ARTURO DAMM ARNAL
Religión
y superstición:
“¿No
es haber prestado un servicio a la humanidad el distinguir la religión de la
superstición? ¿Acaso merezco ser perseguido por haber dicho de cien maneras
diferentes que no se hace nunca bien a Dios haciendo daño a los hombres?”
Religión:
“Nunca
se ha visto ninguna sociedad religiosa ni ningún rito establecidos con el
propósito de estimular a los hombres a los vicios. Se han servido en toda la
tierra de la religión para hacer el mal, pero en todas partes ha sido
establecida para incitar al bien; y si el dogma induce al fanatismo y a la
guerra, la moral inspira por doquier la concordia.”
Superstición:
“La superstición
que hay que extirpar de la tierra es la que, al convertir a Dios en un tirano,
invita a los hombres a ser tiranos. Aquel que primero dijo que hay que
considerar con horror a todos los réprobos puso el puñal en la mano de los que
se atrevieron a creerse fieles; aquel que primero prohibió toda comunicación
con los que no eran de su opinión hizo sonar el toque de carga de las guerras
civiles en toda la tierra.”
Supersticioso:
“El
supersticioso es su propio verdugo: lo es también de cualquiera que no piense
como él. A la delación más infame la llama corrección fraterna; acusa a la
ingenua inocencia que no está sobre aviso y que, en la sencillez de su corazón,
aún no ha sellado sus labios. La denuncia a esos tiranos de las almas, que se
burlan a la par del acusado y del acusador. Finalmente el supersticioso se
convierte en fanático y entonces, llevado por su celo, es capaz de todos los
crímenes en nombre del Señor.”
Tolerancia:
“¿Le
va a ser permitido a cada ciudadano no creer más que en su razón, y pensar lo
que esa razón ilustrada o equivocada le dicte? Así debe ser, en tanto no altere
el orden: pues no depende del hombre creer o no creer, pero depende de él
respetar los usos de su patria.”
Twitter:
@ArturoDammArnal
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