Luis Pazos
Dos son las principales causas del éxito del socialismo, una la promesa de liberar a los trabajadores de la miseria y la desigualdad; la otra, dar la oportunidad a los gobernantes socialistas de concentrar el poder económico y político en sus manos.
El socialismo real, no el ideológico, que enseñan los marxistas en preparatorias, normales y universidades, se convirtió en el siglo XX en un alcahuete de dictadores de facto. Atrás de las teorías marxistas-leninistas, de la liberación de los obreros del capitalismo y del Imperialismo Yanqui, se engendraron gobiernos totalitarios con un mayor poder que el de los reyes absolutistas en la época de los luises en Francia.
Hay varios ejemplos de las dictaduras creadas a la sombra del socialismo real: Stalin, que gobernó la URSS por 31 años, hasta su muerte; Mao, quien fue el más poderoso en China por 27 años, hasta su muerte; Tito, gobernó Yugoslavia por 35 años, hasta su muerte. La familia kim tiene el poder en Corea del Norte desde hace 70 años y la familia Castro, 56 años.
El común denominador de esos socialdictadores es la concentración en manos de los gobernantes del capital y las decisiones económicas, la abolición de las libertades individuales y una crónica violación de los derechos humanos.
Los resultados económicos son los mismos en todas esas dictaduras: un empobrecimiento de la mayoría de los habitantes; pero, hay que reconocerlo, todos esos dictadores redujeron la desigualdad. A todos los ciudadanos, con excepción de los altos funcionarios, los hicieron igualmente pobres.
Bienvenido a México el dictador Raúl Castro, representante de la familia dueña de Cuba en el último medio siglo a través del capitalismo monopólico de Estado.
El socialismo real, no el ideológico, que enseñan los marxistas en preparatorias, normales y universidades, se convirtió en el siglo XX en un alcahuete de dictadores de facto. Atrás de las teorías marxistas-leninistas, de la liberación de los obreros del capitalismo y del Imperialismo Yanqui, se engendraron gobiernos totalitarios con un mayor poder que el de los reyes absolutistas en la época de los luises en Francia.
Hay varios ejemplos de las dictaduras creadas a la sombra del socialismo real: Stalin, que gobernó la URSS por 31 años, hasta su muerte; Mao, quien fue el más poderoso en China por 27 años, hasta su muerte; Tito, gobernó Yugoslavia por 35 años, hasta su muerte. La familia kim tiene el poder en Corea del Norte desde hace 70 años y la familia Castro, 56 años.
El común denominador de esos socialdictadores es la concentración en manos de los gobernantes del capital y las decisiones económicas, la abolición de las libertades individuales y una crónica violación de los derechos humanos.
Los resultados económicos son los mismos en todas esas dictaduras: un empobrecimiento de la mayoría de los habitantes; pero, hay que reconocerlo, todos esos dictadores redujeron la desigualdad. A todos los ciudadanos, con excepción de los altos funcionarios, los hicieron igualmente pobres.
Bienvenido a México el dictador Raúl Castro, representante de la familia dueña de Cuba en el último medio siglo a través del capitalismo monopólico de Estado.
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