Columna Invitada: En Síntesis
Mario Urióstegui*
En la primera parte del artículo me referí a dos de los principales problemas del puerto: La corrupción y la falta de regulación de la tenencia de la tierra. Si bien el primer problema no es exclusivo de Acapulco, resalté que se trata de una ineficacia institucional sobre todo a la hora de aplicar la ley. En cuanto al segundo problema, señalábamos que la falta de una planeación urbana desde el origen como foco de inversión nacional y extranjera en aquellos años, trajo como consecuencia una ciudad mal prevista y así, difícil de dotarle de servicios elementales.
Si
consideramos que el problema de inseguridad, o narco violencia como algunos
llaman, es el causante de la falta de turismo; incurrimos en un error pues si
bien la seguridad es fundamental para garantizar la paz en un lugar; y así
tener (como es el caso de los destinos turísticos) una importante presencia de
viajeros los cual se traduce en una gran derrama económica, existen más
variables las cuales son imprescindibles para un destino de altura. La “caída”
de Acapulco se inició años atrás, antes de este clima de inseguridad
Desde hacía
décadas que comenzó el declive del turismo “exclusivo”. Gran parte de la
responsabilidad recae en la clase política la cual “se echó a dormir en sus
laureles” (también viciados de corrupción) y con ello desatendieron la
problemática pues como arguyen algunos ex funcionarios: “era políticamente
incorrecto”. Y si a lo anterior agregamos una ciudadanía apática en presionar a
las autoridades para demandar políticas públicas para solucionar los diversos
problemas, nos da un resultado muy negativo para el puerto, lo cual desembocó
en una mala imagen que pronto se encargaron los medios extranjeros y nacionales
de difundir y así, hacer ver que Acapulco había perdido su
calidad y gran talante de entre los destinos turísticos de altura. De esta
forma, extranjeros y muchos connacionales prefirieron los destinos emergentes
de la época como Cancún, y más tarde Los Cabos, Puerto Vallarta, etc.
Las
siguientes variables nos muestran cómo al desatender la problemática (y
prevenirla en su momento), repercute de manera grave en la calidad y por ende
la imagen del lugar receptor de divisas. Recordemos:
*La contaminación de la bahía a
causa de la descarga de aguas negras proveniente de arroyos, cuyas presas de
gavión carecen de mantenimiento. Además, son insuficientes las plantas de
tratamiento de aguas residuales y las que existen no funcionan adecuadamente
por falta de recursos financieros (o mal manejo de los mismos en su defecto).
*La caótica vialidad de la ciudad. Y
si a lo anterior agregamos el problema del transporte urbano solo ahondaríamos
aún más la situación, pues el exceso de camiones urbanos y de taxis han
saturado ya a las necesidades de la población; el origen de lo anterior es
debido a la errada política por parte de cada administración estatal de otorgar
placas aun a sabiendas del exceso de taxis y camiones. Por otra parte la única
vía que comunican a las zonas poniente y oriente es la Costera Miguel Alemán
por lo que el caos vehicular es un hecho sobre todo en las “horas
pico”.
pico”.
*La oferta extrahotelera, desde
luego ha acrecentado el problema de la fuga de divisas de una industria
hotelera que se estableció desde antaño, lo anterior se debe a los bajísimos
precios que ofrece, los cuales les permiten a los turistas un margen de ahorro
que puede ser empleado en la industria del “entretenimiento”.
Hasta aquí
doy por terminada esta segunda parte, concluyendo con tres puntos que ahonda en
la problemática del puerto pero desde otra perspectiva.
Quedan
pendientes las soluciones y tal vez más problemas; los cuales sería muy
importante mencionar sin embargo la lista es interminable por lo que lo daré a
conocer en la última parte.
Es
importante dar soluciones que puedan hacer de Acapulco un lugar mejor para
todos sus habitantes. Su servidor así como el resto de los ciudadanos estamos
muy consternados por toda la situación delicada en cuanto a seguridad,
desarrollo económico y en materia institucional atañen al puerto
Acapulco
tiene muchos problemas pero si bien aquel paraíso aislado se perdió en el
tiempo, tampoco es una catástrofe. Y sí es posible hacer algo para recuperar
mucho del esplendor de antaño.
Acapulco no
es el infierno, aquí hay mucho por ofrecer.
¡Acapulco
está de pie!
*Analista político en formación y apasionado del sector energético
*Analista político en formación y apasionado del sector energético
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