PESOS
Y CONTRAPESOS
ARTURO
DAMM ARNAL
No es la primera vez, ni será la
última, que trato el tema en Pesos y
Contrapesos. Hoy, dado lo que sucede en Grecia, vuelvo al tema de la deuda
gubernamental y el riesgo moral que implica, y que debe conjurarse con nuevas
reglas del juego en la materia. El caso griego (¿y cuántos más?) apoya mi
propuesta.
El esquema general de
contratación de deuda gubernamental es el siguiente: 1) Yo gobernante pido
prestado. 2) Yo gobernante gasto el dinero que me han prestado. 3) Yo
gobernante vuelvo a pedir prestado. 4) Yo gobernante vuelvo a gastar el dinero
que me han prestado. 5) Otro, el gobernante que estará en el poder cuando
ocurra el vencimiento de “mis” pasivos, tendrá que pagar. 4) Ese otro pide
prestado para pagar lo que se debe. 5) Ese otro, con deuda nueva, paga deuda
vieja. 6) Ese otro recurre una y otra vez al mismo subterfugio: contraer deuda
nueva para pagar deuda vieja. 7) Ese otro, de no existir ya la opción de
contraer deuda nueva para pagar deuda vieja, y esa opción, previo aumento en
las tasas de interés, tarde o temprano se agota, tendrá que: o vender
propiedades, y con el ingreso generado pagar lo que se debe; y/o aumentar
impuestos, y con la diferencia entre lo que se recauda y lo que se recaudaba
pagar lo que se debe; y/o reducir gasto, y con la diferencia entre lo que se
gastaba y lo que se gasta pagar lo que se debe. Se trata del ajuste.
Este esquema, ¿no genera
un riesgo moral, que surge cuando un agente sabe que no será responsable por
las consecuencias de sus acciones, razón por la cual puede realizarlas
irresponsablemente? Claro que sí, y la historia está llena de ejemplos, siendo
el último el griego. ¿Dónde están, enfrentando sus responsabilidades, los
ministros de finanzas griegos, de los últimos treinta años, que contrajeron
deuda irresponsablemente? ¿Qué hay que hacer? Cambiar las reglas del juego en
materia de deuda gubernamental.
Twitter: @ArturoDammArnal
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