COLUMNA INVITADA: PESOS
Y CONTRAPESOS
En el Pesos y Contrapesos publicado el miércoles 10 de junio escribí que “el Banco de México no ha cumplido, ni con su tarea
institucional (preservar el poder adquisitivo del peso), ni con la meta que él
mismo se ha fijado (inflación no mayor al 4.0 por ciento)”, y como prueba
apunté que la inflación promedio anual del 2001 al 2014 fue del 4.3 por ciento.
El peso siguió perdiendo poder adquisitivo (la inflación acumulada del 2001 al
2014 fue del 80.5 por ciento), y el banco central no cumplió con su meta.
En el Pesos y Contrapesos publicado ayer anoté que “Carstens recibió la
gubernatura del Banco de México con una inflación anual de 3.57 por ciento
(2009) y (que) terminará su primer período (según los resultados de la Encuesta
Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado,
correspondiente a mayo), con una inflación de 2.96 puntos porcentuales”,
cumpliendo con la meta de inflación (3.0 por ciento, más menos un punto
porcentual de margen de error), que la misma autoridad monetaria se ha fijado,
lo cual debe tomarse en cuenta a la hora de decidir si Carstens debe, o no,
repetir como gobernador del Banco de México.
De 2001 a 2009, antes de
la “era Carstens”, la inflación promedio anual fue del 4.4 por ciento, por
arriba de la máxima permitida, según la meta señalada por la misma autoridad
monetaria. Durante los cinco primeros años de la “era Carstens”, del 2010 al
2015, la inflación promedio anual fue del 3.8 por ciento, por debajo de la
máxima permitida. Suponiendo que este año la inflación termine en 2.96 por
ciento, la inflación promedio anual durante la “era Carstens”, del 2010 al
2015, sería del 3.8 por ciento, por debajo de la máxima permitida.
En la “era Carstens”,
considerando la inflación promedio anual, el Banco de México sí ha cumplido con
su meta, lo cual debe tomarse en cuenta a la hora de decidir si Carstens se
queda o se va.
Twitter: @ArturoDammArnal
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