ARTURO
DAMM ARNAL
La Encuesta Nacional de Ingresos y
Gastos de los Hogares 2014 (ENIGH14) muestra la desigualdad que, en materia de
ingresos, prevalece en el país, desigualdad que para muchos es la causa de la
pobreza, razón por la cual es el problema a resolver. Lo primero –en México hay desigualdad en materia de
ingreso– es cierto. Lo segundo –esa desigualdad en los ingresos es la causa de
la pobreza– no lo es.
Según la ENIGH14 el ingreso corriente
total (monetario más no monetario) promedio mensual por hogar el año pasado fue
de 13,239.67 pesos. El ingreso del 10 por ciento de los hogares más pobres
(decil I) fue de 2,572.00 pesos (80.6 por ciento por debajo del promedio). El
del 10 por ciento más rico (decil X) resultó de 49,927.67 pesos (277.1 por
ciento por arriba del promedio). El 10 por ciento de los hogares más ricos tuvo
en 2014 un ingreso 1,724.6 por ciento mayor que el del 10 por ciento más pobre:
18.2 veces. ¿Qué tenemos? Una considerable desigualdad en materia de ingreso,
que sin embargo va cediendo: en 2010 el 10 por ciento de los hogares más ricos
tuvo un ingreso 1,819.4 por ciento mayor que el del 10 por ciento más pobre:
19.2 veces; en 2012 la diferencia fue de 1,800.7 puntos porcentuales; en 2014
fue del 1,724.6 por ciento: 19.0 veces.
La desigualdad en el ingreso existe,
es considerable, pero hay que preguntar lo siguiente: esa desigualdad, ¿es la
causa de la pobreza? Me mantengo en los extremos: el que el ingreso del 10 por
ciento de los hogares más ricos haya sido el año pasado 18.2 veces mayor que el
del 10 por ciento más pobre, ¿es la causa de la pobreza de este 10 por ciento?
Solamente si el 10 por ciento más rico le robó (lo suficiente) al 10 más pobre.
Ese robo, ¿tuvo lugar? Y si lo tuvo,
¿es la regla, de tal manera que la desigualdad es siempre la causa de la
pobreza? No.
Continuará.
Twitter: @ArturoDammArnal
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