Durante esta semana se han
escuchado comentarios acerca de la “debilidad” del oro a pesar de la crisis en
Grecia. No falta quien asegura que el rey de los metales “pierde atractivo”
como refugio seguro porque se ven caer sus precios. Grave error.
La verdad es justo lo contrario:
los indicadores de demanda física de oro y plata muestran que el apetito por el metal físico se mantiene
en niveles muy altos. Si el precio no se ha elevado es debido, primero, a
la abundancia de ventas especulativas de “oro papel”, a que la gente corre a lo
que conoce como “refugio” (el dólar) y a que, en el fondo, la crisis de Grecia no
implica ni el colapso del sistema monetario ni del euro (todavía) o la
expulsión de ese país de la divisa única.
La crisis griega es solo una
doble puesta en escena en la que ambos bandos, Atenas y sus acreedores, saben
que en el fondo de lo que se trata es de negociar una reestructuración de su deuda soberana.
Así que mientras en Europa juegan
al “no negociaremos más”, se está llevando a cabo una silenciosa pero enorme transferencia de riqueza con lingotes,
barras y monedas que están cambiando de manos. Los inversores en valor o “manos
fuertes” continúan llevándose a casa los tesoros que especuladores, aficionados
y “manos débiles” deciden vender al creerse el cuento de que el oro y la plata
“no son refugio”.
La prueba contundente de este gran
cambio de manos la vemos en los indicadores exclusivos de la Nueva Escuela
Austríaca de Economía, del Prof. Antal Fekete: la Base y la Cobase de ambos metales preciosos.
Los datos más recientes revelados
por Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, evidencian que la demanda física de oro y plata continúa en niveles históricamente
altos. En los gráficos de abajo vemos el nivel actual de la cobase para el
oro (izquierda) y la plata (derecha) en comparación con años anteriores a estas
alturas del año. La cobase está en positivo (backwardation) por la alta
demanda. La base y la cobase son medidores de la abundancia y/o escasez física
de estos metales (continúa después de las gráficas).
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La backwardation nos dice que
ante la alta demanda material de metal precioso al contado, y una baja oferta –más
aún con precios deprimidos, los vendedores exigen un “premio”, o sea, un sobreprecio sobre el futuro para aceptar
venderlo. Del lado del comprador se acepta pagar más caro con tal de
recibir la entrega del metal de inmediato en vez de esperar. Tienen urgencia.
Todo esto se está presentando
tras bambalinas en el mercado y es
imposible detectarlo solo viendo el precio diario.
En los gráficos siguientes se
ilustra el “Indicador de estrés” del mercado Comex (Commodity Exchange) para el
oro (izquierda) y la plata (derecha). Como vemos, desde el primer trimestre de
este año no ha dejado de subir. Cuando este índice se eleva muestra que los
retiros de existencias de “oro registrado” –el que tiene un dueño específico
que puede sacar sus barras cuando quiera- pone nervioso a vendedores cortos y
suscriptores de contratos de futuros, lo que los hace traer metal precioso
desde fuera del sistema para reponer las existencias. Pues bien, el “estrés”
está de nuevo en niveles máximos desde enero de 2012. Es decir, la gente se está llevando su oro y plata
del sistema (sigue después de los gráficos).
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En suma, ante las débiles
condiciones de la economía global, los inversores más avezados continúan acumulando
oro y plata a manos llenas aun a los precios actuales. Se preparan para la tormenta que viene. Ese, el mensaje oculto de
los metales preciosos monetarios, es el que hay que ver y escuchar, no el
discurso de la recuperación y el “todo marcha bien” de los gobiernos del mundo.
Usted elige.
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