China es ya desde el año pasado la
mayor economía del mundo medida por paridad de poder de compra. Sin
embargo, esta auténtica potencia naciente no tendrá un ascenso fácil. De hecho,
ya atraviesa una crisis de la que aquí en México se habla poco, pero que dadas
las dimensiones del “dragón” asiático, podría formar parte de una gran
“tormenta perfecta” junto con Grecia.
Hace casi dos años publicamos en
Inteligencia Financiera Global cómo de 2008 a 2013, los bancos chinos habían
inyectado más
de 15 millones de millones de dólares a la economía, 57% más que lo que
hasta ese momento habían hecho la Fed, el Banco central Europeo, el de Japón e
Inglaterra juntos. Ese exceso de liquidez provocó inflación y burbujas de
activos en mercados como el inmobiliario que los condujo, incluso, a construir
verdaderas ciudades fantasma. Ahora, la que ha reventado es su burbuja en el
mercado bursátil que se ha convertido en un auténtico “baño de sangre”
financiero.
La burbuja bursátil reventó
En las últimas tres semanas el
índice Shanghai Composite ha perdido alrededor de 30% de su valor y el contagio
a otros mercados asiáticos ya se ha hecho sentir. En un año, su subida fue de más
de 150 por ciento.
Tim Staermose, estratega en jefe
de Inversiones de Sovereign Man, califica la burbuja bursátil china como “la más grande de la historia”. Recuerda
por ejemplo que antes de que reventara la burbuja de las puntocom la acción
promedio en el índice NASDAQ se negociaba a una razón precio/beneficio (P/E) de
59. En China, el índice Shenzhen alcanzó una
ratio de 116 veces en su pico del mes pasado.
Forbes.com
ya advertía desde abril que había luces amarillas. Por ejemplo, publicó que más
de 10 millones de nuevas cuentas para negociar acciones se habían abierto en
los primeros cuatro meses del año, más que el total de 2012 y 2013 juntos.
Muchos de estos nuevos inversionistas son jóvenes inexpertos siguiendo los
consejos de amigos. Además, dos tercios de ellos dejaron la escuela antes de los 15 años y un 6% son analfabetas.
El gobierno ha intentado toda una
serie de medidas para contrarrestar la caída, algunas, que caen en la
estupidez.
De entrada, el Banco Popular de
China (banco central) recortó por cuarta vez su principal tasa de interés en 25
puntos base (0.25%) a finales de junio en su intento por recudir los costos del
endeudamiento y “estimular” su economía. No han entendido que justo su
provisión de liquidez es lo que ha inflado la burbuja.
“Revivir” la burbuja será inútil
Pero además, ayer la Comisión
Reguladora de Valores ordenó a los
accionistas controladores y gerentes que tienen más de un 5 por ciento de las
acciones de una empresa, a no venderlas
en los próximos seis meses. Lo anterior para "mantener la estabilidad
del mercado de capitales y proteger los derechos e intereses legítimos de los
inversores".
Por si fuera poco, se anunció que
el proveedor nacional de servicio de las operaciones de margen comprará más acciones de empresas
pequeñas y medianas para facilitar la “liquidez” del mercado de valores. El
gobierno no ha entendido nada sobre la burbuja que él mismo infló.
De última hora le informo además
que al cierre de este artículo los mercados chinos habían tenido este jueves su
mayor jornada de ganancia desde marzo de 2009. Lo único que ha funcionado –por ahora,
es la amenaza del gobierno de encarcelar
a vendedores cortos “maliciosos”.
El punto aquí es que más temprano
que tarde abundarán de nuevo los vendedores y el pánico se volverá a hacer
presente. La medida, por lo tanto, es de un alto riesgo para Beijing porque si
a pesar de todo el mercado se le va de las manos, como apostamos que ocurrirá,
quedará claro que su “súper poder” no es infalible.
El mercado está dejando lecciones
muy claras al gobierno chino: se le puede manipular, pero cuando sus fuerzas
regresan no hay quien las pueda detener.
El camino que deben seguir es el
de mercados abiertos, sin manipulaciones ni intentos de controlarlo todo, pues
el daño que se producen al hacerlo no compensa los beneficios de corto plazo.
Su economía se seguirá desacelerando y quizá otras burbujas reventando. Entre
más se tarden en retomar el camino correcto, más tardará cualquier indicio de
recuperación. Lo que tiene que caer, caerá.
La tormenta perfecta se
terminaría de alinear si en esta segunda mitad del año Estados Unidos se
desacelera o cae en recesión. Manténgase atento, vienen cosas interesantes.
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