PESOS Y CONTRAPESOS
Agustín
Carstens llegó a la gubernatura del Banco de México el 1 de enero de 2010 y
permanecerá en ella (Peña Nieto lo propuso para un segundo período al frente
del banco central y el Senado lo ratificó en el cargo) hasta el 31 de diciembre
de 2021), decisión que garantiza (espero no equivocarme) que, en materia de
inflación, las cosas sigan marchando como hasta ahora. En agosto pasado la
inflación anual (comparando el índice de precios al consumidor de agosto del
2015 con el de agosto del 2014) se ubicó en un mínimo histórico: 2.59 por
ciento.
Coparemos.
Con Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México de 1998 al 2009, la
inflación promedio anual fue del 6.70 por ciento, 123.3 por ciento por arriba
de la meta de inflación de 3.00 por ciento, más menos un punto porcentual de
margen de error, fijada por las mismas autoridades monetarias. Durante los
cinco primeros años de la gubernatura de Agustín Carstens (2010 a 2014) la
inflación promedio anual fue de 3.97 por ciento, por debajo (poco, pero por
debajo) de la meta de inflación: 3.00 por ciento, más menos un punto porcentual
de margen de error. Iniciamos 2015, en enero, con una inflación anual de 3.07
por ciento, para alcanzar, en agosto, la ya citada de 2.59, la menor desde que
se lleva el actual registro de inflación, y por debajo de los tres puntos
porcentuales por primera vez en décadas.
Fue en
febrero cuando se alcanzó una inflación por debajo del 3 por ciento, 2.90,
misma que se repitió en mayo. En junio, julio y agosto fue de 2.87, 2.74 y 2.59
por ciento, respectivamente.
Si un
banco central es un arma de doble filo, y si vamos a seguir teniendo banco
central, más vale tener al frente del mismo, al margen de las reglas del juego
monetario, a una persona que entienda la importancia de preservar el poder
adquisitivo del dinero, ¡de nuestro dinero! Carstens, y allí están los números,
lo entiende.
E-mail:
arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter:
@ArturoDammArnal
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