ARTURO
DAMM ARNAL
La
depreciación del peso frente al dólar o, dicho de manera distinta, el aumento
en el precio del dólar en términos de pesos, ¿beneficia o perjudica a México?
La pregunta es errónea porque para tales efectos México no existe. De un lado
tenemos a exportadores de productos mexicanos desde México y a su contraparte:
consumidores extranjeros de esos productos. Del otro lado tenemos a
consumidores en México de productos extranjeros y a su contraparte:
exportadores, desde otros países, de productos extranjeros.
A los
primeros (exportadores desde México y consumidores en el extranjero de
productos mexicanos) la depreciación los beneficia: en términos de dólares las
exportaciones de productos mexicanos se abaratan. A los segundos (consumidores
en México de productos extranjeros y exportadores desde el extranjero de
productos extranjeros) la depreciación los perjudica: en términos de pesos las
importaciones de productos extranjeros se encarecen.
Al
inicio de enero por cada dólar que pagaban los consumidores extranjeros
recibían 14.55 pesos de productos mexicanos. Hoy reciben 16.57 pesos, 13.9 por
ciento más. La depreciación les convino, y también a los exportadores de
productos mexicanos.
Al
inicio de enero por cada peso que pagaban los consumidores mexicanos recibían
0.069 dólares de productos extranjeros. Hoy reciben 0.060 dólares, 13.0 por
ciento menos. La depreciación no les convino, y tampoco a los exportadores de
productos extranjeros.
La
pregunta ¿beneficia o no la depreciación a México? no tiene sentido, porque
para tales fines (como sucede siempre en materia de comercio exterior) México
no existe: existen en México, por un lado, los importadores mexicanos, a
quienes la depreciación perjudica y, por el otro, los exportadores mexicanos, a
quienes la depreciación beneficia.
Aclarado
lo anterior surge otra pregunta: la depreciación del tipo de cambio peso – dólar,
¿aumenta la competitividad de las exportaciones mexicanas? Dado que la
depreciación abarata las exportaciones mexicanas en términos de dólares, parece
ser que la respuesta es afirmativa. ¿Lo es? Para responder hay que distinguir
entre productividad y competitividad y, sobre todo, tener clara la relación
entre las dos.
Continuará.
E-mail:
arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter:
@ArturoDammArnal
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