PESOS Y CONTRAPESOS
La intención del legislador al prohibir la
producción, distribución, oferta, demanda y consumo de drogas es terminar con
la drogadicción, intención por demás loable. Pero una es la intención del
legislador a la hora de promulgar una ley, y otra las posibles consecuencias de
esa ley una vez promulgada.
Lo primero que hay que tomar en cuenta es la
que llamo la Primera Ley del Mercado, PLM: allí donde el comprador está
dispuesto a pagar el precio al cual el vendedor está dispuesto a proveerlo,
habrá producción y oferta, tal y como lo vemos en los mercados de sustancias
prohibidas por la ley. No hay ley positiva que pueda con esta ley natural, y no
reconocerlo tiene consecuencias desastrosas, como lo atestiguamos allí donde
los gobiernos prohíben ciertos consumos.
En segundo lugar, y dada la PLM, la
prohibición hace del negocio de la producción, distribución, oferta y venta de
drogas un negociazo multimillonario en dólares. Ceteris paribus (comenzando por los costos de producción,
distribución y oferta): 1) prohibición igual a mayor riesgo de producir,
distribuir y ofrecer; 2) mayor riesgo igual a mayor precio; 3) mayor precio
igual a mayores ganancias; 4) mayores ganancias igual a fuerte incentivo para
estimular la demanda; 5) estímulo a la demanda igual a mayor demanda; 6) mayor
demanda igual a mayor consumo; 7) mayor consumo igual a fracaso de la
prohibición.
Además, mayores ganancias igual a fuertes
incentivos para la entrada de nuevos productores, distribuidores y oferentes
que, dada la prohibición, no pueden competir en mercados legales (como lo hacen
los oferentes de alcohol y tabaco), debiendo combatir en mercados ilegales,
generándose así la parte delictiva del narcotráfico, que no es la producción,
distribución, oferta y venta de drogas, sino las extorsiones, secuestros,
torturas, asesinatos, etc.
A lo anterior hay que sumarle la corrupción,
que depende, ¡literalmente!, del enorme poder de compra de los
narcotraficantes, y del hecho de que no se tocan el corazón para apretar el
gatillo. Entre plata y plomo, ¿qué elige la mayoría?
Continuará.
E-mail: arturodamm@prodigy.net.mx
Twitter: @ArturoDammArnal
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