Columna Invitada: En Síntesis
Mario Urióstegui*
A casi un año de haber
comenzado el desplome en los precios internacionales del petróleo, en especial
de la mezcla mexicana, se aprecia un ligero repunte como nos muestran los datos
obtenidos al comienzo del tercer trimestre del año.
Mario Urióstegui*
El panorama sigue siendo
incierto aun cuando se muestran signos de estabilidad pues el precio actual de
la mezcla mexicana (tomando como referencia nuestro país) se cotiza por arriba
de los $55.00 dólares por barril cuando en el trimestre pasado rondaba en los
$44.00 dólares por barril, misma situación con el resto de las mezclas como el Brent (petróleo del Mar del Norte), y WTI (West Texas Intermediate) las cuales iniciaron julio con pérdidas
de 1.4 % (de acuerdo a la bolsa Mercantil de Nueva York) y 2.5 % (según el International Exchange Futures); no
obstante algunos analistas esperan que en el transcurso de estos meses se logre
un ligero repunte en los precios respectivos.
La incertidumbre continuará
y como lo dije en el primer artículo (La
debilidad del mercado de petróleo) “no volveremos a ver precios superiores
o cercanos a los 100 dólares el barril por un buen tiempo”. Lo anterior se
trata de un cálculo a futuro que importantes empresas de servicios financieros
como Bank of America han determinado
dada la circunstancia actual.
Se estaría en un error hoy
si se descartara de manera definitiva la volatilidad en los precios del crudo,
“no canten victoria” pues en realidad se trata de cambios estructurales como la
estrategia de guerra de precios emprendida principalmente por Arabia Saudita
(uno de los mayores productores de crudo) la cual se vislumbra como errada
porque si bien su objetivo era dañar a la cada vez más pujante industria del fracking (sobre todo de EEUU) no lo ha
logrado pues pese a los bajos precios las petroleras estadounidenses le siguen
apostando (y ahora más) a la producción de esquisto por lo que ha resultado
contraproducente a países de la OPEP como Venezuela y Ecuador (por ejemplificar
aquí en América), sobre todo en la primera se observa que los precios actuales
siguen por debajo de los “ requerimientos fiscales”, es decir, son perjudiciales
a las finanzas públicas puesto que gran parte de ellas dependen de los ingresos
petroleros.
En conclusión el panorama
actual del mercado petrolero es endeble y complejo (aquí lo interesante), pese
a ello se confía en que mejore aunque poco el alza en los precios del petróleo.
¡Atentos a cualquier signo
de mejoría o retroceso!
*Analista político en formación y apasionado del mercado energético
Twitter: @MarioUrioste
mariouriosteguimendoza@gmail.com
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