Imagen: vivelohoy.com |
Esta
semana Banco de México informó que las expectativas de los especialistas del
sector privado sobre el crecimiento de nuestra economía para este año, cerraron
en mayo a una tasa de 2.66 por ciento anual,
lo que representa una caída desde el 2.8 por ciento que se esperaba antes.
El
problema con los pronósticos de este tipo es que en realidad los economistas
juegan a ser “adivinos” –muy malos por cierto, y eso los lleva a tener que
ajustar y ajustar las cifras conforme transcurre el tiempo. En este espacio no
hacemos ese tipo de adivinanzas y preferimos informarle los fundamentos
económicos generales. Por eso no nos sorprende esta evidente desaceleración que
padece la economía mexicana, pues ya desde el segundo semestre de 2014 había
señales que anticipaban que esto sucedería y así lo dijimos.
Es más,
de nueva cuenta nos atrevemos a adelantar que, si no corregimos el rumbo, el
próximo año podríamos sufrir una nueva recesión a causa, en parte, de la mayor
debilidad que tendrá la economía estadounidense. ¿Qué hacer? Dejar de hacer
esfuerzos que sumen cero.
Y es que
como recordará, mucho se habla de las reformas estructurales como la
energética, pilar de la estrategia de crecimiento del gobierno Federal. Pero lo
cierto es que no será suficiente, y menos, cuando los posibles resultados
benéficos que en definitiva sí tendrá, serán de largo plazo, mientras en el
corto, la reforma hacendaria nos sigue perjudicando a todos. Esta reforma es
tan dañina que seguirá anulando las ventajas de todas las demás, es un lastre
del que el gobierno es responsable y debe retirar.
Quitarle
ingresos a las personas y empresas por la vía de los impuestos, es lo peor que
se puede hacer en un momento de desaceleración o crisis. Si lo que necesitamos
es más empleo, crecimiento, más creación de riqueza, entonces a los que la crean
–las personas y empresas, se les debe premiar, no castigar, por la vía de los
impuestos.
Por lo
tanto, menos regulación, menos gasto del gobierno pero más dinero disponible
para familias y empresas reduciendo impuestos, es lo que México necesita. Ojalá
algún día nos escuchen porque ya estamos casi a mitad de sexenio, y a este
paso, el gobierno de Enrique Peña Nieto pasará con más pena que gloria, para
desgracia de la gente.
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