas más
importantes de Estados Unidos –citado también por Reuters-, dijo que en sus 35
años en el negocio nunca había visto que una contracción norteamericana de la
oferta de monedas de plata se extendiera
a tal grado a las de Austria y el Reino Unido.
Lo que llama la atención es que
mientras que la voracidad de los inversores se ha trasladado a otras latitudes,
en nuestro país el público sigue “dormido”. Es una pena.
Según datos proporcionados por
Banco de México (Banxico) a este periodista por medio de los oficios OFI006-14053
y OFI006-14283, las ventas de monedas de oro y plata no van tan bien.
Los centenarios de oro, si bien tuvieron también sus mejores niveles de
ventas de 2015 en julio y agosto, fueron de apenas 3,119 y 3,810 unidades. En promedio este año se han colocado
al mes 2,280 centenarios, por lo que de mantenerse ese nivel, diciembre
terminaría en poco más de 27 mil monedas vendidas. Aunque eso sí implicaría un
aumento importante respecto a 2014, cuando se comercializaron 19,454
centenarios, se estaría aún lejos del máximo logrado en 2008 de 46,131 piezas.
Las monedas de plata de la serie Libertad de 1 oz.
–las más populares en México-, tuvieron su mejor mes del año en mayo, cuando
Banxico puso a circular 217,643 de ellas. La media de ventas mensuales en 2015 está
apenas en 60 mil. Si se mantuviera, cerraríamos el año en poco más de 722 mil onzas.
El máximo histórico de ventas se alcanzó en 2009 con un millón 442 mil 857
unidades. El sobreprecio con el que se negocian respecto al precio
internacional se ha disparado a 30 por ciento.
Como ve, mientras en el mundo
cada día más inversionistas dejan de creer la propaganda oficial de la
“recuperación”, México se sigue
rezagando. Desde esta trinchera seguiremos dando la batalla en favor del
dinero sólido –el oro y la plata físicos en propia mano-, como protección del
poder adquisitivo de la gente en el largo plazo. El fruto de nuestro esfuerzo
merece una defensa acorde con su importancia. No nos podemos quedar atrás.
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