Hace una semana le trajimos la
historia de la Ley 483 que firmó el gobernador de Texas, Gregg Abbott, con la
que crearán la primera bóveda estatal de su tipo para la custodia de oro y
plata monetarios, con capacidad de almacenar 5,600 lingotes. La intención
principal –declaró Abbott- es “repatriar” mil millones de dólares (mdd) en
metal y proteger los tesoros de los
habitantes texanos pues, además, quedó establecido que cualquier decreto
expropiatorio quedaría sin efecto.
Recordemos que ya en los años 30 del siglo
pasado una expropiación federal ya ocurrió, y durante décadas a los
estadounidenses les estuvo prohibido acumular oro monetario.
Pues bien, resulta que el oro
texano que se suponía estaba en la Reserva Federal (Fed) de Nueva York, en
realidad se encuentra en una bóveda
privada en el centro de Manhattan. Lo anterior lo informó Bloomberg el viernes, quien además
estimó un valor de solo 650 mdd.
Citado por el mismo portal, el
republicano Giovanni Capriglione –coautor de la ley comentada- dijo que quieren mostrar su “fuerza y resiliencia”,
que su entidad es “única, estable, fuerte y podemos mostrar a otros estados e
individuos que sí, Texas tiene mil mdd en oro. ¿Tu estado lo tiene?”. El
legislador dijo no sentirse menos orgulloso de saber que en realidad son 650
mdd. Sus compañeros legisladores tampoco ofrecieron mayor oposición al
proyecto. En el senado y Cámara de representantes tejanos solo hubo cuatro votos en contra, respectivamente.
En realidad, también se ha informado
que el oro en cuestión no es propiedad estatal en sí, sino de la segunda mayor
fundación académica del país: la University of Texas Investment Management Co.
La administración del fondo ha
dicho que les complace tener sus barras en el estado, siempre y cuando no les cobren
una cuota de custodia superior a la que pagaban en NY, de alrededor de un
millón de dólares. Detalles como la localización específica de la bóveda texana
aún se están discutiendo.
Como quiera, no hay duda de que
una vez que los texanos cuenten con su bóveda estatal en plena operación y
comiencen a resguardar ahí su oro, será
natural que comiencen a operar su propio “sistema monetario”.
Al estar respaldados en metal
certificado y con una custodia física auditada, cualquier documento que ampare
su propiedad podrá negociarse como dinero, es decir, será dado y recibido en
pago por la gente sin necesidad de una
ley que obligue a su aceptación. En este espacio hemos explicado que de
hecho, eso es lo que siempre fueron los billetes, no un simple papel o plástico
sin respaldo, sino un pagaré redimible casi siempre en
oro y plata.
Vaya diferencia con respecto a
las monedas de curso legal, que dado que no pueden ser redimidas en dinero
real, solo valen gracias a la coerción del Estado que nos obliga a aceptar los
billetes que emite sin límites.
Aunque Capriglione asegura que la
intención no fue la de crear una divisa texana, lo cierto es que no podrán evitar que pase, aunque al
principio sea a escala menor. De tener éxito, y así será, la gente de manera espontánea comenzará a aceptar cada
vez más los certificados con respaldo en oro. El legislador texano tiene razón
cuando dice que al haber colapsos económicos, lo que la gente busca es sentirse
segura y eso “es justo lo que hace el tener el oro aquí”.
No hay duda, felicitamos a los texanos por desconfiar de Washington y del sistema
monetario federal basado en el dólar, que no representa más que la deuda
estadounidense, ya no oro. Otros estados de la Unión Americana y México –donde
tenemos la propuesta de monetizar la plata, debemos seguir su ejemplo.
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