PESOS
Y CONTRAPESOS
ARTURO
DAMM ARNAL
El primer elemento de nuestro sistema
monetario es el dinero fiduciario, sin respaldo de ningún tipo, y por ello sin
ningún valor intrínseco. El segundo es la producción y oferta monopólica de ese
dinero fiduciario, con un agravante: ese monopolio, que no es otro más que el
banco central, es estatal, por lo que sintetiza lo peor de dos mundos: el mundo
del monopolio (de la oferta al margen
de la competencia), y el mundo del monopolio estatal (con todos los excesos y defectos que las entidades
estatales tienen, comenzando por la transparencia y la rendición de cuentas).
Si de usted lector dependiera la
elección, ¿cuál elegiría? ¿Que todos los bienes y servicios con los que
satisface sus necesidades, gustos, deseos y caprichos se los ofrecieran
monopolios estatales (o gubernamentales), o empresas privadas compitiendo entre
sí? Como consumidor, ¿cuál de las dos opciones le conviene? La segunda, sin
lugar a dudas.
Llegados a este punto se puede
argumentar que el dinero no es una mercancía, que no es un bien o servicio,
sino el medio de intercambio de los bienes y servicios, el medio para vender y
comprar mercancías, superando las limitaciones del trueque, por lo que la
pregunta hecha en el párrafo anterior no es válida tratándose del dinero.
¿Será?
¿Usted no querría tener la posibilidad
de elegir entre distintas clases de dinero, para optar por la que considere
mejor (otra cuestión sería en función de qué variable consideraría usted un
dinero mejor que otro)? En concreto, ¿no quisiera usted tener la libertad de
elegir, para el pago de sus quincenas, entre el peso y el dólar, o cualquier
otra divisa que usted considere mejor
que “nuestro” peso? Ello no eliminaría la producción estatal de dinero (el
Banco de México seguiría produciendo los pesos), pero sí su oferta monopólica
(el Banco de México y sus pesos competirían con la Reserva Federal y sus
dólares). Esa competencia, ¿no resultaría mejor que el monopolio en términos de
la preservación del poder adquisitivo del dinero?
Continuará.
Twitter: @ArturoDammArnal
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